Vuelta al instituto... sin bocadillo

Sara Carreira Piñeiro
sara carreira REDACCIÓN / LA VOZ

LEMOS

ROI FERNANDEZ

La burocracia mantiene cerradas hasta octubre las cafeterías de los centros

18 sep 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

«Tendré que desayunar en casa». Un alumno de secundaria resumía de esta forma tan personal como gráfica en qué le afecta que haya comenzado el curso escolar en los institutos gallegos sin cafeterías. El cambio de normativa en la adjudicación del servicio y la tardanza con la que se inició el proceso, a finales de julio, ha supuesto que este año el bocadillo de tortilla recién hecha se atrase hasta octubre.

Hasta ahora, era cada centro el que decidía las bases del concurso para llevar el bar del instituto y convocaba a tres aspirantes para otorgar el negocio a la mejor opción. Habitualmente, el adjudicatario se mantenía en el puesto sin más contratiempos y hay muchos institutos cuya cafetería está servida por la misma familia desde hace veinte o treinta años. Pero la nueva legislación sobre contratos ha exigido la centralización del proceso. Este comenzó en julio y con bastantes quejas de los empresarios, que en su práctica totalidad son autónomos. En ese momento ya avisaban que no daría tiempo a tener las cosas listas para el inicio de las clases y el tiempo ha demostrado que tenían razón. Los hosteleros pierden un mes de trabajo cuando el suyo es un negocio limitado (hay que tener en cuenta las vacaciones) y poco rentable, como ya reconocían las propias bases del concurso. «Estamos indignados por este procedimiento impresentable», se quejaba ayer uno de los afectados. Y es que las cafeterías, ya preadjudicadas, debe seguir cerradas hasta que se firme el contrato y los seguros estén en vigor.

La ausencia de este servicio también la notan los profesores: «Hoy queríamos poner un pincho de bienvenida a los docentes, y es imposible», explicaba ayer una directiva de instituto. Ellos ya llevan quince días sin poder tomar café en el colegio, algo que no les preocupa en exceso aunque sí reconocen que es molesto. Pero en el fondo lo que les parece mal a los directivos es que «en el pliego de condiciones no cuente para nada que los adjudicatarios hayan tenido una cafetería de instituto antes y la gente estuviese contenta». Sí cuenta que el aspirante tenga experiencia en hostelería, pero no necesariamente que se entienda con los adolescentes.

Estos ayer apenas pensaban en la cafetería. Eran demasiadas las emociones de un solo día para acordarse de algo tan secundario como el desayuno. Porque muchos jóvenes van a clase sin desayunar, o solo tomando algo rápido y bebido; por eso en el recreo están hambrientos y dan buena cuenta de un bocadillo. «Me traeré fruta», decía ayer un estudiante con buenos propósitos. Al menos, hasta que el bar abra y lleguen los bocatas.

Calidad e igualdad

El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, inauguró ayer el curso en secundaria visitando con el conselleiro de Educación, Román Rodríguez, el IES de Soutomaior. Allí, el mandatario gallego reivindicó la escuela gallega como «de máis calidade e máis equitativa», que hace una apuesta clara por las lenguas, la tecnología, las materias científicas y los mejores salarios para los docentes. Recalcó el presidente gallego que la apuesta clara de su Gobierno por la educación ha permitido que Galicia registre «o menor abandono escolar dende que hai rexistros».

Ayer comenzaron las clases unos 148.000 alumnos de ESO, bachillerato y enseñanzas de adultos, lo que supone un ligerísimo incremento (del 0,2 %) con respecto al año pasado.

Un total de 35 años al frente de un servicio de bar en Monforte

Los tres institutos de Monforte disponen de servicios de cafetería gestionados por personal de muy amplia experiencia. Los profesionales que se encargaron hasta el pasado mes de junio de atender estos negocios en los institutos Daviña Rey, A Pinguela y Río Cabe se presentaron al concurso abierto por la Consellería de Educación y esperan poder seguir gestionándolos también este curso.

El Daviña Rey y el Río Cabe comparten adjudicatario, mientras que A Pinguela tiene uno propio. Los dos adjudicatarios llevan años al frente de estos servicios. El que se encarga de la cafetería de A Pinguela está ahí desde que ese instituto abrió sus puertas, hace 35 años. Los aspirantes a continuar en esos puestos están a la espera de que la consellería resuelva el concurso.