La sesión plenaria que ayer celebró la corporación municipal estuvo totalmente marcada por la precampaña y el duelo electoral entre el socialista José López Orozco y el popular Jaime Castiñeira. En medio, el aspirante nacionalista a la alcaldía, Antón Bao, trató de defender el espacio nacionalista de la invasión de la maquinaria electoral a todo gas que ya son el PSOE y el PP.
Pese a todo, la sesión de ayer tuvo acuerdos de gestión, algo que empieza a ser poco habitual en los plenos lucenses. Uno de los acuerdos fue para cambiar de comercial a docente un terreno municipal en San Fiz, para que lo ocupe la parte dedicada al centro lácteo del Centro Tecnológico Agroalimentario de Lugo.
El PP trató, mediante una proposición, de situar a los socialistas ante la difícil disyuntiva de aclarar por dónde quieren que discurra el enlace del nuevo puente con la trama viaria de la capital. La estrategia discursiva de Orozco dio la vuelta a las pretensiones del popular Castiñeira, que no acabó de rentabilizar una iniciativa bien calculada. Orozco se mantuvo en la indefinición y, plano en mano, le recordó al PP que en el PGOU de 1991 (el PSOE votó en contra), aún en vigor, se pinta «metro arriba, metro abajo», donde se proyectó en su momento (atravesaba el parque Marcos Cela). Castiñeira dijo que el puente, gracias a él, no figura en el PXOM en tramitación en tan polémica ubicación; Orozco también se apuntó a ese carro: nosotros lo aprobamos [el PXOM] , dijo. El BNG apoyó la propuesta del PP para instar a Fomento a que diga por dónde prevé el citado acceso. Orozco insistió: primero abrir el puente y luego ver qué se necesita.