¿Por qué llega un momento en el que mi pelo no crece más?

VIDA SALUDABLE

El largo que pueda alcanzar nuestra melena dependerá de la duración de la fase anagen del cabello, que es distinta en cada persona.
El largo que pueda alcanzar nuestra melena dependerá de la duración de la fase anagen del cabello, que es distinta en cada persona. La Voz de la Salud

La longitud de nuestra melena vendrá condicionada por la duración de la fase anagen del cabello, distinta en cada persona

12 jun 2023 . Actualizado a las 18:25 h.

Toda aquella persona que haya intentado lograr alguna vez en su vida una larga melena habrá comprobado que llega un momento en el que el crecimiento del pelo parece estancarse. Sabemos que el cabello crece de media un centímetro al mes, ¿por qué entonces no consigo que mi melena pase de mitad de la espalda? Y lo mismo con el pelo corporal, ¿por qué si me depilo las axilas o el vello púbico los pelos crecen a una velocidad rapidísima pero llega un momento en el que se paran? Sucede lo mismo cuando te realizas un tatuaje. El tatuador te rasurará los pelos de, por ejemplo, el brazo, creando una calva poco estética —los conocidos como parches—. Uno podría creer que, cuando el pelo de esa zona vuelva a crecer, jamás alcanzará la longitud de los que no fueron rasurados a su alrededor. Sin embargo, terminan por igualarse. ¿Por qué pasa esto? Pues todo se debe al ciclo de vida de nuestro pelo y sus tres fases: la fase anagen, la fase catagen y la fase telogen

Fases del pelo

  • Fase anagen: se trata de la etapa del ciclo de la vida en la que pelo crece, el 90 % de nuestro pelo está en esta fase. Su duración oscila entre los 3 y los 7 años.
  • Fase catagen: se trata de una fase de transición. Dura unas tres semanas.
  • Fase telogen: se trata del último ciclo de la vida del pelo en el que se va preparando su caída. Dura en torno a los tres meses y finaliza con la pérdida del pelo.

¿Por qué el pelo ya no me crece más?

Con 16 años, Nilanshi Patel obtuvo en el año 2018 el récord Guinness del cabello más largo del mundo. Su melena alcanzó el metro y setenta centímetros, una longitud que logró tras diez años sin cortarse el pelo. Pero no lo intenten, por mucho que ustedes estén diez años sin pasar por el peluquero, su cabellera no alcanzará esas dimensiones. Porque Nilanshi Patel tiene algo que ustedes no: es de la India. Y este detalle, es relevante.

«El pelo, para que esté con nosotros, tiene que estar creciendo. Un pelo vivo es un pelo que está creciendo. A esta fase la conocemos como anagen. El 90 % de nuestro cabello está en fase anagen; dicho de otra manera, el 90 % de nuestro cabello está creciendo. Crece, más o menos, al ritmo de un centímetro al mes. Pero llega un momento en el que que esta fase se agota y empieza a prepararse para caer», explica David Saceda, dermatólogo y tricólogo y miembro de la Academia Española de Dermatología y veneorología (AEDV) y forma también parte del Gedet (Grupo Español de Dermatología Estética y Terapéutica). Pero es que esta fase no es igual en todas las personas. De hecho, varía enormemente entre personas, familias y etnias.

«El pelo del cuero cabelludo es muy variable entre personas, familias y razas. Generalmente la horquilla en la que hay crecimiento (fase anagen) es de tres a siete años. Hay razas, como la hindú, que se caracterizan por tener largas cabelleras. Hay indias a los que sus melenas les llegan a los tobillos y es simplemente porque su pelo está más tiempo creciendo; permanece más tiempo en fase de anagen. Un nórdico, por mucho que se dejase el pelo largo, no le crecería más de 3 o cuatro años. Y esto también pasa por familias. Si tu padre o tu madre —generalmente, no nos encontramos hombres con largas melenas, aunque haberlos, haylos—, se caracteriza por una melena pequeña cortita que no le crece mucho, lo normal es que así vayas a ser tú», expone Saceda. En definitiva, si tu fase anagen dura tres años, da igual que te tires 15 años sin cortarte el pelo, no lograrás ningún avance en esos doce años posteriores a que tu fase de crecimiento haya finalizado.

¿Y que pasa con el pelo del resto del cuerpo?

Las fases de crecimiento y muerte del pelo son las mismas en todas las zonas donde los seres humanos presentamos vello, ahora bien, cambian los tiempos. ¿Se imaginan que la fase de crecimiento de las cejas se prolongasen durante entre tres y siete años? Tendríamos todos las cejas como Donald Sutherland. 

Las largas cejas de Donald Sutherland son uno de sus rasgos más característicos.
Las largas cejas de Donald Sutherland son uno de sus rasgos más característicos. Archivo

«La fase de anagen del vello corporal, en las cejas, las pestañas o las axilas, es mucho más corta. Por eso no crece tanto, tiene una fase de anagen corta que finaliza antes de que pueda alcanzar un largo diferente, y entonces no se percibe como tal. El vello corporal no crece de una forma exagerada. El único cabello del cuerpo que crece con fases de anagen muy largas es el del cuero cabelludo y el de la barba. La barba puede ser muy larga. Pero del mismo modo, llega un momento en que no da para más», concreta el tricólogo. Ese menor tiempo de crecimiento es el que nos permite que el pelo de las axilas tan solo crezca hasta un punto antes de caerse. 

¿Cortarme las puntas hará que mi pelo pueda crecer un poco más?

Es de sobra conocido que, cuando estamos intentando dejarnos el pelo largo, debemos pasar cada cierto tiempo por la peluquería para 'sanear' el pelo. Cortarnos las puntas servirá para reparar nuestro pelo y que crezca más 'sano', efectivamente, pero no debemos confundirnos. Cortarnos las puntas no estimulará su crecimiento. 

«Si una chica tiene una melena de 30 centímetros, teniendo en cuenta que el pelo crece ese centímetro al mes, significa que ese pelo lleva creciendo unos dos años y medio. De igual modo que existen productos cosméticos como mascarillas o acondicionadores para su cuidado, muchas personas optan por acudir cada pocos meses a la peluquería para cortarse el pelo un centímetro más o menos. Al final, durante esos dos años y medio nuestro cabello ha estado expuesto al aire libre, a todo tipo de agresiones: desde el propio sol, al cloro que encontramos en una piscina. Si esa persona no quiere cortarse mucho el pelo, se corta las puntas un poquito para sanear. Porque la punta es lo que siempre se daña. Lo que se busca es romper parte de la fibra capilar dañada porque lleva mucho tiempo con nosotros. Pero eso no estimula el crecimiento. Lo único que hace es que el crecimiento siga su curso a costa de un pelo cuidado. Que no se mantenga un pelo dañado en nuestro cabello», explica David Saceda. 

En definitiva, no hay trampas ni atajos. Nuestro pelo crece constantemente, pero tiene fecha de caducidad. La longitud de nuestra melena se enfrenta a una carrera a contrarreloj que termina cuando la fase anagen concluye para dar paso a esa transición llamada catagen. Y de ahí, a acabar en la alfombra para ser recogida por la roomba. Ahora bien, aunque la fase anagen es la que es y no se puede alargar, sí puede suceder todo lo contrario: que se acorte por alguna circunstancia. «Puede pasar que, por diferentes problemas médicos, lleguemos a una caída precoz. Es común que suceda después de una cirugía, de una bajada de hierro o de haber pasado el covid. Este tipo de problemas precipitan que un porcentaje muy numeroso de nuestros cabellos pasen a fase de telogen o catagen. Que los que están creciendo interrumpan su crecimiento de forma anómala y caigan de repente muchos cabellos. Esto es lo que llamamos un efluvio telógeno. En este estado puede pasar que, en vez de haber solamente un 10 % de nuestro cabello en caída, pasemos a tener un 30 %, que es una pérdida muy llamativa y supone un descenso de volumen importante», detalla el tricólogo.

Lois Balado Tomé
Lois Balado Tomé
Lois Balado Tomé

A Coruña (1988). Redactor multimedia que lleva más de una década haciendo periodismo. Un viaje que empezó en televisión, continuó en la redacción de un periódico y que ahora navega en las aguas abiertas de Internet. Creo en las nuevas narrativas, en que cambian las formas de informarse pero que la necesidad por saber sigue ahí. Conté historias políticas, conté historias deportivas y ahora cuento historias de salud.

A Coruña (1988). Redactor multimedia que lleva más de una década haciendo periodismo. Un viaje que empezó en televisión, continuó en la redacción de un periódico y que ahora navega en las aguas abiertas de Internet. Creo en las nuevas narrativas, en que cambian las formas de informarse pero que la necesidad por saber sigue ahí. Conté historias políticas, conté historias deportivas y ahora cuento historias de salud.