Manuel de la Peña, experto en longevidad: «Cuando le preguntas a un centenario si ha fumado alguna vez, se ríe. Ninguno lo ha hecho»

Cinthya Martínez Lorenzo
Cinthya Martínez LA VOZ DE LA SALUD

VIDA SALUDABLE

El doctor Manuel de la Peña es presidente del Instituto Europeo de Salud y Bienestar Social.

Además de seguir una alimentación saludable, el cardiólogo defiende que el sentido del humor, escuchar música y hacer ejercicio físico alargan la vida

28 sep 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Manuel de la Peña se ha recorrido la Península con un objetivo: conocer cómo viven todos nuestros centenarios y supercentenarios. Conversó con María Branyas, la persona más longeva del mundo que falleció hace un mes con 117 años; Teodora Cea, de 112 años; Dolores Buitrago y Crescencia Galán, de 110; Engraciano González, Servando Palacín y Prudencia Yuste, de 109; entre otros. Un viaje que ha plasmado en un libro, Guía para vivir sanos 120 años (Vergara, 2024), donde descubre las claves de las personas más longevas de nuestro país para vivir más y mejor. El doctor es académico, profesor de Cardiología, director de la cátedra del corazón y longevidad, y presidente del Instituto Europeo de Salud y Bienestar Social. 

—Después de ese tour, ¿cuáles diría son las características comunes de nuestros centenarios?

—Todos tienen una mente muy activa y pensamiento positivo. No hay ningún centenario que viva pensando en cosas negativas y feas. Ni uno. Ni mencionan recuerdos negativos. Esa característica común de pensamiento positivo, mente muy activa, les encanta a todos cantar y bailar, incluso pintan al óleo algunos. Además, todos tienen una espiritualidad enorme. 

Otra peculiaridad que me ha llamado mucho la atención es que todos tienen mucha personalidad, genio y carácter. Todos están delgados, no me he encontrado a ninguna persona con sobrepeso. Y otra característica que me ha encantado es que la edad no es un obstáculo para superar ninguna adversidad. Es algo importante que he podido constatar. Personas de 105 años que se han operado de la cadera, que han superado un infarto con 80 y que ahora tienen 109. Que han superado un cáncer de colon con 90 y se sienten como si tuvieran 60 años. 

—La mayoría son mujeres, ¿nosotras vivimos más?

—Sí, las mujeres vivís de media de cinco a siete años más que los hombres. Tal vez sea porque en el período anterior a la menopausia, las mujeres, los estrógenos, os provocan una protección especial contra el infarto de miocardio. Tal vez ese componente hormonal femenino juega un papel esencial en la protección cardiovascular y por lo tanto, la mujer vive un poco más que los hombres. 

—¿Qué es una «Zona Azul»?

—Hay cinco Zonas Azules en el mundo y son aquellos lugares donde más centenarios hay. El hecho de haya cinco no significa que no haya más en el mundo, sino que esas son las que más se han estudiado y, por lo tanto, se han clasificado como tales. Todos tienen una característica muy importante y es que muchos hábitos saludables los tienen integrados en sus actividades diarias. Por ejemplo, la actividad física. No se levantan diciendo: «Tengo que hacer deporte», como si fuese una obligación. Tienen integrado y automatizado el ejercicio físico y la alimentación saludable. Esas dos peculiaridades constituyen el 75 % de la longevidad porque solo hay un 25 % de influencia genética. Tienen la suerte de vivir en esos entornos que facilitan decisiones saludables.

—¿Dónde se encuentran esas cinco zonas?

—En Cerdeña (Italia), la isla de Okinawa (Japón), la isla de Icaria (Grecia), Loma Linda (California) y la península de Nicoya (Costa Rica). Pero insisto, que se estudiaran estas cinco no quiere decir que no existan otras. España es candidata a varias Zonas Azules en Galicia, Madrid o Castilla La Mancha. 

—Por lo que dice, si alguien tiene padres centenarios, tiene probabilidades de llegar a serlo. 

—Sí, los antecedentes familiares corresponden al 25 % de la longevidad. Si tu padre ha vivido cien años, tienes muchas posibilidades de hacerlo tú también, porque has heredado genes que están asociados a la longevidad. Pero también a la hora de hablar de enfermedades. Si tu padre es hipertenso, es muy fácil que hayas heredado alguno de los cincuenta genes que están asociados a la hipertensión. Al igual que hay otros genes que se asocian con desarrollar hipercolesterolemia, por ejemplo. Se hereda lo bueno y lo malo, pero la ventaja que tenemos con lo malo es que si tú lo conoces, te puedes anticipar. Si sabes que tienes genes que te predisponen a sufrir hipertensión puedes adoptar costumbres que faciliten decisiones saludables que impidan que esta se exprese y se eleve. 

—¿Usted estaría a favor de que cualquier persona se hiciera un test genético para descubrir a qué enfermedades está más predispuesto?

—Es esencial. Sobre todo prestar atención a las patologías que sabes que ha sufrido tu familia. No quiere decir que la vayas a sufrir sí o sí, sino que tienes más predisposición a sufrirla. Pero si lo sabes y te cuidas, en el peor escenario de que llegue a presentarse, se diagnostica precozmente. 

—¿Qué come un centenario?

—Los centenarios comen, sobre todo, proteínas vegetales. Mucha verdura, legumbres y cereales integrales. Esa es la base de su alimentación, junto con el pescado. Pero hay que tener en cuenta que han perdido mucho su dentadura, la tienen mucho más débil, toman comidas mucho más fáciles de masticar, como cremas de verduras. Una alimentación basada en productos frescos y de temporada, liberados de todo tipo de tóxicos. Y por cierto, a todos los que he visitado les gusta el chocolate.

—¿Y qué no comería nunca un centenario?

—Productos ultra procesados. No los comen. Ni alimentos ricos en sal o azúcar, huyen. Ni los prueban. 

—Dice que la vitamina D es la hormona de la vida, pero la mayoría de los españoles tienen un déficit de esta...

—Sí. El déficit es a nivel mundial. Los únicos países que no lo tienen son los que añaden a la leche vitamina D. Por ejemplo, Suiza. Pero mundialmente, lo hay. Entre los síntomas, cansancio, falta de vitalidad, pérdida de funciones cognitivas, osteoporosis y algunos estudios la relacionan con la esclerosis múltiple. A veces buscamos tratamientos sofisticados, que los hay y cuestan un montón, pero nos olvidamos de algo que es accesible a todos que es la vitamina D.

—¿El sentido del humor nos ayuda a cumplir años?

—El sentido del humor alarga la vida, eso está claro. Junto con la música, porque esta estimula nuestros centros cerebrales más positivos, liberando las cuatro hormonas de la felicidad: dopamina, oxitocina, serotonina y las endorfinas. Fíjate si es importante la liberación de esas hormonas, que esta se lleva a cabo cuando escuchamos música, hacemos ejercicio físico, y cuando tiramos de la risa y el humor. De hecho, en Japón, el país más longevo del mundo, la risoterapia se utiliza mucho como tratamiento complementario, como una ayuda para curar. 

—Usted es cardiólogo. ¿Las enfermedades cardiovasculares son uno de los principales obstáculos para no llegar a ser centenarios?

—Sí, la enfermedad cardiovascular sigue siendo la primera causa de muerte en el mundo. Cada cinco segundos muere una persona de infarto de miocardio y en España se producen 70.000 al año, de los cuales la mitad no llegan a tiempo al hospital. El infarto de miocardio y el cerebral o ictus, cuya causa es la trombosis coronaria. Esta se produce por un colesterol LDL elevado, una tensión fuera de control y por el hábito de fumar. En los supercentenarios se da todo lo contrario. Las personas de más de cien años tienen un colesterol de 120, una tensión arterial de 130-70 y ninguno fuma. Cuando le preguntas si ha fumado alguna vez, se ríen. Ninguno lo ha hecho.

—¿Fumar acorta la vida?

Fumar es un auténtico disparate. Tiene un montón de sustancias tóxicas y provoca muchos problemas de salud. Aumenta la tensión arterial, la frecuencia cardíaca, etcétera. La hemoglobina, que se transporta en el torrente sanguíneo, es la que se encarga de llevar el oxígeno a todos los órganos. Pero tiene un problema: tiene 150 veces más afinidad por el monóxido de carbono que libera el tabaco, que por el oxígeno. Esto quiere decir que, cuando llega a los tejidos el oxígeno, pero aparece el monóxido de carbono del tabaco, abandona el oxígeno y se va con su amante, el monóxido de carbono. Y en vez de suministrar oxígeno a los diferentes tejidos, le suministra monóxido. ¿Qué provoca todo esto? Provoca envejecimiento prematuro de la piel, del cerebro y de todos los órganos. Por eso cuando una persona deja de fumar, la piel de su rostro cambia, porque esta refleja el estado vital de esa persona. 

—¿Qué es el Klotho?

—Mi proteína favorita. La fabrica el riñón en estado natural y es la proteína antienvejecimiento, la que nos protege. Cuando el riñón funciona peor por la agresividad de los tóxicos que le aportamos, disminuye esa capacidad renal y esa disminución de la función renal hace que segreguemos menos Klotho, envejeciendo más deprisa. Se han creado terapias génicas con ella, sobre todo en Estados Unidos, pero de momento son experimentales y, por cierto, también muy caras. 

—Si tuviera que dar un consejo para llegar a los 120 años, ¿cuál sería?

—Aprender a gestionar la calma. Relativizar los problemas. Saber distinguir entre un problema y una adversidad. A veces pensamos que tenemos un problema y no deja de ser una preocupación. Si sabes gestionar la calma encontrarás el momento de serenidad para afrontar esa adversidad. Por eso el mejor consejo es el de Crescencia, con 110 años: «Cuando tengo un día malo, lo saco a flote». Nada más irme, me preguntó cuándo iba a volver. Con ella me di cuenta de la importancia que tiene la fuerza interior. La edad no es un obstáculo para conseguir las cosas, que es otro problema que la gente tiene en la cabeza: «Tiene 80 años, le quedan unos meses». No. Le pueden quedar 40 años. 

Cinthya Martínez Lorenzo
Cinthya Martínez Lorenzo
Cinthya Martínez Lorenzo

De Noia, A Coruña (1997). Graduada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela, me especialicé en nuevas narrativas en el MPXA. Después de trabajar en la edición local de La Voz de Galicia en Santiago, me embarco en esta nueva aventura para escribir sobre nuestro bien más preciado: la salud.

De Noia, A Coruña (1997). Graduada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela, me especialicé en nuevas narrativas en el MPXA. Después de trabajar en la edición local de La Voz de Galicia en Santiago, me embarco en esta nueva aventura para escribir sobre nuestro bien más preciado: la salud.