Asun González y Carmen Salas, divulgadoras: «Es probable que mucha gente que padezca SIBO no lo sepa»

VIDA SALUDABLE

Las expertas declaran estar en contra de las dietas restrictivas porque «a largo plazo se generan incluso más intolerancias»
28 may 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Asun González y Carmen Salas se conocían desde hace un tiempo, pero hacer el Camino de Santiago juntas fue el germen de su nuevo libro Qué como con SIBO (Alienta Editorial, 2025), con 60 recetas antiinflamatorias. La primera es bióloga por la Universidad de Salamanca y asesora nutricional especializada en salud digestiva. Sus inicios en investigación genética en el CSIC y su máster en Información Técnica del Medicamento por la Universidad de Vigo, le hicieron descubrir el campo donde «el alimento habla con los genes»: la nutrigenética. Así, continuó su formación en nutrición y microbiota en el ICNS, el SEMIPyP, el Instituto Nutrigenómica, el Instituto IMDEA y el Instituto de Medicina Funcional en Estados Unidos. Sin embargo, fueron sus propios problemas digestivos tras una intoxicación alimentaria los que la llevaron a adentrarse de lleno en la búsqueda de alternativas para tratar esta clase de patologías.
Por su parte, Carmen es fisioterapeuta y divulgadora en el ámbito de la salud y la alimentación. Su propio camino con una patología autoinmune la llevó a explorar el impacto de la nutrición en el bienestar, convirtiéndose en una apasionada de la cocina saludable y los fermentados.
—¿Qué es el SIBO?
—Asun. El SIBO se define por las siglas en inglés de sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado. Esto quiere decir que hay más bacterias en el intestino delgado de las que debería haber. Hay microorganismos que son normales en nuestra microbiota, pero no debería haber demasiados. Cuando hay problemas de motilidad, de conexión del intestino delgado con el grueso, problemas de estómago, y estos microorganismos crecen n exceso, generan más gases de los que deberían porque se alimentan de la fibra que les damos de comer. Lo comparo a veces con un atasco.
—¿En qué sentido?
—Asun. No es que los coches o las personas que están allí sean malos, pero cuando se acumulan mucho y además es un tramo muy estrecho como es el intestino delgado, que es muy largo y finito, es un poco tóxico. Esto nos pasa cuando tenemos SIBO. En la práctica, es más un desequilibrio de la microbiota que una infección. Muchas veces pensamos que es una infección, lo tratamos con muchas ondas de antibióticos, dietas restrictivas, y al final nos estamos cargando la microbiota buena y no conseguimos una mejoría. La clave está en equilibrar ese desequilibrio, valga la redundancia, de la microbiota. Pero sobre todo en tratar a la microbiota con mucho cariño.
—¿Puede haber gente que tenga SIBO y no lo sepa?
—Asun. Un montón. Las estadísticas dicen que alrededor del 80 % de la población, ahí es nada, tiene problemas de salud. Y cerca de un 60 %, problemas digestivos. El 90 % de las enfermedades crónicas está relacionado con desequilibrios en la microbiota. Estos, cualquier persona que esté enferma, casi seguro que los va a tener. Que de esos desequilibrios sean todos SIBO, no, pero sí hay mucha probabilidad de que muchos lo tengan sin saberlo. Se calcula que cerca de un 50 % de pacientes que están diagnosticados de intestino irritable, dispepsia y de problemas digestivos puede ser que tengan SIBO. Ya luego que estén diagnosticados o no, es otra cosa. Está bastante estudiado que está infradiagnosticado el SIBO. ¿Quiere decir que todo el mundo lo tiene? No. ¿Que cada vez es más frecuente porque se va diagnosticando más y se sabe más? Sí. ¿Que hace falta todavía diagnosticar más? Sí, pero sin perder de vista esto que decimos, que un desequilibrio y que está causado, probablemente, por algo más.
—¿No hay por qué tener SIBO para llevar a cabo estas recetas antiinflamatorias?
—Carmen. Exacto, por eso le hemos puesto este subtítulo de recetas antiinflamatorias. Sí que es cierto que a día de hoy existen muchas patologías que el caldo de cultivo puede ser una inflamación de bajo grado, pero es para todo el mundo. Las recetas son con alimentos saludables como verduras, pescados, aceite de oliva, de coco, alimentos que puedes comprar en un mercado. Comer limpio, sano y saber, sobre todo, qué te sienta bien. Es un libro con recetas sencillas para todo el mundo que quiera comer mejor y sentirse bien.
—Si tengo SIBO o estoy en un período en el que la comida no me está sentando muy bien. ¿Debo llevar a cabo una dieta restrictiva?
—Asun. De entrada, no somos partidarias de la dietas restrictivas, por lo menos que sean desde un inicio y sin un profesional. Hay que manejarlas con cautela porque las restricciones, cuando son muy excesivas y además se hacen sin supervisión, pueden agravar el problema porque dañan la microbiota buena. Se pierde mucha diversidad y se daña el intestino. Con las dietas restrictivas a largo plazo se generan incluso más intolerancias: lo que antes sí tolerabas lo dejas de hacer y por encima acabas comiendo arroz y pollo. Yo pensaba que esto era un mito, pero no, hay gente que termina comiendo solo esto y después no consiguen recuperar su salud digestiva y microbiota. Este tipo de dietas restrictivas que son muy específicas como la dieta baja en FODMAP, deben ser temporales y supervisadas por un profesional. Hay que adaptarlas a cada paciente, que valore los déficits nutricionales que son habituales en SIBO, que valore lo que la persona tolera y lo que no, que le ayude por supuesto a encontrar la causa y a tratar al paciente de forma global. Tampoco estamos en contra, ojo, de estas dietas restrictivas, porque son una herramienta que usada de forma puntual con un profesional pueden ayudar a reducir un poco los gases, pero tampoco van a curar al paciente.
—¿Qué es la dieta FODMAP?
—Asun. La dieta FOPMAP significa dieta baja en carbohidratos fermentables. Estos no son todos, son oligosacáridos, disacáridos, monosacáridos y polioles fermentables. ¿Quiere decir que todos los carbohidratos son FODMAP? No, porque el azúcar de mesa, que sabemos que no es muy buena idea, no es un FODMAP porque el ser humano lo digiere todo, según entra el intestino lo absorbe todo y no queda nada para las bacterias. Tienen que ser carbohidratos fermentables por las bacterias como pueden ser la lactosa, los polioles, la fibra que son los fructanos y este tipo de fibra más difícil de digerir por nosotros y que tenemos que tener una microbiota bien saludable para que no nos causen problemas digestivos.
—¿Cuáles serían vuestros indispensables en una dieta?
—Carmen. Importante para mí tener una buena grasa a mano porque son transportadores de sabor. Además, a nivel de salud, va genial porque ayuda a recuperar la mucosa. En España tenemos el aceite de oliva virgen extra, pero para mí, mi favorito, es el ghee y por eso lo añadí.
—¿Qué es el ghee?
—Carmen. Es la grasa que sale de la mantequilla. La mantequilla es una grasa en sí, pero al eliminar todo eso y sacarlo, para cocinar es maravilla para tu microbiota y para tu paladar, porque también da un sabor muy rico.
—¿Qué papel tienen las especias?
—Carmen. Para mí ha sido un salvador en la cocina porque cuando tienes una dieta muy restrictiva y no sabes qué comer, al principio comes sota, caballo y rey que es lo que sabes que va bien, pero las especias juegan un papel muy importante a la hora de dar sabor y color porque comes con los ojos y por el olfato. En mi caso, el comino y el orégano se lo echo a casi todo.
—Asun. Sí, las especias son medicina de la naturaleza. Además, todas son aptas en SIBO y de hecho, hay tratamientos para este, los herbáceos, que se sacan directamente de estas hierbas y especias. Por ejemplo, se utiliza mucho la alicina que se extrae del ajo, el orégano en extracto, berberina, cúrcuma que es súper antiinflamatoria… Todo eso que suele haber en suplementos en realidad están extraídos de las hierbas y especias. No van a ser tan potentes como un extracto, pero si se utilizan de forma natural si que nos van a ayudar a equilibrar ese SIBO.
—Carmen. Ahora mismo está de moda el caldo de huesos. Y, además de reconfortarnos cuando estamos mal, creo que también es un básico. Hacerse un caldo, que se puede hacer en grandes cantidades y lo puedes tener congelado, utilizarlo para una salsa o lo que sea, para mí también es indispensable.
—Asun. Yo también me quedo, si tuviera que elegir un indispensable, con una crema de verduras hecha con un caldo de huesos.
—Justo las verduras, ¿es lo que se suele quitar primero al tener fibra y mover mucho el estómago?
—Asun. Totalmente. Lo primero que se suele quitar de la dieta es todo lo que tiene más fibra. La fruta porque tiene fructosa, el ajo o la cebolla porque nos repite, el puerro, el brócoli… Todas estos alimentos que son más fibrosos, los quitamos. Sí, puede ser que nos siente mal porque no tenemos bien la microbiota para la digestión, no por el alimento en sí que son maravillosos. Pero sí que es cierto que justo quitamos lo más saludable. Tengo pacientes que cuando salen a comer por ahí, si un día se dan un homenaje a comida basura, como no tiene fibra, son calorías vacías que es agua con azúcar, y eso les sienta bien. En cambio cuando comen adecuadamente, con sus verduritas, se sienten fatal, que es una lástima. Por eso intentamos, con este libro, que vayan poco a poco introduciendo lo más digestivo en pequeña cantidad y bien cocinando, porque además cuanto más se cocine, sienta mejor, y por favor que no caigan en la autorrestricción de alimentos saludables porque a la larga, es peor.
—¿Qué infusiones recomendáis para hacer la digestión?
—Carmen. Una infusión de jengibre es muy digestiva, ayuda bastante. Una infusión incluso antes de comer, si predices que vas a tener algún problema digestivo, hacerte una infusión con jengibre, cúrcuma, comino. Incluso el hinojo ayuda mucho con los gases. Hay gente que tiene muchos y les genera cólicos y dolores. Tenemos también el regaliz y la menta, que ayudan. El poleo menta también. Incluso un mix de varias.
—¿Y la popular manzanilla?
—Asun. También. Aunque es como que la amas o la odias, porque hay quien la relaciona con estar enfermo de pequeño. Si te gusta y te sienta bien, adelante. Con un poco de anís, es fantástica.