¿Puedo comerme un alimento que tenga moho si se lo quito? «Tan solo es la punta del iceberg»

Cinthya Martínez Lorenzo
CINTHYA MARTÍNEZ LA VOZ DE LA SALUD

VIDA SALUDABLE

Uno de los alimentos en los que suele aparecer moho es en las frutas.
Uno de los alimentos en los que suele aparecer moho es en las frutas.

Aunque existen casos en los que sí es posible, lo recomendable es tirar esa comida a la basura

18 dic 2023 . Actualizado a las 19:53 h.

A todos nos duele tirar comida, pero quitar el moho de los alimentos no siempre los vuelve aptos para su consumo. Este solo es una señal visible a los ojos de muchos peligros para nuestra salud, como microtoxinas o bacterias. La buena noticia es que sí existen algunos casos en los que esta medida se puede llevar a cabo sin posibles consecuencias y, además, es posible enlentecer la aparición de este. 

Qué es el moho y por qué puede ser peligroso

En realidad, existen varios tipos. Se encuentran prácticamente en todos los ambientes que presentan humedad y oxígeno, y son importantes y deseables porque ayudan a descomponer material orgánico. Algunos incluso producen medicamentos de sobra conocidos por todos, como la penicilina.

Pero aunque pueden tener muchos beneficios, no es el caso cuando aparecen en nuestra comida. El moho se ve favorecido por el calor y la humedad y crece rápidamente en frutas, verduras, quesos blandos, fiambres y pan. Pueden llegar a ser blancos, verdes o incluso tener un color negro. Colonizan el alimento y se nutren a su costa, llegando a penetrar profundamente en él. 

«Es un peligroso enemigo. Acecha desde las sombras, crece y crece sin avisar. No te enteras de que está ahí hasta que aparece un pelillo, esa parte visible del moho que tan solo es la punta del iceberg. No existe otra metáfora mejor de lo que sucede en un alimento contaminado por este, ya que lo que percibimos con los ojos en la superficie de la fruta, esa mancha colorida es solo la zona superficial del moho. Esta estructura ramificada se conoce como micelio y está formada por las hifas del hongo, que son esas raíces que se extienden por todo el alimento como la pólvora con una facilidad pasmosa. De hecho, es un sistema de crecimiento único en la naturaleza, que permite el desarrollo del moho hasta el infinito y más allá», explica el tecnólogo de alimentos Mario Sánchez en su libro A tomate pocho no le hinques el diente (Plataforma actual, 2023). 

Según sus palabras, el problema de los mohos es que se reproducen por esporas, lo que les permite estar en casi cualquier parte. Además, algunos tipos son capaces de producir toxinas muy peligrosas y resistentes a las altas temperaturas: micotoxinas. Unas sustancias tóxicas capaces de inducir al cáncer y alteraciones genéticas.

Tal como indica la propia Organización Mundial de la Salud (OMS), los efectos de algunas micotoxinas presentes en los alimentos se manifiestan rápidamente tras el contaminados. «Otras se han relacionado con efectos a largo plazo, tales como el cáncer y la inmunodeficiencia. De los varios cientos de microtoxinas identificadas hasta ahora, doce han llamado la atención debido a su efectos graves en el ser humano y su frecuencia en los alimentos».  

Los alimentos que sí se pueden comer aunque aparezca moho

La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) menciona tres casos concretos en los que, aunque el moho haga acto de presencia, el alimento puede ser consumido. Los primeros serían los embutidos curados: «El jamón, la cecina o el salchichón es normal que se vean perjudicados por algo de moho si tardan en consumirse. Si es el caso, ráspalo y toma el resto», aconsejan. 

La segunda excepción se da en los quesos duros. Es decir, aquellos que cuentan con poca humedad. Entre ellos, el Emmental, Gouda o el manchego. «Se pueden comer después de quitar con un cuchillo toda la parte que rodea el moho, con una propina de dos centímetros alrededor y por debajo de la zona afectada», indican desde la organización. 

Y por último, el tercer supuesto son las frutas y vegetales. Pero ojo, no todas. Solo aquellas que son turgentes o, dicho de otra forma, que tienen carne firme. Algunos ejemplos que da la OCU son el pimiento, la zanahoria o el repollo: «Se pueden comer tras quitar con un cuchillo toda la zona alrededor del moho, incluido el mismo margen de seguridad de dos centímetros alrededor y por debajo».

¿Cuáles no se pueden consumir?

Todos los demás. Tanto fiambres, yogures, mantequilla, quesos blandos; al igual que frutas y vegetales de carne blanda o harinosa como tomates, naranjas, melocotones; o alimentos a base de cereales como la pasta o el pan.

Aunque es cierto que existen quesos hechos con hongos «buenos», como los azules, el de Cabrales, Roquefort o Gorgonzola, en estos casos se trata de distinguir el moho del propio queso de otros que no lo son. Y como es necesario un gran ojo para diferenciarlos, lo mejor es no comerlos si el moho aparece. También entraría en esta categoría el Camembert o Brie, que tienen hongos en su corteza. 

Las masas de panadería y bollería son esponjosas y llenas de cavidades propicias para la expansión de los hongos. En este sentido, no se debe dejar aquella parte que no está perjudicada por el moho, hay que tirarlo todo. 

En cuanto a las sobras, los platos preparados o los alimentos cocinados a base de cereales (como pueden ser el arroz y la pasta), todos esos platos contienen humedad y la contaminación puede haber penetrado fácilmente bajo la superficie. Además, es posible que los alrededores del moho hayan sido colonizados por bacterias.

Y por último, aunque el azúcar es un conservante natural, la contaminación por hongos de productos como confituras, jaleas o mermeladas también es posible. Si apareció moho, hay que tirar el bote a la basura. 

¿Qué hacer si comes accidentalmente un alimento con moho?

Lo más probable es que ese trozo de moho que te has ingerido no sea tóxico y, aunque lo fuera, una pequeña cantidad no es motivo para alarmarse. Aun así, los expertos recomiendan vigilar síntomas como náuseas, diarrea y dificultad para respirar, y buscar ayuda médica si no nos encontramos bien.

Cómo evitar que aparezca moho en los alimentos y qué pasos llevar a cabo si este ya está presente

Las esporas pueden diseminarse, por lo que la primera recomendación para evitar el moho es la limpieza. El frigorífico debe limpiarse regularmente, al igual que otras superficies y espacios de almacenaje de alimentos frescos. Además, se deben cambiar y lavar con frecuencia paños y toallas que se usan en la cocina. 

A la hora de comprar, vigilar que los alimentos se encuentren en buen estado. Por ejemplo, un racimo de uvas: ver si alguna está estropeada. Otro punto importante es adquirir cantidades según lo que vayamos a consumir, para evitar tenerlos almacenados durante un tiempo determinado. 

Revisa el estado de los alimentos que guardes en la nevera o en el frutero y deshazte de aquellos que tengan moho para evitar que contaminen al resto. A la hota de tirarlo, no lo huelas tratando de detectar el grado de deterioro, ya que la inhalación de hongos puede causar daños respiratorios. Envuélvelo en un papel antes de tirarlo a la basura, así las esporas no volarán cada vez que abres la tapa del cubo. 

Cinthya Martínez Lorenzo
Cinthya Martínez Lorenzo
Cinthya Martínez Lorenzo

De Noia, A Coruña (1997). Graduada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela, me especialicé en nuevas narrativas en el MPXA. Después de trabajar en la edición local de La Voz de Galicia en Santiago, me embarco en esta nueva aventura para escribir sobre nuestro bien más preciado: la salud.

De Noia, A Coruña (1997). Graduada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela, me especialicé en nuevas narrativas en el MPXA. Después de trabajar en la edición local de La Voz de Galicia en Santiago, me embarco en esta nueva aventura para escribir sobre nuestro bien más preciado: la salud.