¿Qué se puede hacer por las grajillas de San Vicente?

Francisco Albo
francisco albo MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

ROI FERNÁNDEZ

21 nov 2018 . Actualizado a las 21:24 h.

Los responsables técnicos del proyecto de rehabilitación que se ejecuta actualmente en la iglesia monfortina de San Vicente do Pino tienen previsto reunirse esta semana con representantes de la Xunta a fin de estudiar una posible solución para conservar la colonia de grajillas occidentales que está asentada en los muros exteriores del templo. La Sociedade Galega de Ornitoloxía (SGO) pidió recientemente que se tomasen medidas para evitar que las obras causen la desaparición de este grupo de aves -uno de los pocos de esta especie rara y escasa que quedan en todo el territorio gallego-, cuya presencia no se tuvo en cuenta al planear la restauración del edificio. Previsiblemente, en el encuentro participarán las consellerías de Patrimonio y Medio Ambiente. Pero encontrar una solución no parece nada fácil -según el delegado del patrimonio histórico del obispado, César Carnero-, ya que el proyecto de rehabilitación considera imprescindible tapar todas las oquedades y grietas existentes en el muro sur de la iglesia, donde anidan estos córvidos.

La SGO sugirió que se dejen sin tapar los llamados mechinales, unos huecos que se practicaron deliberadamente en la fachada cuando se construyó la iglesia -a finales del siglo XVI- con el fin de sujetar andamios de madera que pudiesen utilizarse en obras posteriores. Los ornitológos propusieron que estos huecos fuesen impermeabilizados en su interior, pero dejando libres las aberturas para que las grajillas puedan seguir usándolos como refugio. No obstante, Carnero ve difícil que se pueda aplicar una solución de este tipo y señala que los mechinales son una de las principales vías de entrada de las filtraciones de agua que dañan los muros de la iglesia.

Decisión de los técnicos

El delegado diocesano apunta asimismo que la decisión final deberá ser tomada por el equipo técnico que lleva a cabo las obras de restauración, una vez que se haya consultado la cuestión con los responsables de Patrimonio y Medio Ambiente. En todo caso, su parecer es que debe primar el criterio de conservación de la iglesia en el caso de que no se encuentre una solución que permita que las grajillas sigan anidando en el edificio sin perjudicar la impermeabilización de los muros. «Hai que ter en conta que esa fachada nunca estivo protexida cun revestimento adecuado e que os muros están moi deteriorados despois de levar centos de anos á intemperie -comenta-, polo que é prioritario frear canto antes as filtracións de auga». Por otro lado, agrega, la eliminación de la humedad es una medida necesaria para acometer más adelante la restauración de las pinturas murales que se conservan en la cabecera de la iglesia y para rehabilitar el muro interior de la nave.

Las obras de la actual fase de rehabilitación del exterior de la iglesia de San Vicente comenzaron poco después de las últimas fiestas patronales de Monforte, cuando empezaron a colocarse los andamios junto a la fachada sur. Desde entonces los trabajos han ido avanzando a un ritmo satisfactorio, según indica el arquitecto que dirige el proyecto, José María Alonso Montero.