El Ayuntamiento espera que las lluvias acaben eliminando la contaminación
03 oct 2013 . Actualizado a las 07:00 h.El Ayuntamiento de Bóveda descartó la posibilidad de realizar una captación provisional en el río Viloira para inyectar agua limpia en la traída mientras dure el episodio de contaminación que obligó a prohibir el consumo doméstico. Según explica el alcalde, José Manuel Arias, esta solución -que se estuvo barajando en los últimos días- resultaría demasiado costosa y además no está garantizado que las tuberías resistan la presión de la bomba que sería necesario emplear en esta captación.
Por otro lado, las últimas analíticas -realizadas el martes- indican que la contaminación del agua del embalse de Vilasouto se sigue reduciendo y que la situación podría normalizarse en los próximos días.
Arias precisa que según estos últimos análisis, los rastros de manganeso y arsénico que se detectaron en el agua la pasada semana ya han desaparecido. «Parece que aínda queda algo de ferro, pero todo apunta a que dentro de pouco recuperaremos a potabilidade», añade. El Ayuntamiento espera recibir hoy o mañana los resultados de los nuevos análisis, con los que se espera confirmar que la contaminación continúa descendiendo por efecto de las lluvias y de la bajada de temperaturas. «En función do que indiquen estas analíticas, decidirase en que momento se levanta a prohibición», apunta el alcalde.
Diez días de prohibición
Los vecinos del municipio -excepto los de los núcleos de Martín, Remesar y Vilarbuxán, que cuentan con sus propias traídas- llevan ya diez días sin poder usar el agua de la traída para el consumo doméstico, debiendo recurrir a pozos y fuentes públicas para abastecerse.
Por otro lado, esta semana se adjudicará la primera fase de las obras de reforma de la traída, que serán financiadas íntegramente por Augas de Galicia. El nuevo sistema contará con una captación alternativa en el río Viloira, a la que se podrá recurrir si se repiten los episodios de contaminación en Vilasouto. El gobierno local confía en que la nueva traída pueda estar operativa para la próxima primavera, la época del año en la que suelen aparecer en el embalse las cianobacterias que causan la contaminación.