Tomé: «¿Festas patronais este ano?, cada vez o vexo máis negro»

Luis Díaz
luis díaz MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

Aspecto de la explanada de la Compañía en un concierto de las fiestas del pasado año
Aspecto de la explanada de la Compañía en un concierto de las fiestas del pasado año CARLOS CORTÉS

Ningún espectáculo cambiará de fechas si se confirma finalmente la cancelación

16 jul 2020 . Actualizado a las 19:16 h.

Pocas novedades en lo relativo al calendario de fiestas y festivales pendientes en Monforte tras la publicación de los planes del Gobierno para la desescalada. Lo que no pudo celebrarse por la alarma sanitaria, caso de la feria medieval, sigue aplazado al menos teóricamente. Si la nueva normalidad lo permite, la idea es encontrarle encaje aunque sea a menor escala en el segundo semestre del año. Esa hoja de ruta sirve también para Festival do Viño da Ribeira Sacra, cuya celebración en el primer fin de semana de julio se da por descartada a estas alturas. Los pronósticos tampoco son halagüeños para las fiestas de agosto. «¿Festas patronais este ano, cada vez o vexo máis negro», admite el alcalde, José Tomé.

Los espectáculos incluidos en el verano cultural y los conciertos que iban a tener lugar en la Compañía con motivo de las fiestas de agosto están contratados desde hace tiempo. Esta circunstancia impone cierta cautela a los responsables municipales, al menos hasta que las directrices del Gobierno no dejen sombra alguna sobre la imposibilidad de celebrar las patronales. Si el Ayuntamiento oficializa una anulación antes de tiempo, se expone a que los artistas reclamen compensaciones económicas.

Por el momento, el Gobierno puso sobre el papel el calendario más inmediato para flexibilizar gradualmente, con el horizonte del mes de julio, las restricciones motivadas por el coronavirus. De lo publicado en el BOE no se pueden sacar conclusiones con vistas a agosto, pero Tomé admite sin rodeos que en lo relativo a las fiestas patronales las cosas «pintan mal». «Fálase de que non vai poder haber verbenas e as festas de San Fermín, que teñen dimensión internacional, xa foron canceladas», señala.

«As actuacións e as orquestras -prosigue- están reservadas, a expensas do que se decida sobre este tipo de espectáculos cando remate a desescalada. Mentres non haxa unha lei, algunha norma que diga o contrario, temos que manter en pé os contratos das festas».

De no poder celebrarse en agosto, el alcalde sí tiene claro que en este caso no habría aplazamientos para ninguno de los conciertos ni tampoco para las actividades programadas para el verano cultural. «Nin é doado nin lle vexo sentido. Se non se puidesen facer as festas, non habería volta de folla», dice Tomé.

El plan de desescalada prevé en su primera fase, cuyo comienzo está fijado para el 11 de mayo, que se puedan celebrar espectáculos al aire libre con un aforo máximo de doscientas personas sentadas, guardando las distancias de seguridad. A comienzos de junio, cuando está previsto que se inicie una segunda fase, el aforo se incrementaría a cuatrocientas personas con las mismas condiciones. El alcalde no cree que esas directrices permitan sacar adelante al menos una parte de los espectáculos programados para los próximos meses.

«O Concello pode poñer douscentos ou catrocentos asentos na praza de España ou noutro espazo, pero non ten medios para controlar o paso en todas as rúas e evitar que ese aforo acabe sendo maior do que permite la lei», explica Tomé.

La gran industria de Monforte, un tópico ajustado a la realidad que nació en 1985

La muletilla que identifica las fiestas de agosto con la principal industria de Monforte sale a relucir sistemáticamente desde hace años cada vez que se dan a conocer las actuaciones contratadas. Alcaldes y responsables de Cultura dejan caer por sistema esa frase, nada desajustada a la realidad económica del municipio, en la correspondiente rueda de prensa. Un vistazo a la hemeroteca de La Voz desvela que se empleó por primera vez meses antes de las patronales de 1985, con Celestino Torres al frente de la alcaldía. Torres incidía entonces en los ingresos generados por los festejos para afear a los industriales locales su falta de colaboración.

Desde su llegada a la alcaldía, Tomé quiso dar un impulso a las fiestas de agosto a partir de la premisa de que el dinero destinado a ellas no debe verse como un gasto sin o como una inversión. La pandemia posiblemente obligue a aplazar por un año ese desembolso. «Todo está a expensas de como evolucione a situación, pero non parece que vaia ser nada fácil organizar eventos multitudinarios. Nun concerto fas festas de Monforte falamos de miles de persoas», señala el alcalde.

Más necesarias que nunca

«Todo o que se faga para promocionar Monforte e a Ribeira Sacra -añade Tomé- vai ser moi importante para que o comercio e a hostalería poidan saír adiante. Intentaremos facer a feira medieval e o festival do viño no segundo semestre do ano, aínda que sexa con menos xente que nas datas nas que estaba prevista a súa celebración».