En 1917 falleció Baltasar Merino, que reveló la excepcional riqueza de la vegetación de este territorio
27 ene 2017 . Actualizado a las 05:00 h.El próximo 3 de junio se cumplirá un siglo del fallecimiento del sacerdote jesuita y botánico Baltasar Merino y Román, el primer científico que estudió la flora de la sierra de O Courel y que llamó la atención sobre el excepcional valor del bosque de la Devesa da Rogueira. Este año se cumple también un siglo desde la aparición de la última publicación de Merino, Adiciones a la flora de Galicia. Este libro es un complemento de la obra más importante del investigador, la Flora descriptiva e ilustrada de Galicia, que fue editada en tres volúmenes entre 1905 y 1909. Este importante trabajo fue reeditado en facsímil por La Voz de Galicia en 1980. Junto con otras obras de este autor, además, fue digitalizada en su totalidad y editada en el portal del Real Jardín Botánico de Madrid.
La Flora descriptiva de Merino no fue la primera obra dedicada al estudio general de la vegetación del territorio gallego. Con anterioridad, en 1852, había aparecido el Ensayo de una flora fanerogámica gallega, del catalán José Planellas Giralt, catedrático de historia natural de la Universidade de Santiago. Sin embargo, esta obra está más enfocada al uso medicinal de las plantas que al estudio científico de la flora y, según indican diversos especialistas, ofrece un valor muy limitado. La obra de Merino, por el contrario, destaca por su rigor y su calidad y ha servido de base para muchos otros investigadores. También figura entre las principales fuentes utilizadas desde entonces para elaborar los mayores inventarios de la flora ibérica y europea.
Numerosas citas
En la obra de Merino fueron catalogadas en total 1.854 especies de plantas que el investigador identificó en sus recorridos por Galicia. En una gran parte de los casos, él fue quien las describió por primera vez en este territorio. Los tres tomos de la Flora descriptiva contienen en total 177 referencias a la vegetación de la sierra de O Courel, que también aparece en las Adiciones a la flora de Galicia y en otro trabajo que el científico publicó bajo el título de Viajes de herborización por Galicia en los años 1900 y 1901. Cabe señalar que el científico utilizó siempre la forma Courel y no Caurel. En sus visitas recorrió territorios vecinos, como la sierra de O Incio y el valle del Lóuzara, del que también destacó su riqueza botánica.
Como hizo en otras partes de Galicia, Baltasar Merino realizó sus viajes por por O Courel a lomos de caballerías y hospedándose en las casas de los párrocos locales. En sus diferentes obras llamó la atención sobre la gran diversidad de especies vegetales que se pueden encontrar en este territorio, donde con anterioridad a él no se había llevado a cabo prácticamente ningún estudio científico, ni en botánica ni en otras disciplinas. Una buena parte de las plantas que describió en la sierra fueron localizadas en la Devesa da Rogueira, que definió en Viajes de herborización como «conjunto de maravillas» y como «aquella selva que, contando siglos de vida, conservaba como nuevas las galas de su primera edad». Con todo, lamentó no haber podido estudiar más extensamente este bosque, debido a las dificultades de acceso y al fuerte aislamiento que por entonces padecía la zona.
Una vocación tardía que empezó con la observación meteorológica
Aunque destacó ante todo por sus investigaciones en el terreno de la botánica, Baltasar Merino se interesó por esta actividad científica ya bien entrado en la edad adulta. Tenía 37 años cuando fue destinado al colegio de jesuitas de A Guarda -hoy abandonado- y empezó realizando observaciones meteorológicas, sobre las que publicó diversos trabajos. A partir de ahí se interesó por la botánica. Su primer estudio en este campo, Algunas plantas raras que crecen espontáneamente en las cercanías de La Guardia, apareció en 1895.
Las investigaciones de Merino lo llevaron a relacionarse con el célebre naturalista gallego Víctor López Seoane y con otros científicos de la época. En sus recorridos por Galicia reunió un herbario con miles de ejemplares que hoy está disperso en diferentes instituciones.
De Burgos a América y a Galicia
Nacido en 1845 en Lerma, en la provincia de Burgos, Baltasar Merino ingresó en la orden jesuita cuando contaba solo 15 años de edad. Cursó primeramente estudios de filosofía y cuando los terminó fue enviado a La Habana para enseñar retórica en un centro educativo de esta compañía religiosa, donde permaneció tres años. Después estudió teología en Baltimore, en el estado norteamericano de Maryland. Cuando se completó su ordenación fue nombrado profesor en un seminario de Puerto Rico. Su salud no soportó el clima de la isla y fue destinado finalmente a un colegio de A Guarda. En esta localidad residiría el resto de su vida, desarrollando una intensa actividad científica que lo llevó a recorrer gran parte del territorio gallego