La academia de medicina recuerda a Antonio Casares en Monforte

Carlos Cortés
carlos cortés MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

ALBERTO LÓPEZ

Homenaje al padre de la química gallega en su 200 aniversario

29 abr 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

«Hago esto en obsequio de la humanidad doliente». La máxima con la que Antonio Casares solía rubricar sus trabajos fue recordada en la sesión extraordinaria que la Real Academia de Medicina y Cirugía de Galicia celebró en Monforte ayer, el día que se cumplían doscientos años del nacimiento en esta ciudad del científico considerado el padre de la química gallega.

A la cita acudieron buena parte de los integrantes de la academia y el tataranieto del homenajeado y rector de la Universidade de Santiago, Juan Casares Long. Las intervenciones de los ponentes fueron seguidas por cerca de doscientas personas que llenaron a rebosar el salón de actos de la Casa da Cultura. Entre los asistentes, un grupo de medio centenar de estudiantes de medicina hidrológica que estos días están haciendo prácticas en el balneario de Augas Santas (Pantón). En paralelo a la sesión, en la plaza de España se celebró durante toda la mañana una exhibición de ciencia didáctica organizada por la Real Academia Galega de Ciencias y la Fundación Barrié de la Maza.

La reunión de la academia empezó a las doce y media de la mañana. El primero en intervenir fue el presidente de esta entidad, José Carro Otero, que repasó la biografía de Casares como médico. «Él era químico -explicó-, pero investigó aplicaciones de la química en la farmacia y con 50 años obtuvo la licenciatura en medicina».

Pionero de la anestesia

Otero se detuvo en el papel de Casares en las primeras intervenciones quirúrgicas con anestesia que se llevaron a cabo en España en 1874, solo unas semanas después del estreno mundial del éter como anestésico en Estados Unidos. A su juicio, es muy posible que la ablación de mama y la amputación de pene que practicó en Santiago el cirujano González Olivares, con Casares manejando el éter, fuesen las primeras hechas en España, aunque oficialmente no conste así porque un competidor madrileño se dio más prisa que ellos en publicarlas.

El segundo ponente fue el también académico Luis Rodríguez Míguez, experto en las aplicaciones médicas del termalismo, que subrayó que a Antonio Casares se debe el bum de los balnearios gallegos de principios del siglo XX. «En sus investigaciones aplicaba el método científico -explicó- y lo hizo tan bien que en materia de termalismo incluso hoy nos basamos en lo que él descubrió».

En la sesión habló también el rector de la universidad compostelana. Descendiente directo de Casares y también químico, su intervención se centró en el repaso a la genealogía de su familia, en la que abundan los hombres de ciencia y la vinculación a la universidad. Casares Long recordó que su familia procede de Sober, aunque José Casares, el padre de Antonio, ya nació en Monforte.

Contra los recortes

La última intervención iba a ser la del alcalde de Monforte, pero no pudo estar presente debido al fallecimiento de un familiar. La concejala de Cultura, Pilar López, leyó el discurso que había preparado Severino Rodríguez, en el que puso a Antonio Casares como ejemplo de monfortino universal y defendió el gasto público en educación y en investigación como una necesidad indiscutible.