La sequía hace caer a la mitad la producción de miel del sur lucense

Francisco Albo
francisco albo MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

ALBERTO LOPEZ

La cosecha se presenta con fuertes pérdidas tras otras dos que ya fueron malas

11 oct 2017 . Actualizado a las 11:16 h.

El año pasado no fue nada bueno para los apicultores del sur lucense, pero este será todavía peor. Al igual que en todo el interior de Galicia, la producción de la nueva cosecha -que está a punto de salir- ha sufrido una brutal caída con respecto a la del 2016. La cooperativa agrícola Cauru, que tiene sus colmenares en la comarca de Quiroga, cuenta con que este año sus socios solo cosecharán aproximadamente la mitad de miel que pudieron recoger en la anterior campaña. «Algún non vai chegar nin ao 50%», puntualiza el presidente de la entidad, Nicolás Prieto Morillo. Los responsables de la empresa Mieles Anta, una buena parte de cuya producción procede de las montañas lucenses, manejan unas previsiones similares. «Hay algunas zonas en las que la pérdida puede ser incluso de un 60%», explican.

La empresa distribuidora Apícola González Carballal compra miel a algunos productores del sur lucense, aunque el grueso de su producción procede de tierras ourensanas. La perspectiva que tiene la firma para la nueva cosecha es manejar entre un 60% y un 65% menos de miel que en el 2016, lo que supone bajar de cerca de 450.000 kilos a unos 200.000. «La situación es igual de mala en todo el interior de Galicia, que es donde están la mayoría de los apicultores», explica el propietario. «En la costa llovió un poco y gracias a eso la producción fue más o menos normal, pero en esas zonas hay una densidad de colmenares muy baja como para que sea significativa», apunta el propietario de la empresa.

También las heladas

La larga sequía de este año, según todos los indicios, es la principal culpable de esta caída de la producción. El presidente de la cooperativa Cauru señala que en la comarca quiroguesa también se hicieron notar mucho las devastadoras heladas de finales de abril, que provocaron asimismo graves pérdidas a la viticultura. «Se despois das xeadas tivese chovido polo menos un pouco, a vexetación podía ter revivido e as abellas terían máis alimento, pero coa seca que tivemos no verán foi imposible», apunta. González Carballal, por su parte, considera que la falta de precipitaciones es la causa más importante del bajón. «Las heladas afectaron mucho en unos lugares y en otros no, mientras que la sequía no ha perdonado a nadie», dice. Este mismo empresario señala por otra parte que este año superará en pérdidas a los dos anteriores, que tampoco fueron buenos para el sector. «El 2014 fue bueno en cuanto a los kilos de miel que se produjeron y en cuanto a los precios internacionales, pero los tres años que vinieron después han sido a cada cual peor», agrega.

Por otro lado, la escasez de miel de este año acarrea inevitablemente una subida de precios. «O ano pasado xa tivemos que subilos porque a produción foi bastante escasa e este ano houbo que facer o mesmo», indica Nicolás Prieto. La cooperativa quiroguesa vende ahora su miel ecológica a 7,30 euros más el IVA por kilo a las tiendas y a nueve euros más IVA en la venta directa a clientes. Por su lado, la empresa González Carballal está pagando ahora a los apicultores entre 4,50 y 4,70 euros -más IVA- por el kilo de miel. El precio del año pasado era de 3,80 euros más IVA.

En ciertas áreas, el bajón puede ser de hasta un 60% menos con respecto

al año pasado

Preocupación por el alimento de las abejas, la destrucción de los brezos y la varroa

Los apicultores y distribuidores de miel esperan con ansia que vengan las lluvias para paliar un poco la pésima situación, que para algunos aún puede ir a peor. «Se no que queda de ano segue sen chover, tememos que as abellas non cheguen a almacenar suficiente alimento para pasar o inverno», señalan desde la cooperativa Cauru. En la firma Mieles Anta, en cambio, no hay mucha preocupación a este respecto. «Traballamos moito con abella negra ibérica, que almacena moita comida, e as colmeas teñen suficiente acopio», explican.

Por otro lado, los apicultores de Cauru están preocupados por la posible pérdida de vegetación si la sequía continúa presente mucho tiempo. Sus colmenas se alimentan de muchas especies diferentes -zarzas, castaños y robles, entre ellas-, pero también en gran parte de brezos. La sequía hizo que muchas de estas plantas se secasen por completo y se teme que en los próximos meses no lleguen a regenerarse lo suficiente. «Como tarde moito en chover, o ano que vén podemos seguir padecendo os efectos da seca», dicen.

Por si fuesen pocos los problemas, en los últimos meses está resurgiendo con fuerza la varroa, un parásito que ataca a las abejas y puede destruir colmenas. El incremento de esta plaga es atribuida por algunos a la persistencia del tiempo seco y caluroso. «Hay que avisar a todos los apicultores para que revisen bien las colmenas porque últimamente está habiendo mucha varroa -dicen desde Mieles Anta-, y además parece que los tratamientos contra ella no están funcionando muy bien».