Las claves del Informe Mundial de la Felicidad: «Las personas que comen con otras son más felices»

Laura Inés Miyara
Laura Miyara LA VOZ DE LA SALUD

SALUD MENTAL

LOS PINARES. Cabana. En Los Pinares no es que comas a pie de playa (que también, en su terraza), es que puedes comer con los pies enterrados en la arena. Dos tablas de surf hacen las veces de mesa en la que poder degustar las especialidades de este chiringuito, elegido en 2022 por Forbes como el mejor de Galicia. Entre ellas, la paella cabanesa (la única de Galicia registrada en la Oficina Española de Patentes y Marcas) o el Vía Láctea, un postre cuya receta ha sido creada por Inteligencia Artificial.
LOS PINARES. Cabana. En Los Pinares no es que comas a pie de playa (que también, en su terraza), es que puedes comer con los pies enterrados en la arena. Dos tablas de surf hacen las veces de mesa en la que poder degustar las especialidades de este chiringuito, elegido en 2022 por Forbes como el mejor de Galicia. Entre ellas, la paella cabanesa (la única de Galicia registrada en la Oficina Española de Patentes y Marcas) o el Vía Láctea, un postre cuya receta ha sido creada por Inteligencia Artificial. ANGEL MANSO

El estudio, del que participan más de 140 países, subraya la importancia de las relaciones con los demás, en un contexto de creciente soledad no deseada en todo el mundo

23 abr 2025 . Actualizado a las 17:57 h.

El informe World Happiness Report (WHR), elaborado de manera conjunta por la Universidad de Oxford, la Red de Soluciones para el Desarrollo Sostenible de la Organización de las Naciones Unidas y la compañía de investigación y análisis Gallup, analiza los factores clave que contribuyen al bienestar de las personas a nivel mundial. Cada año, los investigadores estudian datos de más de 140 países y reflejan los resultados en esta publicación.

La edición del 2025 subraya el impacto positivo de las relaciones y la conexión con los demás en nuestra felicidad, en un contexto en el que las personas reportan niveles preocupantes de soledad no deseada en todo el mundo. Bajo el lema «Compartir y cuidar», el estudio pone en valor los actos de generosidad. «Estos comportamientos prosociales reducen las muertes por suicidio o por abuso de sustancias. Los países con mayor tasa de voluntariado y donaciones tienen también tasas más bajas de estas muertes», revela el WHR. Al mismo tiempo, los expertos advierten que «la ausencia de vínculos sociales se ha relacionado con mayores tasas de enfermedad, menor esperanza de vida, menores niveles de bienestar subjetivo, mayores tasas de criminalidad y un mayor apoyo al autoritarismo».

El informe también pone de manifiesto la creciente desigualdad entre diferentes sociedades en términos de felicidad. Por séptimo año consecutivo, Finlandia se posiciona en el ránking del WHR como el país más feliz del mundo, seguido de Dinamarca, Islandia y Suecia. Más allá de las diferencias en las condiciones de vida materiales en diferentes regiones del mundo, cuya importancia no se puede negar, los investigadores observaron la tendencia a la confianza entre ciudadanos en estas sociedades nórdicas como un posible marcador relacionado con los índices de felicidad.

Seres sociales

La idea de que los vínculos nos hacen felices no es algo nuevo. El psiquiatra Robert Waldinger y el psicólogo Marc Schulz ya habían llegado a esta conclusión en el Estudio Harvard del Desarrollo en Adultos, la investigación más extensa a nivel mundial acerca de la felicidad, que lleva más de ocho décadas en desarrollo. «Las buenas relaciones son tan significativas que si tuviéramos que reducir los ochenta y cuatro años del estudio a un único principio, a una inversión vital apoyada por hallazgos similares en una amplia variedad de otros estudios sería este: las buenas relaciones nos mantienen más sanos y felices. Punto», afirmaron.

Esto tiene que ver con nuestro desarrollo a nivel evolutivo. Las comunidades han sido la forma de vivir de las personas desde la prehistoria y esta convivencia ha permitido a nuestra especie establecerse y protegerse de los depredadores. «El ser humano es un ser social. Sin relacionarse, se muere», señala en este sentido la psicóloga Sara Roldán, experta en Intervención Social. «De hecho, las personas que viven en soledad no deseada mueren antes que las que cuentan con este sentido de comunidad», observa.

Este sentido de pertenencia a una comunidad es especialmente importante para los jóvenes. «Las conexiones sociales son vitales para el bienestar de los jóvenes adultos, ya que alivian el estrés. Sin embargo, la desconexión social es bastante frecuente entre ellos. En el 2023, un 19 % de los jóvenes adultos de todo el mundo declaró no contar con nadie para recibir apoyo social», señala el informe WHR.

Los vínculos sociales durante las primeras etapas de la vida adulta tienen efectos duraderos y potentes en todas las esferas de la vida. «Para los estudiantes universitarios, las amistades forjadas en las primeras semanas de la universidad aumentan las probabilidades de éxito académico y reducen la probabilidad de desarrollar síntomas depresivos en los años posteriores», subraya la investigación.

«Las personas con mejores vínculos sociales tienden a ser más felices, están menos estresadas, más satisfechas con sus vidas y son menos propensas a la depresión, más comprometidas con sus comunidades y menos propensas a sufrir enfermedades o discapacidades», observa el WHR. Pero estas conexiones sociales no solo son relevantes para la salud y la felicidad individual, sino también para la salud y la felicidad de la sociedad en general. «Las personas que están más conectadas entre sí confían más en los demás y tienen más fe en las instituciones. Son más propensas a donar a organizaciones benéficas, a participar más en la política y a sentirse más orgullosas de sus comunidades. Tienden a ser más consideradas y compasivas, no solo con amigos y familiares, sino también con desconocidos. Son más propensas a ofrecer su tiempo como voluntarias para ayudar a quienes lo necesitan y a compartir recursos con los demás», señala el estudio.

A nivel laboral, el poder establecer vínculos con nuestros compañeros es fundamental para el bienestar de los trabajadores. «Lo que llamamos bienestar laboral no tiene que ver tanto con la tarea que realiza la persona, sino con el propósito, con el poder relacionarse con otras personas y desarrollar entre todas un trabajo que contribuya a ese propósito», explica en este sentido el psicólogo social Carlos Montes Piñeiro.

Estrategias para potenciar la felicidad

El informe WHR resume algunas de las propuestas que los expertos en felicidad y en salud mental llevan años recomendando. Entre ellas, destacan las comidas familiares como una intervención sencilla que tiende a mejorar la calidad de vida de las personas, en particular, de los jóvenes.

«En pocas palabras, en todas las regiones, países y culturas, para hombres y mujeres, jóvenes y mayores, compartir más comidas se asocia con un mayor bienestar subjetivo. Las personas que comparten más comidas con otros manifiestan mayores niveles de satisfacción vital, menores niveles de afecto negativo y, especialmente, mayores niveles de afecto positivo», detalla el estudio.

Vivir en comunidad es otra de las recomendaciones del informe para ser más felices. Según destacan los investigadores, «un hogar de aproximadamente cuatro miembros predice mayores niveles de felicidad. Las personas en estos hogares disfrutan de relaciones plenas y muy satisfactorias», en contraste con aquellos que viven solos.

Este último grupo de personas «con frecuencia experimentan niveles inferiores de felicidad y menos satisfacción con sus relaciones». En particular, destacan el caso de las sociedades latinoamericanas, en las que los hogares multigeneracionales facilitan la construcción de lazos familiares robustos.

Finalmente, las conductas que los investigadores llaman 'prosociales' (como hacer donaciones, participar de actividades de voluntariado o incluso ayudar a desconocidos a encontrar un sitio en la calle) se han vinculado a una disminución en las muertes por suicidio o por sobredosis de drogas. Este tipo de actos de bondad «tienen beneficios que van más allá de los efectos directos en quienes los practican. Fomentan la confianza en los demás, los valores compartidos, el sentido de responsabilidad y la cooperación», señala el estudio.

«La conducta prosocial es una medida del capital social que abarca la confianza, los comportamientos, las normas y los valores compartidos que permiten a una sociedad cooperar para alcanzar objetivos comunes. Existen numerosos estudios que documentan sus efectos beneficiosos en las personas y la sociedad», subraya el informe.

Más allá del informe

La felicidad no es un estado que aparece de manera fortuita. «Aunque muchas veces nos cueste asimilarlo, la felicidad depende de nosotros y de nuestra actitud. Es directamente proporcional al autoconocimiento y a la conexión con uno mismo», asegura Sara Roldán. En este sentido, encontrar un propósito vital es la vía más rápida para llegar a ser felices.

En el ámbito profesional, construir espacios laborales en los que la felicidad pueda tener lugar requiere «que se fomente la autonomía de las personas trabajadoras, que tengan cierto margen discrecional para definir sus propias tareas, si la actividad laboral lo permite, que se valore el equilibrio entre la vida personal y la vida laboral y que se generen vínculos reales en el lugar de trabajo», señala Montes.

 Cinco hábitos simples para ser más feliz

1. Limita el uso del móvil. Las redes sociales alteran los circuitos de recompensa de la dopamina en el cerebro y esto impacta negativamente en nuestra sensación de bienestar. «Es un consumo que nos vuelve más impacientes. Quiero la felicidad y la quiero ya. Pero este estímulo no nos hace felices», observa la psicóloga Sara Roldán. Utiliza una aplicación de bloqueo temporal para no estar constantemente pendiente de las redes.

2. Practica deporte. Durante la actividad física, el cuerpo libera endorfinas que mejoran el estado de ánimo y reducen el estrés. Una revisión de 23 investigaciones con más de 500.000 participantes halló que las personas que hacen ejercicio de forma regular son un 30 % más felices que quienes tienen un estilo de vida sedentario.

3. Vitamina D. Exponerse al sol en su justa medida es beneficioso para nuestra salud mental, porque contribuye a la sincronización de nuestros ritmos circadianos, facilitando un sueño reparador que, a su vez, se asocia a un mayor bienestar. Según un estudio publicado en The Lancet, la luz solar aumenta significativamente la producción de serotonina en el cerebro, un neurotransmisor clave en la regulación del estado de ánimo.

4 Explora la naturaleza. «Nuestro cerebro se ha desarrollado hace millones de años en contextos naturales y ese es nuestro hábitat por excelencia. Existe una necesidad intrínseca en los humanos de conectarnos con la naturaleza y con otras formas de vida, porque formamos parte de esa red viviente y eso permite que nuestro sistema nervioso se sienta en un entorno seguro, en casa», explica Fátima López Rodríguez, psicóloga sanitaria.

5. Medita. El psicólogo Fernando Pena asegura que «la ventaja que trae la meditación es una mayor capacidad para regular las emociones y el estrés, lo que conlleva un mayor grado de bienestar». Las personas que meditan regularmente tienen niveles mucho más bajos de estrés en sus vidas, tienen una mayor estabilidad emocional, una mejor autoestima, mayor creatividad, y una atención más centrada en el presente.

Laura Inés Miyara
Laura Inés Miyara
Laura Inés Miyara

Redactora de La Voz de La Salud, periodista y escritora de Rosario, Argentina. Estudié Licenciatura en Comunicación Social en la Universidad Nacional de Rosario y en el 2019 me trasladé a España gracias a una beca para realizar el Máster en Produción Xornalística e Audiovisual de La Voz de Galicia. Mi misión es difundir y promover la salud mental, luchando contra la estigmatización de los trastornos y la psicoterapia, y creando recursos de fácil acceso para aliviar a las personas en momentos difíciles.

Redactora de La Voz de La Salud, periodista y escritora de Rosario, Argentina. Estudié Licenciatura en Comunicación Social en la Universidad Nacional de Rosario y en el 2019 me trasladé a España gracias a una beca para realizar el Máster en Produción Xornalística e Audiovisual de La Voz de Galicia. Mi misión es difundir y promover la salud mental, luchando contra la estigmatización de los trastornos y la psicoterapia, y creando recursos de fácil acceso para aliviar a las personas en momentos difíciles.