La grajillas de la iglesia de San Vicente serán protegidas

Francisco Albo
francisco albo MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

CARLOS RUEDA

En la fachada quedarán huecos abiertos para que aniden las aves

28 nov 2018 . Actualizado a las 13:35 h.

Las obras de restauración que se realizan en la iglesia monfortina de San Vicente do Pino deberán incluir medidas para la conservación de la colonia de grajillas occidentales que vive en el exterior del templo. Así fue acordado en una reunión celebrada a finales de la semana pasada, en la que participaron representantes de las consellerías de Cultura y Medio Ambiente y del equipo técnico que lleva a cabo la rehabilitación. Según explica el delegado del patrimonio histórico del obispado, César Carnero, lo que se decidió fue mantener abiertos en torno a una decena de huecos situados en la fachada sur de la iglesia para que las aves puedan seguir utilizándolos como refugio.

Estos huecos -denominados mechinales- fueron practicados cuando se construyó la iglesia a fin de sostener andamios de madera para realizar nuevas obras en la fachada. El proyecto de rehabilitación preveía rellenarlos y sellarlos en su totalidad, ya que son una de las vías de entrada de las filtraciones de agua que sufre el edificio. La solución que se decidió aplicar consiste en impermeabilizar el interior de algunas de estas oquedades -que en ciertos casos tienen hasta sesenta centímetros de longitud- para tratar de frenar las filtraciones y al mismo tiempo permitir que las grajillas puedan anidar en ellas como han venido haciendo hasta ahora.

Esta modificación, apunta Carnero, puede obligar a prolongar durante algún tiempo las obras, que ya están considerablemente avanzadas. En los últimos días se acabaron de instalar los andamios utilizados en los trabajos, que ahora cubren por completo la fachada sur de la iglesia.

Especie escasa en Galicia

La decisión de conservar la colonia de aves se tomó después de que la Sociedade Galega de Ornitoloxía llamase la atención sobre su valor ambiental, ya que esta especie (Corvus monedula) solo está presente en una docena de lugares del territorio gallego. En la península Ibérica es especialmente abundante en el área central, mientras que está ausente al norte de la cordillera Cantábrica. En Portugal y en otros países, como Suecia y Finlandia, se ha notado un retroceso de la especie en los últimos años.

Esta iniciativa convertirá la iglesia de San Vicente en el segundo templo histórico de la Ribeira Sacra en el que se hayan tomado medidas para proteger animales de especies consideradas como raras o escasas. En la iglesia de Santa María de Pesqueiras, en Chantada, está vigente desde hace años una medida cautelar de la Consellería de Medio Ambiente para conservar una colonia de murciélagos de herradura pequeños (Rhinolophus hipposideros) que vive en el interior del edificio, cerrado al culto desde 1968. A fin de evitar daños en el valioso conjunto de pinturales murales renacentistas de la cabecera de la iglesia se instaló una red que llega del techo al suelo y que separa esta parte del edificio de la nave, donde anidan los murciélagos.