Mitos y verdades sobre la salud vascular de las piernas: ¿los tacones provocan varices?, ¿y los viajes en avión?

Cinthya Martínez Lorenzo
Cinthya Martínez LA VOZ DE LA SALUD

VIDA SALUDABLE

A diferenica de las varices, las arañas vasculares no suelen cursar con dolor.
A diferenica de las varices, las arañas vasculares no suelen cursar con dolor. iStock

La doctora Kerstin Schick, experta en este tipo de patologías, despeja todas las dudas

29 ago 2024 . Actualizado a las 11:55 h.

Las piernas femeninas son más propensas a sufrir ciertas patologías; sobre todo, aquellas relacionadas con los vasos sanguíneos. La hinchazón repentina de las piernas, las varices o las arañas vasculares son algunos ejemplos. Pero no son pocos los mitos que existen sobre ellas. ¿Qué es verdad y qué es mentira?

Resolvemos algunas dudas frecuentes con la doctora Kerstin Schick, a raíz de la publicación de su libro Divinas piernas. Descubre cómo cuidar tu salud vascular para tenerlas sanas, fuertes y bonitas (Zenith, 2024). La experta en salud vascular femenina estudió medicina en Erlangen-Núremberg (Alemania) y realizó estancias en el extranjero en Stellenbosch, Oxford y Harvard. Ejerce como cirujana vascular con la cualificación adicional de flebología en la consulta del grupo Gefäßmedizin München Süd y forma parte de la junta directiva de varias asociaciones profesionales. 

Mito 1. Los tacones altos provocan varices

Cabe empezar por el principio. Nuestro sistema nervioso está compuesto por venas profundas y superficiales, y estas últimas, asumen el 10 % del torrente sanguíneo. También conocidas como subcutáneas, cuando se inflaman, son las que provocan las varices. Por lo tanto, las varices no dejan de ser venas enfermas. 

¿Por qué aparecen? La sangre vuelve al corazón a través de las venas, que tienen que empujarla hacia arriba para vencer a la gravedad. Esta función es posible gracias a unas válvulas. Cuando estas fallan, se provocan dilataciones y acumulación de sangre originando las varices que son visibles a simple vista en nuestra piel.  

También se debe diferenciar entre varices y arañas vasculares. Las primeras se pueden formar en cualquier parte del cuerpo, pero son más frecuentes en las piernas y pies. Más allá de la estética, pueden causar sensación de pesadez y dolor. En casos severos, incluso pueden darse complicaciones más graves. 

Las arañas vasculares, son conocidas técnicamente como telangiectasias o reticulares. Son venas pequeñas y superficiales que se asemejan a las patas de una araña, de color rojo, azul o púrpura. A diferencia de las varices, no son dolorosas ni causan síntomas físicos significativos. 

De esta forma, cuando se habla de insuficiencia venosa crónica, se dan varios grados de progresión. En el primero están las arañas y en segundo nivel ya nos encontramos las varices, que sí pueden llegar a ser un problema de salud al avanzar de grado por la hipertensión venosa que se genera en la pierna.

Debido a la importancia de ese correcto retorno venoso, uno de las principales dudas es si el uso de tacones las acaban provocando. En este sentido la doctora llama a la calma: «Como casi cualquier otra faceta de la vida, lo determinante en el uso de tacones altos es la dosis».

Se ha demostrado que el retorno venoso es peor cuando se camina con zapatos elevados en comparación con los planos, «lo cual probablemente se deba a la posición que adopta la articulación del tobillo en el calzado inclinado, que limita el funcionamiento de los músculos de la pantorrilla como bomba muscular», pero Schick confirma que un uso moderado de este tipo de calzado no influye en las varices aparezcan o empeoren. «Lo importante es dejar que las piernas reposen después de utilizar tacones y alternarlos con zapatos planos o los pies descalzos», añade. 

Mito 2. Si sufro varices no es aconsejable que realice viajes largos en avión

Es cierto que el hecho de estar sentada durante mucho tiempo en un avión favorece la inflamación de las venas, pudiendo afectar también al peligro de desarrollar trombos. Sin embargo, la doctora sostiene que no existen ningún motivo para desaconsejar los vuelos prolongados en caso de padecer varices.

Eso sí, proporciona pautas para que este trayecto afecte lo menos posible a la salud de las piernas: «Lo mejor es que viajes con las medias de compresión puestas. También es recomendable beber mucho líquido y realizar ejercicios para las piernas». 

Mito 3. Usar medias de compresión provoca que a largo plazo las venas se debiliten y dejen de funcionar 

Las medias de compresión, como si de un vendaje compresivo se tratase, ejercen fuerza exterior sobre la pierna, ayudan a evacuar el el líquido venoso y linfático en dirección al corazón. Resultan útiles para las mujeres que padecen varices, pero también para aquellas que sufren de linfedema o retención de líquidos

Con todo, existe la creencia popular de que el uso de las mismas podría provocar, a largo plazo, que las venas se debiliten y dejen de funcionar de manera correcta. Schick confirma que es falso: «No parece que exista ese efecto de debilitamiento. Las venas no se "acostumbran" a recibir una ayuda artificial desde el exterior. Las medias de compresión actúan en la pierna como un interruptor que puede activarse y desactivarse». 

Mito 4. Mantener las piernas cruzadas provoca arañas vasculares o varices 

La doctora explica que al superponer una pierna sobre otra, se ejerce cierta presión sobre la corva de la extremidad que se sitúa por encima, lo cual sí puede provocar una comprensión en las venas superficiales y, en último término, un aumento de la presión en las venas de la rodilla hacia abajo. «Pero esta situación temporal no puede generar un cuadro de varices», recalca Schick.

Si bien la especialista en salud vascular también matiza que «tampoco cabe descartar al cien por cien que a largo plazo la sobrecarga constante que se produce cuando se mantiene esta postura haga más visibles las venas más finas de la corva y de la parte inferior de la pierna». Por eso, aconseja mover las extremidades de forma regular, incluso cuando nos encontramos sentados. 

Mito 5. La alimentación influye en las arañas vasculares 

En este sentido, lo que puede ser una buena noticia para algunas, también es un jarrón de agua fría para muchas otras: «La alimentación no influirá, ni positiva ni negativamente, en las arañas vasculares de las piernas». Es decir, ni mejorarán por cuidar nuestra alimentación, ni aparecerán o empeorarán por esta. 

«La mujer debe comer y beber aquello que le guste y le siente bien», considera la doctora, y añade: «No hay ninguna recomendación que, de verdad, permita curar las venas y tampoco es posible evitar la aparición de varices si tienes predisposición a desarrollar esta patología. Lógicamente, descubrir esto resulta frustrante, pero por otra parte es posible que también alivie saberlo si tienes la sensación de que las varices son culpa tuya». 

Mito 6. Las arañas vasculares que ya son visibles pueden acabar remitiendo por sí solas

También relacionado con el mito anterior, muchas mujeres creen que, cuidando hábitos, pueden lograr que las arañas vasculares desaparezcan. Pero en la mayoría de los casos no sucede. 

«Una vez que empiezan a ser visibles, probablemente siempre lo serán. Puede que se vuelvan más claras si la paciente se somete a una operación o una vez que haya terminado el embarazo (en el caso de que se aparezcan durante el mismo y que la presión sobre los vasos de la piel se reduzca); pero, lamentablemente, no suelen desaparecer por sí solas», señala Schick.

Con todo, sí existen métodos quirúrgicos a través de los cuales se retira toda la vena o el tramo afectado para que no siga ocasionando problemas, y a día de hoy están disponibles diferentes técnicas para hacerlo según las necesidades y preferencias de cada mujer. 

Cinthya Martínez Lorenzo
Cinthya Martínez Lorenzo
Cinthya Martínez Lorenzo

De Noia, A Coruña (1997). Graduada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela, me especialicé en nuevas narrativas en el MPXA. Después de trabajar en la edición local de La Voz de Galicia en Santiago, me embarco en esta nueva aventura para escribir sobre nuestro bien más preciado: la salud.

De Noia, A Coruña (1997). Graduada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela, me especialicé en nuevas narrativas en el MPXA. Después de trabajar en la edición local de La Voz de Galicia en Santiago, me embarco en esta nueva aventura para escribir sobre nuestro bien más preciado: la salud.