¿Estás usando mal el desodorante?: Este es el truco para potenciar su efecto
VIDA SALUDABLE
Los estudios concluyen que la aplicación nocturna permite una acción más potente y duradera del principio activo presente en estos productos
05 dic 2024 . Actualizado a las 14:08 h.La sudoración excesiva es incómoda y molesta. Las manchas en la ropa o la humedad persistente en las axilas llegan a afectar a la autoestima de muchos. Los métodos tradicionales para combatir el sudor suelen centrarse en la aplicación matutina de antitranspirantes, una práctica tan común que pocos consideran alterarla. Sin embargo, existe una manera más efectiva de maximizar su eficacia: aplicar el antitranspirante antes de dormir.
Ponerse desodorante por la noche podría parecer un hábito contraintuitivo, algo parecido a alisarse el pelo antes de acostarse a dormir. Y es que, aunque esta es una más en la lista de tareas de higiene personal que llevamos a cabo día tras día, tendemos a asociar el uso de desodorante o antitranspirante a una preparación de cómo nos presentamos de cara al mundo.
En el día a día, nos interesa evitar el sudor en nuestra vida diurna, sea en el trabajo, en reuniones del colegio de nuestros hijos o en una cita romántica, pero una vez que llegamos a casa al final del día y no tenemos planes, no prestamos tanta atención a este tema. Las publicidades de estos productos tampoco nos llevan a verlos como parte de la rutina nocturna: en ellas se suele ver a actores preparándose para salir de casa por la mañana, en el baño después de una ducha, o en un vestuario. Además, los anuncios suelen hacer hincapié en el tiempo que dura la protección frente al sudor (generalmente, 24 horas), lo que sugiere que su efectividad disminuye progresivamente tras la aplicación.
Pero aunque no es la manera habitual de usarlo, este sencillo cambio en la rutina nocturna puede marcar una gran diferencia. De hecho, estudios científicos y sociedades dermatológicas de todo el mundo han señalado que la aplicación nocturna mejora significativamente la capacidad del antitranspirante para bloquear la sudoración. Para entender por qué funciona este truco, es necesario saber lo que el antitranspirante realmente hace al entrar en contacto con nuestra piel.
¿Desodorante o antitranspirante?
Los desodorantes son productos formulados para neutralizar el olor del sudor producido en las axilas. Son efectivos para ese fin, pero no evitan la transpiración. Su funcionamiento se basa en la acción del alcohol, que, al extenderse sobre la piel, la convierte en un medio más ácido y menos propicio para el desarrollo de las bacterias que causan olores. Además, incorporan fragancias que contribuyen a enmascarar el olor corporal.
A diferencia de los desodorantes, los antitranspirantes sí inhiben temporalmente el sudor. El aluminio suele ser el principal ingrediente activo en su fórmula y sirve para bloquear los poros y reducir la transpiración. El antitranspirante es sumamente eficaz, pero requiere unas condiciones específicas para actuar, de lo contrario, puede disminuir su efecto.
Cómo funciona el antitranspirante
Si observásemos el antitranspirante con una lente de aumento, veríamos que, en realidad, no es un escudo que evita que la humedad se filtre, sino que funciona a nivel microscópico, creando una serie de pequeños tapones de gel que sellan temporalmente las glándulas sudoríparas, impidiendo que expulsen el sudor.
La mayoría de estos productos contienen algún tipo de sales de aluminio, que se combinan con la humedad de la piel para formar estos tapones de gel y obstruir las glándulas sudoríparas. Estos tapones no solo bloquean la humedad, sino que también reducen el mal olor, ya que las bacterias necesitan un ambiente húmedo para reproducirse y generarlo. Pasadas las 24 horas desde la aplicación, los tapones se disuelven de manera natural en la piel.
Para poder formar estos tapones de gel, el antitranspirante requiere unas condiciones mínimas de humedad que no excedan un umbral determinado. Es por eso que aplicarlo por la mañana no es ideal, ya que tendemos a sudar más durante las horas de vigilia, cuando estamos activos. Si nos ponemos en marcha inmediatamente después de usar el producto, el sudor acaba por arrastrarlo y no se llegan a crear los tapones. Lo mismo ocurre cuando lo aplicamos inmediatamente después de la ducha, dado que la piel estará demasiado húmeda.
En cambio, mientras dormimos, el cuerpo disminuye su temperatura y el nivel de activación física es mínimo, lo que permite la formación de los tapones de gel. Esta temperatura basal nocturna es ideal para que ese mecanismo de acción funcione. De hecho, una investigación ha demostrado que la aplicación nocturna aumenta significativamente la capacidad del antitranspirante de reducir el sudor, llevándola de un 56 % a un 73 %. Otro estudio del 2004 también concluyó que usar este producto por la noche proporcionaba efectos más potentes que hacerlo por la mañana. Incluso una guía de la Academia Americana de Dermatología recomienda aplicarlo antes de dormir.
Una vez que se ha formado el tapón, este resiste unas 24 horas sin disolverse, incluso si te duchas por la mañana al despertar, aunque la fragancia del producto podría desaparecer si nos bañamos. Podemos volver a aplicarlo tras la ducha o a lo largo del día, pero hay que tener en cuenta que siempre funcionará mejor si las axilas están secas y permanecen así durante el tiempo suficiente para que se formen los tapones de gel.
Cabe señalar que estas recomendaciones no son válidas en el caso de los desodorantes. Dado que el objetivo de estos es enmascarar o neutralizar el olor del sudor, lo ideal es aplicarlos cuando más se necesita controlar este olor, por ejemplo, durante el día o después de un entrenamiento. Los expertos sugieren que debemos usar el desodorante básicamente como si fuese un perfume para las axilas, ya que no impacta en la cantidad de transpiración que el cuerpo produce.
Desencadenantes del sudor
Si tienes tendencia a sudar de manera excesiva, además de usar antitranspirante, la Academia Americana de Dermatología recomienda evitar los alimentos que pueden desencadenar la actividad de las glándulas sudoríparas. Sobre todo, se debería limitar el consumo de cafeína y de teobromina, sustancias que pueden inducir el sudor. Bebidas como café, té, ciertos refrescos o chocolate caliente son algunas en las que están más presentes estas sustancias.
Otros consejos que suelen darse desde el ámbito dermatológico incluyen usar prendas de tejidos respirables, evitar pasar muchas horas con calzado puesto o elegir zapatos más abiertos que permitan expulsar el calor, así como calcetines que reduzcan la humedad en la piel. «Las fibras naturales pueden ser frescas pero absorben sudor y permanecen húmedas. Algunas fibras sintéticas menos frescas repelen el sudor y permanecen secas. Tenga disponible ropa para mudarse durante el día», aclaran desde la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV).
Finalmente, la AEDV señala que «la depilación de la zona puede se útil para evitar la humedad que queda retenida en el vello de esta área, favoreciendo su evaporación, ayudando a paliar la retención de malos olores y favoreciendo un mejor efecto de los antitranspirantes».