Pilar García, podóloga: «Las durezas de los pies son una respuesta protectora de la piel»
VIDA SALUDABLE
La experta, especializada en el pie pediátrico y del deportista, fue premiada en los Doctoralia Awards
16 dic 2024 . Actualizado a las 16:35 h.Pilar García, una de las profesionales de la salud gallegas premiadas en los Doctoralia Awards —los galardones que reconocen a los profesionales de la medicina privada en España—, reconoce que la podología llegó a su vida de una manera casual, aunque no tardó en apasionarle. «Es una profesión muy agradecida, porque en una primera consulta ya puedes aliviar problemas que causan un gran malestar», apunta.
Destaca la importancia que tiene su especialidad y lo fundamental que sería que fuese incluida en la cartera de servicios públicos: «El resto de profesionales nos están derivando a pacientes en cuanto detectan algún tipo de problema dentro de su ámbito. Creo que sería interesante que se regularizase dentro de la unidad pública», señala. La experta, que pasa consulta en A Coruña, recomienda visitar al podólogo una vez al año. Es más, alerta: «Cuanto más se tarde en tratar el problema, peor pronóstico tendrá».
—¿Cuáles son los motivos más frecuentes en consulta?
—Desde una uña encarnada, callos, durezas, juanetes e infecciones dependiendo de la época del año en la que estemos. También veo afecciones a nivel de piel, dérmicas, infecciones por hongos, papilomas, verrugas, plantares, especialmente en verano trastornos de sudoración, fascitis plantar, espolón calcáneo, otro tipo de tendinitis, inflamación, hongos en las uñas, en la piel y el tema del pie diabético es, a su vez, muy importante.
—¿A qué edad debe ser la primera visita al podólogo?
—Cualquier edad es buena para ir al podólogo, nunca es pronto. Podemos empezar vigilando el crecimiento de las uñas o pequeñas deformaciones digitales en un bebé. Después, durante la edad escolar, hay que darle seguimiento sobre el tipo de pie y posibles repercusiones, y seguirlo en su proceso también madurativo en la adolescencia hasta finalizar el crecimiento. En su edad adulta y con el aumento de presión en los pies por práctica deportiva, la propia edad, un calzado inadecuado o la actividad diaria son factores que pueden desencadenar posibles problemas y que los podólogos podemos ayudar a resolver.
—¿En verano se encuentra con más infecciones en los pies que en invierno?
—Sí, depende también de la zona en la que vivamos. Por climatología residimos en una zona muy húmeda, e incluso en verano, hay pocos meses en los que podamos prescindir de un calzado encerrado. Ahí aumenta la sudoración y el riesgo de estas posibles afectaciones a nivel de pies.
—¿Por qué aparecen los juanetes?
—El juanete tiene una predisposición mecánica. Esto produce una forma de pisar que aplana en el pie y crea una serie de presiones en la articulación del dedo gordo o primer dedo. Como solución, están las plantillas y, desde luego siempre y como última opción, la cirugía. El juanete tiene una combinación genética y unos factores biomecánicos que se pueden ver agravados por el uso de un calzado estrecho o inadecuado.
—¿Y las durezas?
—Las durezas, en cambio, son una respuesta protectora de la piel ante la fricción o presión constante por una mala distribución de cargas, lo que también nos habla de una posible afectación en el desarrollo biomecánico.
—¿Es posible encontrar pies bonitos?
—¿Pies bonitos? La belleza de los pies es subjetiva, lo más importante es que estén sanos, libres de patologías como durezas, grietas o uñas encarnadas. A veces un simple callo es un signo de alerta. La belleza varía según los estándares culturales, pero lo más importante siempre es que el pie sea funcional y esté sano.
—¿Hay hábitos y costumbres que hacen sufrir a los pies más de lo que pensamos? Se me vienen a la cabeza los distintos tipos de calzados que llegamos a usar.
—Sí, una de las principales causas es el uso de este tipo de calzado, como bien has dicho. Caminar largas distancias sin el soporte adecuado; en verano, usar chanclas más tiempo del debido; utilizar un zapato de tacón o una punta muy estrecha. Podemos provocar metatarsalgias, neuroma de morton o juanete. Esta mala posición del pie puede afectar a las rodillas, caderas o espalda, así como alterar nuestra postura. También están asociados con un mal uso del calzado problemas como fascitis plantar, dolor lumbar o tendinitis aquílea.
—Como podóloga, ¿existe algún zapato que nunca se pondría?
—En un momento concreto, en una situación concreta, un zapato de acuerdo quizá con esos cánones de belleza, no supone un problema. Pero en el día a día hay que adecuar los zapatos a nuestra actividad. Tienen que ser hormas redondas, un calzado flexible, un tacón cómodo y adecuado a nuestro tipo de pie. Todo esto siempre y cuando no tengamos ninguna patología de base. En los niños, por ejemplo, antes de caminar no deberían de usar calzado para permitir el desarrollo nervioso y muscular adecuado. Están en pleno proceso madurativo. Y en las personas mayores, debe ser estable y que se adapte a la forma de sus pies, que sean respetuosos también con esa estructura, igual que el de los niños en sus primeros pasos.
—¿Vamos con los dedos muy apretados?
—Sí, los zapatos con punteras estrechas, tacones altos o chanclas son perjudiciales. Los dedos suelen ir comprimidos en calzado inadecuado, lo que genera deformidades, callos o uñas encarnadas. Se recomienda optar por calzado flexible, bien ajustado y que permita la transpiración.
—Dos de sus especialidades son el pie infantil y el pie deportista, ¿en qué se diferencia uno de otro?
—Tenemos diferentes tipos de pie. El pie en el deporte sufre de manera diferente que un pie infantil. Date cuenta que el de un deportista está sometido a altos niveles de esfuerzo e impacto; son comunes lesiones. El uso de zapatillas personalizadas y calzado adecuado es clave. En cambio, en un paciente pediátrico, el desarrollo requiere cuidado para evitar las alteraciones de la pisada que puedan generar problemas futuros. Es importante vigilar su crecimiento, corregir anomalías a tiempo y que usen un calzado respetuoso, pues permitirá distribuir las cargas adecuadamente y el niño debe tener espacio para mover esos deditos. Recomiendan ya, siendo bebés, hasta los bodies sin rematar en la puntera de los dedos, para que no limiten en absoluto.
—En otras palabras, que siempre prime un calzado respetuoso.
—Sí. Cuando nuestras criaturas empiezan a caminar, lo mejor es que vayan descalzos. En el pie hay una serie de receptores sensitivos muy importantes y, en el momento en el que nos ponemos los zapatos, los apagamos. Nuestros bebés los necesitan para poder interactuar, para ir madurando su marcha y su pisada, a la vez que atendiendo a esos estímulos. Por eso es tan importante que el calzado sea, sobre todo en los primeros pasos, de suela delgada, muy flexible, sin contrafuertes o partes duras y de punteras anchas. Insisto, siempre y cuando no haya ninguna patología de base. Cuanto más tiempo estén los niños descalzos, sin zapatos ni calcetines y sin sujetarlos de la mano, más respetaremos ese período de maduración que tanto necesita nuestro sistema propioceptivo, nuestro sistema nervioso. Eso sí, apelo al sentido común de los padres, ya que el calzado también nos protege del frío, de la suciedad o de agresiones de la calle como piedras o cristales. Al final, hay que encontrar un equilibrio. Es muy importante que los pequeños pasen por ese proceso de gateo. Cuando los niños empiezan a caminar se caen muchas veces. Esa es una manera de aprender que tiene su cuerpo, es una fase más de este proceso. Por eso la elección del calzado debe ser adecuada para no limitar la capacidad de su sistema musculoesquelético y sus receptores. Es más fácil de lo que pensamos siempre y cuando tengamos en cuenta la figura del podólogo para asesorarnos.
—¿Cómo es el pie de un deportista?
—La gente que hace deporte suele machacar bastante sus pies, tanto por la intensidad y el impacto como, seguramente, otros factores que desconozco. Por eso, debemos usar una zapatilla adecuada y, prácticamente, personalizada. Es importante valorar a través de un estudio biomecánico si hay la necesidad de un uso de plantillas, no siempre lo es. El deporte implica un mayor impacto articular aumentando el riesgo de lesiones. Por eso, una consulta podológica anual es fundamental para evaluar la movilidad articular y comprobar el funcionamiento muscular. Debemos analizar la postura, la manera de caminar y la distribución de presiones en cada pie. Todo esto lo conseguimos con el estudio biomecánico que hacemos los profesionales en consulta. Y en deportes específicos, hay que analizar la frecuencia, incluso, la técnica de carrera si eres corredor.
—Todo ello para evitar problemas, entiendo, derivados de la práctica incorrecta del deporte.
—Claro. Un correcto estudio de la marcha puede prevenir lesiones musculares, problemas articulares, ya sean lesiones musculares, sobrecargas y tendinitis. No olvidemos que el pie puede dar problemas en el resto del cuerpo y el resto del cuerpo puede repercutir dando problemas en los pies. Y no solo hablo de lesiones que tengan que ver más con el sistema musculoesquelético, también tenemos afectaciones a nivel de piel, una distrofia de una uña, una pequeña ampolla o hematomas. Esos son los primeros signos de alarma que nos hacen sospechar que puede haber algo más.
—¿Cuál es el primer signo en un bebé?
—Normalmente, cuando todavía no caminan, es importante que vengan a consulta por algún tipo de alteración de los deditos que observen los padres o por una alteración de alguna de las uñas. Eso puede poner de manifiesto y, de hecho lo hace, algún problema a medio plazo.
—En deportistas, ¿cuál sería el cuidado fundamental?
—Algo tan obvio como tener en cuenta que, como con el ejercicio el pie se dilata, tenemos que usar, como mínimo, media o una talla más. También el tipo de calzado, porque una zapatilla, en función de la pisada que tengas, si es amortiguada puede darte problemas o no. A veces, escuchamos que en los anuncios se dice lo típico de una línea de calzados recomendada por los podólogos y no es verdad. No todo el calzado va bien para todo el mundo.
—¿Qué tipos de pisada existen?
—Tenemos dos tipos básicos, pisada pronadora y supinadora. Para que todos nos entendamos. Pronadora el pie gira hacia adentro y supinadora se va hacia afuera. El equilibrio entre ambos es una pisada neutra. Y las extremas son las que van a poder causar algún tipo de lesión si no lo evitamos mediante un estudio.
—¿La forma de pisar se hereda de los padres?
—La forma de pisar, su biomecánica, se puede heredar, y con ello, la predisposición a ciertos problemas. Hay factores externos, como el tipo de calzado y las actividades, que también influyen empeorando o mejorando esa predisposición a ciertos problemas. Por ejemplo, una tendencia heredada a pies planos o a la pronación puede manifestarse más con un calzado que, además, sea inadecuado. Y si con esos zapatos, haces una actividad para la cual no son adecuados, peor. Hay pacientes que vienen a consulta y dicen que tienen el pie como su padre pero este nunca ha tenido el mismo problema. Claro, porque a lo mejor su progenitor ha trabajado toda su vida en una oficina, y mi paciente está todo el día de pie con un calzado de protección. El sentido común es muy importante en todo esto. No puedes hacerte el maravilloso paseo que tenemos en A Coruña con un zapato de tacón, porque al tercer día tendrás que ir al hospital. Al igual que tampoco deberíamos hacer el Camino de Santiago con una zapatilla de deporte que nos queda justita, o que no hayamos utilizado previamente y sea nueva.
—¿Cómo se cuida un pie?
—Caminar descalzo, en condiciones de seguridad y en superficies limpias, fortalece los músculos y mejora la postura, tanto en adultos como en niños. Otros cuidados incluyen hidratar los pies regularmente, usar un calzado adecuado que permita transpiración. A día de hoy deberíamos fijarnos mucho en la composición del calzado, sobre todo en lo que recubre nuestro pie, en la parte interna. Cortar las uñas de una forma adecuada y correcta. Realizar esas revisiones periódicas. Ante cualquier mancha o alteración ungueal, hay que acudir al profesional, no caer en esta dejadez. Fíjate, el hongo es una infección muy silenciosa e indolora hasta que ya tiene afectada la placa ungueal gravemente o la piel. Hasta ese momento, que puede complicarse con la infección bacteriana también, es silencioso y avanza. Hay que tener una prevención. Hidratar siempre los pies, eso sí, nunca entre los dedos, para no favorecer la aparición de hongos.
—¿Qué partes del cuerpo son las que más sufren por una mala pisada?
—Podemos tener un problema ascendente o descendente. Un problema de pisada puede dar lugar a una compensación en otra parte del cuerpo, y viceversa. Eso es algo que debemos tener en cuenta. Una pisada incorrecta da problema en cualquier articulación, altera la distribución de fuerzas, pueden verse comprometidos los tobillos, la cadera, la columna y hasta la cervical.