Para Julio Reguera, gerente de Reguera Trans, y directivo de la asociación Tradime, el sabotaje a sus instalaciones está claramente relacionado con personas del sector. «Sei por onde veñen os tiros, aínda que non collín a ninguén coa lata de gasolina», confesó. «Estou convencido -apostilló- de que foi xente do sector, que sabían que podían facer moito dano». Sin embargo, no se explica las razones por las que pudo haber sufrido el ataque porque asegura que la política de su empresa no es la de captar clientes de otras ni competir con los precios a la baja.
Reguera, que insiste en que no recibió ningún tipo de amenaza previa, está muy agradecido a los vecinos de la zona y a los bomberos porque su rápida actuación, impidió que el fuego se extendiera a los otros doce camiones que estaban en el mismo aparcamiento. Los daños en los dos remolques y en la cabeza tractora los valoró en 70.000 euros. Uno de los primeros estaba cargado de madera y el otro de leche. Los bomberos emplearon cuatro horas en extinguir el fuego, que obligó a desalojar la empresa de los vehículos estacionados para permitir las labores de extinción.
«Xa non son os danos causados -apuntó Reguera- si empeza a arder todo non se para as prisas. Estaba a nave, con material combustible dentro, hai casas e un desguace...». «Isto pasa dun acto meramente vandálico. Foi cousa de descerebrados», apostilló. Recordó que podía haber habido algún conductor durmiendo en la cabina de su vehículo, algo que suele ser habitual, con lo que hubiera estado en riesgo la vida de personas.
Testigo
Un testigo vio a dos personas que se bajaban de un coche y arrojaban una garrafa al interior de la empresa, que hacía una hora había quedado vacía. La última persona salió a las nueve de la noche, dejó la nave cerrada y guardó dentro las furgonetas que estaban en el exterior del recinto.
El empresario se queja de que las cámaras de vigilancia de la empresa no pudieran captar la imagen de los atacantes porque no tenían autorización para grabar fuera del perímetro, en la vía pública. Reguera insiste que este es un problema que tendrán que solucionar para garantizar la seguridad en la nave. Las cámaras grabaron la explosión que produjo el artefacto y el incendio.
«Si alguén ten un problema conmigo -dijo- que mo diga a cara. Esa forma de actuar é de cobardes e non lle atopo explicación». El empresario asegura que el 70% de la facturación de su empresa procede de clientes, con los que llevan más de cuatro años trabajado y el 30% restante está basada en portes aleatorios, que no son de salida, sino de retorno. Insiste en que no está metiéndose en el terreno de ninguna empresa ni tampoco está compitiendo con precios muy bajos. Su política, según dijo, pasa por la fidelización del cliente a través de un servicio personalizado y que no consiste solamente en transportar mercancías. «Non hai por que competir no precio para captar clientes», asegura.