El fuego respetó en O Courel las áreas de mayor valor para el oso pardo

Francisco Albo
francisco albo QUIROGA / LA VOZ

LEMOS

Montes de O Courel quemados en los incendios del pasado julio, en una vista desde la carretera de Campodola a Vilar.
Montes de O Courel quemados en los incendios del pasado julio, en una vista desde la carretera de Campodola a Vilar. ALBERTO LOPEZ

Los expertos esperan que la especie se siga expandiendo por la sierra

23 ago 2022 . Actualizado a las 19:34 h.

Los grandes incendios forestales que sufrió este verano la sierra de O Courel respetaron las áreas de mayor interés ambiental para la expansión del oso pardo. Ese es el parecer de la Asociación Galega de Custodia do Territorio (AGCT), que entre el 2016 y el 2021 impulsó el plan Life de conservación de esta especie en la montaña lucense junto con la Fundación Oso Pardo y la Consellería de Medio Ambiente. «A superficie que se queimou é moi grande, pero por sorte o lume afectou sobre todo ás zonas con menor calidade de hábitat para o oso pardo», apunta Óscar Rivas, que coordinó el plan por parte de la AGCT.

Las áreas de mayor interés en este sentido —continúa Rivas— se hallan en la parte norte del municipio, donde se concentra la mayor parte de los bosques autóctonos de la sierra. «Lugares como a Devesa da Rogueira, o val do río Pequeno, o val de Visuña, Ferramulín ou A Seara salváronse do lume, que afectou principalmente ás zonas con piñeirais de repoboación e matogueiras, aínda que evidentemente tamén arderon sitios de bastante interese medioambiental», apunta.

Áreas de refugio

Desde la asociación indican además que la sierra de O Courel no es un territorio de cría del oso pardo, sino una zona de expansión reciente que es recorrida por machos en edad juvenil procedentes de León o de Asturias. «Esperamos que os animais sigan entrando no territorio galego nos seus percorridos de exploración e que poidan encontrar refuxios nas partes da serra que non arderon, onde hai importantes masas de bosque autóctono», comenta Rivas.

Aunque habrá que esperar algún tiempo por comprobar sobre el terreno el efecto que podrán tener los incendios en la presencia del oso pardo en la sierra, los responsables de la AGCT confían en que se siga registrando la expansión de estos animales por el territorio, como ha venido sucediendo durante los últimos años. «Dentro da catástrofe que supoñen os incendios —agrega Óscar Rivas—, pensamos que a afectación sobre o oso pardo será relativa e limitada».

 

Siguiendo las indicaciones de la AGCT, el Ayuntamiento de Folgoso do Courel lleva a cabo de forma periódica —cada dos años— operaciones de desbroce en estas reservas botánicas, a fin de que el crecimiento incontrolado de la maleza no impida la brotación de las especies de mayor interés medioambiental. En la microrreserva de Hórreos se realizó una intervención de este tipo el pasado febrero. Todos estos terrenos se aprovechaban anteriormente como pastizales, por lo que se mantenían libres de maleza, pero con el declive de la ganadería tradicional se hizo necesario desbrozarlos para favorecer la conservación de las orquídeas.

Algunas plantaciones recientes de árboles frutales ardieron, pero otras se han conservado

El plan Life Oso Courel comprendió la plantación de 107.000 árboles y arbustos cuyos frutos sirven de alimento a los osos. Los incendios de este verano quemaron algunos de los bosquetes creados dentro de esta iniciativa, pero otros muchos se salvaron. Desde la AGCT señalan que por ahora no se ha tomado una decisión acerca de posibles replantaciones en los lugares que fueron afectados por el fuego. «Esperaremos ata a primavera para ver como reacciona a vexetación nas áreas queimadas e entón estudaremos se é conveniente levar a cabo novas plantacións de especies froiteiras», dice a este respecto Óscar Rivas.

Las plantaciones se realizaron en numerosos lugares de la sierra de O Courel y también en algunos municipios vecinos, como Pedrafita do Courel y Samos. Los expertos de la Fundación Oso Pardo señalaron en su momento que el efecto de estas plantaciones tarda en notarse entre ocho y diez años, basándose en experiencias de este tipo efectuadas en Asturias y Cantabria.

Las cinco microrreservas de orquídeas silvestres se salvaron de los incendios

Entre las zonas que se salvaron de la devastación causada por los incendios de julio figuran las cinco microrreservas de orquídeas silvestres que fueron creadas por iniciativa de la AGCT en diversos puntos del municipio de Folgoso do Courel. Todas estas áreas protegidas se encuentran en suelos calizos, que albergan una vegetación diferente de la que crece en otras partes del territorio. «Os lumes afectaron en menor medida aos terreos calcarios da serra, que son precisamente os que favorecen a presenza das orquídeas», explica a este respecto Óscar Rivas.

En el 2015 se crearon cuatro microrreservas de orquídeas, denominadas Alto da Pedra, Alto do Couto, Monte Cido y Afloramento de Visuña. Posteriormente se acondicionó la microrreserva de Hórreos —en un proceso que se vio retrasado por la pandemia—, que fue inaugurada el pasado mayo. Entre todas ellas contienen una veintena de especies de orquídeas, junto con muchas otras plantas.

Siguiendo las indicaciones de la ACGT, el Ayuntamiento de Folgoso do Courel lleva a cabo de forma periódica —cada dos años— operaciones de desbroce en estas reservas botánicas, a fin de que el crecimiento incontrolado de la maleza no impida la brotación de las especies de mayor interés medioambiental. En la microrreserva de Hórreos se realizó una intervención de este tipo el pasado febrero. Todos estos terrenos se aprovechaban anteriormente como pastizales, por lo que se mantenían libres de maleza, pero con el declive de la ganadería tradicional se hizo necesario desbrozarlos para favorecer la conservación de las orquídeas.

Entre las cinco reservas suman una extensión de 24,7 hectáreas. La mayor es la de Hórreos, con 10,15 hectáreas.