Cambio de rumbo y nuevos aires entre la crítica

La Voz

LEMOS

28 oct 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Los vinos potentes, de mucha extracción y elevado grado alcohólico, tienen muchas posibilidades de deslumbrar a algunos catadores. Pero su éxito no siempre está garantizado en el mercado. El consumidor, por el contrario, suele preferir otro tipo de vino, maduro pero más llevadero, que le permita tomar un par de copas en la comida sin miedo a los controles de alcoholemia.

«Los distribuidores te dicen muchas veces que la gente quiere vinos con algo menos de grado, pero en los últimos años era difícil conseguirlo», admite un bodeguero. No ayudaban las vendimias ni tampoco la predilección de un amplio sector de la crítica por los tintos robustos. Este criterio, sin embargo, está cambiando.

Influyentes catadores como el británico Neal Martin, nuevo responsable de vinos españoles del Wine Advocate de Robert Parker, comienzan a defender sin complejos ese tipo de vinos, menos cargados de alcohol o de madera nueva, pero más expresivos del terruño.

Ya lo advirtió el periodista gastronómico estadounidense Gerry Dawes en una de sus primeras visitas a la Ribeira Sacra: «la alta expresión puede ser más dañina que la filoxera».