Si tu lengua no es rosa, húmeda y sin manchas, algo no va bien: las enfermedades más comunes y cómo detectarlas

Sofía Berardi / U.R. LA VOZ DE LA SALUD

VIDA SALUDABLE

Lengua con candidiasis oral.
Lengua con candidiasis oral. I Stock

Este órgano nos puede dar pistas de nuestra salud, su color y apariencia son signos de que algo no anda bien. «Un cambio en la textura puede significar un déficit de hierro o problemas gástricos»

02 ago 2024 . Actualizado a las 12:17 h.

Para leer este artículo se recomienda tener cerca un espejo o abrir la cámara del teléfono. Te preguntarás por qué. Mírate la lengua. ¿Está sana? ¿Tiene un aspecto rosáceo, húmedo, está limpia y sin grietas ni manchas? Entonces sí. De lo contrario, no la pierdas de vista. 

La lengua nos puede dar pistas de nuestra salud, su color y apariencia son signos de que algo no anda bien. «En una clínica dental se ven más problemas por el mal cuidado de las encías y la lengua que de los propios dientes», afirma el Dr. Carlos García Fajardo, médico odontólogo. Y es que le damos mucha importancia a los dientes. ¿Y el resto de la cavidad bucal, qué? 

La lengua es un órgano muscular recubierto de pequeñas protuberancias que cumplen varias funciones: contienen papilas gustativas que permiten detectar si la comida es dulce, salada, agria, amarga o sabrosa; perciben la temperatura y el tacto; y crean fricción para formar una el bolo alimenticio para que puedas tragar. Pero además es un mapa de gran valor que nos puede guíar en el diagnóstico médico de enfermedades sistémicas. 

«Un cambio en la textura de la lengua puede significar un déficit de hierro o problemas gástricos. Incluso puede indicar una dieta desequilibrada con un exceso de azúcares o grasas. También una lengua mellada e irregular en los bordes puede reflejar estrés y un estado tensional elevado. Por otra parte, un cambio en la humedad lingual, dejándola muy seca, puede descubrir un tipo de síndrome de tipo autoinmune que afecta a las glándulas que producen las lágrimas y la saliva», explica García Fajardo. Y trae a colación una imagen de toda la vida: «El médico pidiendo al paciente que saque la lengua para examinar es un protocolo que no se debería perder en la exploración rutinaria general, ya que se pueden intuir muchas enfermedades y suponer un primer diagnóstico de sospecha». 

La lengua puede indicarnos signos de diabetes, problemas hepáticos, circulatorios y digestivos o enfermedades sanguíneas y cardiacas.
La lengua puede indicarnos signos de diabetes, problemas hepáticos, circulatorios y digestivos o enfermedades sanguíneas y cardiacas. I Stock

Los padecimientos pueden ser infecciosos, irritativos o genéticos. La intuición del estado de salud estará guiada por el cambio de color, uno de los signos más importantes a la hora de detectar patologías sistémicas que se manifiestan en la lengua. Sobre todo para detectar procesos de tipo hepático, pulmonar o biliar. 

Dime de qué color tienes la lengua y te diré qué tienes:

 

Marrón o negra es señal de «lengua vellosa»

Luce como una lengua oscura y peluda y ocurre cuando las papilas se alargan demasiado. Estos pequeños bultos no suelen tener muchas posibilidades de crecer porque se desprenden con regularidad debido a la actividad en la boca. Si crecen, pueden atrapar bacterias y una mezcla de colorantes alimentarios, de ahí el tono marrón o negro. Los factores de riesgo incluyen tomar antibióticos o antihistamínicos, fumar, sequedad de boca, mala higiene bucal o beber cantidades excesivas de café y té negro.

Color rojo intenso

Puede indicar deficiencia de vitamina B12, «lengua geográfica» o escarlatina acompañada de un sarpullido rojo en el cuerpo. «En la escarlatina las manifestaciones macroscópicas de la lengua suponen uno de los ejemplos más claros de visualización clínica de una enfermedad ya que se pierde el color rosado y pasa de un color blanquecino con puntos rojos a una lengua descamada de aspecto de frambuesa», señala García Fajardo, y añade: «Una coloración rojiza e inflamada, también puede hacer sospechar una avitaminosis de B12», señala García Fajardo. 

Azulada

Puede indicar problemas circulatorios o respiratorios, falta de oxígeno en los pulmones o de algún problema en el riñón.

Manchas o llagas blancas

Suele tratarse de candidiasis bucal (crecimiento excesivo de levadura en la boca)  que puede ser provocada por afecciones como diabetes o VIH, efectos secundarios de antibióticos o tratamientos contra el cáncer, uso de prótesis dentales, tabaquismo, sequedad de boca o uso de inhaladores de esteroides. También puede tratarse de leucoplasia: se forman parches blancos y espesos en las encías, parte interna de las mejillas y parte inferior de la boca. 

Llagas rojas o amarillas:

Es posible que se trate de aftas, también candidiasis.

Las últimas dos, en casos raros, pueden derivar a un cáncer bucal. Este surge con mayor frecuencia en la lengua, el suelo de la boca y las mejillas. La incidencia del cáncer oral en España es de aproximadamente 6 a 13 casos por 100.000 hombres al año y de 1 a 2 casos por 100.000 mujeres al año. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2022 fue responsable de 2.454 fallecimientos. 

El tratamiento suele incluir una combinación de extirpación quirúrgica y radioterapia o quimioterapia. Con un diagnóstico precoz, las posibilidades de supervivencia rondan el 90 %. Según el último Atlas de la salud bucodental en España (2022), se diagnostican de manera precoz un 30 % de los casos. 

«Los tumores malignos de la cavidad oral en el mundo suponen un 4 % del total de tumores malignos del organismo. En España el porcentaje disminuye hasta el 2,6 %. Esto se relaciona, como casi siempre, con los hábitos saludables y por un diferente consumo de tabaco y  alcohol», agrega García Fajardo sobre el tema. 

A su vez, el médico explica que existen «factores predisponentes como virus, oncogenes, radiación, deficiencias dietéticas o microtraumatismos que también podrían influir en la aparición de cáncer oral y en la lengua». 

Enfermedades más comunes en lengua: 

Macroglosia: proceso que hace que la lengua sea más grande de lo normal. Es causada por un aumento en la cantidad de tejido en la lengua y no debido a un crecimiento, como en el caso de un tumor.

Candidiasis oral: Infección por hongos en forma de levadura que causa manchas blancuzcas (aftas) en la boca y en la lengua.

Leucoplasia: se forman parches blancos y espesos en las encías. También se pueden formar en la parte interna de las mejillas y en la parte inferior de la boca.

Liquen plano oral: erupción cutánea con picor puede aparecer en cualquier parte del cuerpo, puede aparecer en forma de un patrón blanquecino con forma de encaje o en parches. No es contagiosa.

Anquiloglosia: la lengua anclada es un trastorno en la cual una banda de tejido corto, grueso o tenso de manera inusual (frenillo lingual) pega la parte de abajo de la punta de la lengua a la base de la boca.

Lengua geográfica: una enfermedad conocida como glositis migratoria benigna, puede causar que se formen manchas de color grisáceo en la lengua. Además, se desarrollan líneas blancas entre estos puntos, dando a la lengua la apariencia de un mapa. Puede hincharse o inflamarse.

Lengua fisurada o escrotal: alteración anormal de la anatomía de la lengua y tal como su nombre lo indica la persona que la padece suele presentar múltiples fisuras, estas son indoloras y que no afecta en la vida diaria de la persona.

Lengua negra vellosa: suele producirse por una acumulación de células muertas de la piel. 

Cáncer de lengua

Zonas de la boca y lengua donde suele aparecer el cáncer oral.
Zonas de la boca y lengua donde suele aparecer el cáncer oral. I Stock

Prevención: atención a la alimentación y el descanso, pero sobre todo al consumo de tabaco y alcohol

 «Siempre trato de advertir que cualquier herida, llaga o bulto que aparezca en la boca no debe causar alarma ya que la mayoría de estos hallazgos son autolimitados y desaparecen en el transcurso de dos o tres semanas», expresa García Fajardo, pero puntualiza que, una vez transcurrido este periodo de tiempo, y si la lesión persiste, se debe acudir al especialista y hacer el diagnóstico correcto.

Si bien existen predisposiciones genéticas, el odontólogo anima a atender los que forman parte de nuestra voluntad como son la alimentación, el ejercicio físico, así como el consumo de tabaco y alcohol. «Son pilares básicos para reducir la gran mayoría de las patologías médicas. También la calidad del sueño, que a veces no depende de la voluntad, tiene una repercusión muy evidente en la salud y cada vez se pone más de relieve como elemento primordial en la profilaxais de enfermedades comunes».

Consultado sobre si todos deberíamos cepillarnos la lengua, García Fajardo es tajante: «Siempre digo que el error más habitual en el cepillado de los dientes es, precisamente, pensar que vamos a cepillar los dientes. No es así. Vamos a cepillar los dientes, las encías y la lengua. Eso es lo correcto».

Cepillar desde atrás de la lengua hacia delante 

El odontólogo afirma que lo correcto es utilizar un cepillo manual suave —y no eléctrico— para limpiar los dientes y masajear las encías para estimular la circulación sanguínea y el drenaje linfático. «Después cepillar desde atrás de la lengua hacia delante para arrastrar todos los residuos que se acantonan entre las papilas de la superficie lingual. Y desechar siempre el cepillo eléctrico, a no ser que haya un impedimento físico, porque provoca retracción de las encías, hipersensibilidad y abrasión dental».

Aunque casi nos olvidemos de su existencia hasta que nos quemamos o mordemos, la lengua es un órgano de gran importancia, que está conectado con todo el organismo. «El cuerpo humano debe concebirse como un todo interconectado y, como tal, se debe explorar, porque las manifestaciones de una enfermedad no siempre se encuentran en el órgano primario afectado. Y la lengua, como bien sabían los médicos de antes que no disponían de los medios tecnológicos de ahora, es un mapa de gran valor que nos puede guíar en el diagnóstico médico de muchas enfermedades», concluye García Fajardo.

Si tenemos conexiones de nervios entre la lengua y los órganos, ¿podría haber una reflexología de lengua, así como con los pies y las manos? García Fajardo expresa que desconoce cómo funcionan las conexiones en cada área puntual y añade que «no hay evidencia científica» al respecto. Y es verdad, aún no hay tantos estudios. 

La medicina herbaria china fue la pionera a la hora de examinar la lengua para detectar enfermedades. Esta práctica, que posee más de 2000 años, fue retomada con la llegada de la Inteligencia Artificial. En 2023 ingenieros de la Middle Technical University (MTU) de Bagdad y la University of South Australia (UniSA) utilizaron una cámara web USB y un ordenador para captar las lenguas de 50 pacientes con diabetes, insuficiencia renal y anemia, y compararon los colores con una base de datos de 9.000 imágenes. Automatizaron el proceso y mediante técnicas de procesamiento de imágenes, diagnosticaron correctamente las enfermedades en el 94% de los casos. Así, cada paciente recibía un mensaje de texto con su diagnóstico.