Las bodegas centenarias de Vilachá podrán albergar furanchos

Luis Díaz
luis díaz MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

Bodegas tradicionales de Vilachá de Salvadur, en una imagen de archivo
Bodegas tradicionales de Vilachá de Salvadur, en una imagen de archivo CARLOS CORTÉS

La normativa lo permite aunque no estén vinculadas a una vivienda

18 ene 2022 . Actualizado a las 16:52 h.

Las bodegas centenarias de Vilachá de Salvadur, uno de los ejemplos más notables de la arquitectura vitícola tradicional de Galicia, podrán albergar furanchos para la venta de excedentes de vino de cosecha propia. La normativa de la Xunta, que fue incorporada a una ordenanza municipal en A Pobra do Brollón, abre la puerta a esa posibilidad, según confirmó el alcalde, José Luis Maceda. El registro municipal para desarrollar esta actividad está abierto a la presentación de solicitudes y el Ayuntamiento prepara una asamblea para informar a los cosecheros de los pasos que deben seguir.

La normativa autonómica establece que esta actividad debe desarrollarse en locales situados «en vivenda privada ou dependencia vinculada a ela que poda ser susceptible de ter un uso de adega, onde se elabore o viño ou se almacene». Las cuarenta antiguas bodegas de piedra y cubierta de pizarra situadas en el lugar de A Abelaira están apartadas de las casas, pero un artículo de la regulación de los furanchos contempla una excepción respecto a la norma general. En el caso de las edificaciones agrícolas en suelo rústico para elaboración o almacenamiento de vino, no es necesario que se encuentren en la misma finca que la casa principal.

Maceda señala que los propietarios de esas bodegas —incluidas en la relación de bienes culturales de la candidatura de la Ribeira Sacra a patrimonio de la humanidad— podrán optar gracias a esa excepción a la venta de excedentes de cosecha a través de la fórmula de los furanchos y siempre que cumplan las exigencias que recoge la normativa municipal. Entre otros requisitos, deberán aportar un certificado emitido por un enólogo o por un laboratorio enológico que avale la idoneidad del vino para su consumo.

El conjunto etnográfico de Vilachá de Salvadur acoge en la actualidad una bodega dada de alta en la denominación de origen Ribeira Sacra, que es la única que atiende visitas turísticas con regularidad. Las demás abren sus puertas únicamente con motivo de la muestra vinícola anual, que lleva dos ediciones consecutivas sin celebrarse como consecuencia de la pandemia.

Menor despegue turístico

Pese a la excepcionalidad de esas construcciones y al prestigio de los vinos de esa ribera del Sil, la zona no tuvo hasta ahora el despegue turístico que experimentaron otros puntos de la Ribeira Sacra. Desde el punto de vista del alcalde, los furanchos pueden ser un estímulo para el turismo y la conservación del paisaje vitícola «compatible coas outras fórmulas de comercialización».

Los viñedos de Vilachá de Salvadur están en fase de recuperación tras años de abandono por el despoblamiento y la falta de relevo generacional. La mayoría de los cosecheros venden uva a bodegas de otras zonas acogidas a la denominación de origen o elaboran vino para su consumo y comercializan al detalle parte de la producción. La normativa sobre furanchos establece que el vino a la venta no puede estar embotellado ni etiquetado, aunque debe proceder de viñas inscritas en el registro vitícola.

La productora acogida a Ribeira Sacra ve con recelos la utilidad de esa fórmula

La bodega de Puri Díaz Ferreiro fue una de las primeras de Vilachá de Salvadur que se dieron de alta en la denominación de origen y es una de las dos acogidas en estos momentos a Ribeira Sacra en esa parroquia vitícola de A Pobra do Brollón. También fue pionera en apostar por el potencial enoturístico del conjunto etnográfico de A Abelaira. No sin obstáculos por la protección a la que están sometidas, abrió hace más de quince años en una de esas bodegas centenarias un bar que hace tiempo cerró sus puertas. En su cuenta de Facebook acaba de colgar un mensaje tajante: «Non vou abrir ningún furancho».

Puri Díaz gestionó un traspaso de actividad para elaborar vino acogido a la denominación en la antigua bodega en la que estaba su bar. Como productora de Ribeira Sacra, no le está permitido abrir un furancho. Tampoco tiene claro que sea una fórmula beneficiosa para Vilachá. «Hai xente doutras parroquias que ten viñas aquí e pode abrilo no lugar onde vive e fai o viño. Neses casos paréceme ben, pero nas adegas de Vilachá non o vexo claro. Que se poidan vender viños con e sen denominación non é algo doado de explicar aos visitantes», señala la bodeguera.

Si se van a abrir furanchos en A Abelaira, entiende en último caso que debe ser «coa máxima seriedade» y con especial cuidado de que el vino que se ponga a la venta cumpla determinados parámetros y sea realmente de la ribera de Vilachá.