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Con la ginecología estética de moda, nos preguntamos si existe un canon de belleza que indica cómo debe ser una vulva. Los profesionales aseguran que «la demanda ha aumentado muchísimo, la más solicitada es la labioplastia»
22 jul 2024 . Actualizado a las 10:29 h.Son varios los artistas que han intentado frenar la ansiedad que genera no pertenecer al canon de la «vulva de Barbie», proponiendo algo más allá del imaginario creado por el cine, la publicidad, las revistas, la pornografía o —recientemente— las redes sociales. En el 2013 el artista británico Jaime McCartney realizó The Great Wall of Vulva, un mosaico de escayola de nueve metros con 400 moldes de yeso, cada uno de una vulva distinta, con variaciones de forma, tamaño y tonalidad. Tres años después, la artista holandesa Hilde Atalanta creó The Vulva Gallery, un proyecto visual de educación sexual que celebra la diversidad de los genitales femeninos. Muchas mujeres, por no decir todas, nos hemos preguntado alguna vez si nuestros genitales se parecen a los de las demás, o peor aún, si son similares a la imagen mental que se nos presenta al pensar en una «vulva promedio». Sin embargo, en los últimos años el número de intervenciones íntimas ha aumentado.
Las cirugías genitales no son nuevas, pero sí es cierto que la cosmetoginecología, o cirugía cosmética genital femenina, se ha puesto de moda en los últimos años, sobre todo en lo que respecta a la vulva. Esta nueva subespecialidad ha sido acuñada con el nombre de medicina regenerativa y funcional. Con ella, las mujeres buscan soluciones para recuperar las características fisiológicas que tenían sus tejidos en el pasado, para una mejor funcionalidad a nivel sexual, ginecológico y urinario. En definitiva, teniendo en cuenta el impacto emocional y psicológico que esto conlleva, con el objetivo de mejorar su calidad de vida.
En la actualidad, el rango de edad que más demanda este tipo de cirugía en España es el de entre los 30 y los 44 años, seguido del sector de 18 a 29 años, según un estudio presentado en el 2022 por Secpre (Sociedad Española de Cirugía Plástica Reparadora y Estética). Sin embargo, la obstetra y ginecóloga Cristina Pages García, vocal de la Segerf (Sociedad Española de Ginecología Estética Regenerativa Funcional), matiza: «Cada vez las edades más longevas se suben al carro de la medicina regenerativa para mejorar la funcionalidad y solventar o prevenir las múltiples patologías que acontecen sobre el suelo pélvico a estas edades de la vida».
El número de cirugías genitales ha pasado de 975 entre el 2013 y el 2014 a 7.200 en el período 2017-2019. En el 2022, únicamente las vaginoplastias y las labioplastias alcanzaron las 6.000 pacientes. «La demanda ha aumentado muchísimo los últimos años, antes prácticamente era mínima y ahora es día a día, se hace muchísimo más que antes. En este momento la más solicitada es la labioplastia, sobre todo la reducción de los labios menores», asegura el cirujano José Luis Díaz Infante, miembro de la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética.
¿Funcionalidad y/o estética?
La labioplastia solía realizarse antes para casos excepcionales, como por ejemplo en niñas y adolescentes con hipertrofia. En la actualidad, este procedimiento está dirigido a mujeres que desean reducir labios menores que pueden percibir excesivamente grandes, asimétricos o colgantes.
«Actualmente, el canon de belleza vulvar está definido como vulva de aspecto virginal. La depilación integral del área y el acceso a la visualización de los desnudos a través del mundo digital, han marcado la preferencia de este prototipo como el más buscado entre nuestra sociedad», expresa la doctora Pages García.
Los motivos de recurrencia para realizar estas cirugías se encuentran muy parejos entre quiénes acuden por funcionalidad y quiénes lo hacen por estética. En el primer grupo se hallan quienes lo deseen por razones congénitas, efecto de usar ropa ajustada, o tras las transformaciones que genera el síndrome genitourinario de la menopausia (SGM). Pero también hay mujeres que deciden someterse a esta intervención por razones estéticas, ya que perciben sus labios anormalmente grandes.
La pregunta que sobresale es: ¿grandes comparados con quién? Consultado acerca de si existe un canon de belleza para la vulva, el doctor Díaz Infante atribuye la demanda a internet. «Pasa mucho que las personas difunden y van contando en redes sociales las intervenciones que se realizan, creando la demanda en la gente. De hecho, hay muchos pacientes que ni siquiera se habían planteado que la labioplastia podría existir y cuando ven este contenido en las redes les interesa hacerlo», expresa quien, en su consultorio suele recibir a pacientes con indicaciones muy precisas, incluso con imágenes de cómo les gustaría que se vea su nueva vulva.
«En algunos casos traen fotos, sobre todo cuando lo que buscan es el relleno de los labios mayores, porque para los menores buscan que quede cubierto y que no haya una alteración de la anatomía. Los labios mayores se hacen con relleno de grasa, ahí sí que vemos a la gente con el tema de fotografía», cuenta el médico de cirugía plástica.En lo que respecta al gran porcentaje de mujeres que se somete a estas intervenciones por estética, la doctora Pages García refiere a un estudio publicado en el 2010 en el Journal of Sexual Medicine, en el que dos de los hallazgos son la satisfacción general de la mejora en la imagen corporal y la satisfacción sexual muy elevada, llegando en torno a un 90-95 % y un 80-85 %, respectivamente.
La labioplastia es de las cirugías menos costosas: ronda entre los 1.500 y los 3.500 euros, va a depender de si es combinada con capucha plastia (intervención en el capuchón del clítoris). El requisito es ser mayor de edad, puesto que para someterse a la intervención se recomienda que los genitales hayan alcanzado todo su desarrollo. En línea con esto, en el 2020 el Colegio Estadounidense de Obstetras y Ginecólogos publicó una declaración para advertir a los médicos que la alteración quirúrgica de los labios en menores de 18 años, cuando no es médicamente necesario, corresponde a una «violación de la ley penal federal».
La intervención tiene una duración de 30 a 60 minutos y es realizada bajo anestesia local y de forma ambulatoria, con una recuperación estimada de tres semanas. «Las labioplastias son cirugías en las que la inflamación dura más o menos una semana y que tienen muy poco riesgo de infección. Es una zona que se cicatriza muy bien y muy rápido. Los riesgos son bastante pequeños y suelen quedar bien. De dolor son todos tres días de molestias, la recuperación es bastante rápida. Sí que sangra, puede sangrar más o menos los primeros dos días, pero luego en una semana empieza a estar cicatrizado y en tres semanas está completamente recuperado», explica Díaz Infante, y añade que a veces este procedimiento se acompaña de otro: «No todo el mundo corrige, pero muchas veces el capuchón del clítoris también sobresale y esa es una cirugía que se suele añadir y que funciona muy bien. Son un poco más conflictivas. Pero si se hacen bien, quedan muy bien».
Según Díaz Infante, la mayoría de las pacientes que se someten a la labioplastia tienen entre 20 y 30 años. Esto no quiere decir que no haya personas de 35 o 40 años que se las realicen, explica el doctor, lo que sucede es que, como muchas mujeres mayores han concebido a sus hijos a través del parto natural, recurren en mayor medida a la vaginoplastia, en lugar de a la labioplastia.
Blanqueamientos anales y reconstrucción de himen: los casos más famosos
Entre otros de los procedimientos que están de moda se encuentran los blanqueamientos anales, tanto de hombres como de mujeres. En lo que respecta a los varones, lo más demandado es el lifting escrotal y el blanqueamiento. La cantante estadounidense Cardi B fue una de las primeras en hacer público su blanqueamiento. «Ya sabéis, a veces te pasas la cuchilla rápido porque vas con prisa y todo eso, y al final hace que tu vagina se vuelva más oscura», explicó a sus seguidores en aquel momento. El mismo tratamiento se realizó Kourtney Kardashian. Su hermana Kim Kardashian (rejuvenecimiento vaginal con láser) y Paris Hilton (blanqueamiento) son otros ejemplos recientes. En España la periodista Mariló Montero recurrió al láser ginecológico regenerativo, mientras que la actriz Loles León se realizó un rejuvenecimiento vaginal a los 67 años para combatir el descenso del nivel de estrógenos (lubricantes de las paredes vaginales).
También se está hablando de la reconstrucción de himen, lo que el doctor Díaz Infante señala como «cultural». «Son los árabes o los de raza gitana quienes los practican. Es una cirugía con anestesia local. Pero esto ya es por un tema más psicológico. He hecho algunos», expresa el doctor. Sin embargo, Leticia Sabater se sometió a este procedimiento a los 48 años. En el 2015 la artista de La salchipapa confesó que su motivación pasó por el sufrimiento que le generaba tener relaciones sexuales.
Con qué fines se realizan los procedimientos en regeneración y cirugía íntima más requeridos actualmente por la sociedad, explicados por la doctora Pages:
Labioplastias o ninfoplastias:
Se trata de la reducción o remodelación de los labios menores para una mejora tanto estética como funcional. En ocasiones es necesario la asociación de una capuchoplastia (intervención en el capuchón del clítoris) para una correcta armonización vulvar, del mismo modo también puede ser necesario el corregir los defectos de los labios mayores por hipertrofia o déficit de tejido graso, flacidez a nivel dérmico, etc.
Lifting púbico:
La perdida de tejido graso desencadenada por edad, pérdidas de peso importantes o tras ciertas etapas de la vida, como son el postparto y la menopausia, hacen que la grasa prepúbica —necesaria para evitar molestias por el efecto mecánico en las relaciones sexuales— no pueda realizar la función de barrera protectora sobre esa área. En ese caso se realiza lipólisis con láser— romper y disolver las células de grasa sin la necesidad de extraerlas— y terapias basadas en energía, hilos tensores o injertos de grasa para mejorar la caída o pérdida de elasticidad de la piel. También se utiliza para eliminar el exceso de piel y tejido graso, principalmente por razones estéticas.
Vaginoplastias:
Suelen llevarse a cabo tras el envejecimiento de las diferentes capas de la vagina con pérdida de colágeno, elastina, vasos y nervios, tanto por factores traumáticos, como por partos, reconstrucciones deficitarias de desgarros y episiotomías, que pueden llevarnos a una menor sensibilidad a nivel coital o a tener dificultad a la hora de retener dispositivos intravaginales (tampones, copas menstruales, etc.).
Uno de los principales factores de riesgo a la hora de padecer incontinencia urinaria es una excesiva movilidad uretral, muchas veces asociada con la hiperlaxitud de la vagina. La corrección de la misma conlleva una disminución o una retirada de este factor de riesgo tan importante.
El denominado por muchos sectores el “rejuvenecimeinto vaginal”:
El componente hormonal es uno de los principales factores que desencadenan la pérdida de elasticidad, del grosor de la mucosa y de la vascularización de la vagina. El término “rejuvenecimeinto vaginal” es uno de los beneficios de tratar la mucosa vaginal con ciertos dispositivos, ya sean basados en energía como láseres, radiofrecuencias, HIFU (ultrasonidos focalizados de alta intensidad), biomateriales (hilos tensores), hemoderivados (plasmas ricos en plaquetas, sueros autólogos ricos en citoquinas, exosomas), ácidos hialurónicos, etc.
Perineoplastias:
Se realiza en el cuerpo perineal (área localizada entre la vagina y el ano). El sufrir pérdida de solución de continuidad o elongación de ciertos músculos (principalmente provocado en el parto vía vaginal) puede dar una sensación de apertura a nivel del orificio vaginal, con una consecuente pérdida de sensibilidad en relaciones sexuales, infecciones vulvovaginales por la alteración del PH que mantiene a la mucosa vaginal equilibrada para defensa contra bacterias, virus y hongos. También está la demanda a nivel estético.
Hiperpigmentaciones del área genital:
Esta área puede quedar hiperpigmentado por múltiples causas, entre ellas el factor hormonal, los traumatismos o roces de la zona, la oxidación y degeneración del tejido con el paso del tiempo, incluso se puede dar por el contacto mantenido entre los genitales externos y la sangre provocada en la menstruación. Eso se da debido a la hemosiderina, uno de los componentes sanguíneos implicados en esta hiperpigmentación.
Canon de belleza y autopercepción
La ginecóloga y sexóloga Ingrid Pérez Martínez no duda del motivo del aumento de cirugías íntimas y expresa: «Claramente está cambiando el canon de belleza y las mujeres quieren labios menores simétricos y pequeños. La moda de la depilación completa de la vulva ha favorecido que no nos encontremos a gusto con la anatomía de nuestra vulva. Es una cirugía que como todas tiene sus complicaciones, pero además se opera una zona con mucha vascularización (vasos) e inervación (nervios), porque es un órgano destinado a dar placer. Con las cicatrices se rompen esas terminaciones nerviosas y puede ocasionar relaciones sexuales dolorosas o incluso dolor sin más».
Sin embargo, para la doctora Pages García, la búsqueda de cánones de belleza y salud íntima no es hija de estos tiempos. «Esta búsqueda se remonta al siglo I, aunque no fue hasta el siglo VII que se documentaron procedimientos estéticos sobre los genitales femeninos. Una máxima que debemos considerar siempre, es que la autopercepción del individuo es más importante que nuestro ideal de belleza y es algo que debe ser considerado y consensuado con cualquier paciente que desee este tipo de intervenciones», dice la obstetra y ginecóloga, y luego argumenta que, al poder vivir más años, «algo que, por naturaleza, es inversamente proporcional al envejecimiento de los tejidos», y sumado al «cambio educacional y la liberación moral» hacen que la «medicina regenerativa sea hoy en día una necesidad en nuestra sociedad».
«Se ha hablado mucho de la banalidad de la cirugía íntima, pero el bienestar de una persona no está en el área del cuerpo que le hace no sentirse bien consigo mismo, sino en lo que implica la necesidad de ese cambio en sí», agrega la obstetra y ginecóloga.
En esta misma línea, la SEGERF expresa en su página web que las «mujeres reclaman su derecho a poder tener una genitalidad aceptada, una funcionalidad pélvica normal y una sexualidad satisfactoria sin dolor, sin tabúes y sin fecha de caducidad». Consulta sobre este último concepto, la doctora Pages García aclara: «La mujer jamás tendrá fecha de caducidad, dentro de unos ciertos límites, siempre, y digo siempre, se puede mejorar la funcionalidad a nivel pélvico y sexual. La única frontera que puede acontecer en este hecho somos nosotros mismos».
¿Cuánto cuestan las intervenciones?
*Valores aproximados, varían dependiendo de la localidad y del prestigio del cirujano
Labioplastias: 1500 - 2500 euros
Labioplastias combinadas con capuchoplastias: 2500 - 3.500 euros
Vaginoplastias quirúrgicas: 1500 - 2500 euros
Vaginoplastias con hilos: 1800 - 2800 euros
Perineoplastias quirúrgicas: 2000 - 2800
Perineoplastias con hilos: 1500 - 1800 euros
Rejuvenecimiento vaginal: 300 - 500 euros por sesión
Blanqueamiento genital: 550 - 1600 euros