Suspendidos los permisos para embarcaderos en la Ribeira Sacra

Carlos Cortés
Carlos Cortés MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

Barcos y pantalanes en el embalse de Os Peares, el que soporta más infraestructura de este tipo de toda la Ribeira Sacra
Barcos y pantalanes en el embalse de Os Peares, el que soporta más infraestructura de este tipo de toda la Ribeira Sacra ROI FERNÁNDEZ

El ministerio no concederá más hasta que haya una norma específica que los regule

03 abr 2023 . Actualizado a las 16:37 h.

La Confederación Hidrográfica del Miño-Sil suspende temporalmente la concesión de permisos para nuevos embarcaraderos en los embalses de la Ribeira Sacra. Lo anunció este lunes en Monforte José Antonio Quiroga, el presidente de este organismo dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica, que es el competente para autorizar este tipo de infraestructuras fluviales. Él cree que la proliferación de embarcaciones y plataformas de atraque está alcanzando unas dimensiones preocupantes y que es preciso poner orden y unificar criterios entre las distintas administraciones implicadas. Esta decisión no afecta a los embarcaderos ya autorizados, que podrán seguir operando con normalidad.

En la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil esperan que esta paralización de nuevas autorizaciones no dure más de un año. «E se pode ser menos, mellor», apunta su presidente. José Antonio Quiroga promete dejarla sin efecto en cuanto se apruebe un plan de ordenación de la navegación y los pantalanes en la Ribeira Sacra. O, alternativamente, hasta que haya un estudio del impacto ambiental «conxunto e acumulativo» sobre esta actividad en los embalses de este territorio entre el Sil y el Miño.

Para elaborar ese plan de ordenación, el máximo responsable del principal organismo de cuenca de Galicia insta a las Consellerías de Medio Ambiente y de Cultura a trabajar en común con ellos. La confederación hidrográfica envió el viernes una comunicación a estas dos consellerías con información sobre esta paralización temporal de permisos y con una petición para sentarse a hablar y aprobar un plan que deje claro qué es razonable autorizar y qué no. Quiroga se pondrá en contacto personalmente con los responsables de estas dos consellerías para tratar de consensuar una fecha lo más próxima posible para empezar a hablar. Él espera que la primera reunión pueda celebrarse ya antes de que termine el 2022.

Si en este organismo ministerial emplazan a las consellerías de Medio Ambiente y Cultura es porque son las que tienen responsabilidades sobre el cuidado ambiental de los ríos de la Ribeira Sacra y sobre la declaración de todo este territorio como bien de interés cultural (BIC), que fue aprobada en diciembre del 2018. Uno de los anexos de esa declaración de BIC, recalca José Antonio Quiroga, incluía explícitamente la constatación de que «é preciso considerar en conxunto deste tipo de instalacións, polo que poderían limitar ou incluso prohibirse» y reclamaba la elaboración de estudios de impacto ambiental.

Las cifras de la saturación: 515 embarcaciones y 40 pantalanes

No todos los embalses de la Ribeira Sacra soportan la misma presión de pantalanes y embarcaciones. En total, hay 515 embarcaciones con todos los papeles en regla para navegar en ellos.Estos son los datos que maneja la Confederación Hidrográfica Miño-Sil:

  • Embalse de Os Peares. En este tramo del río Miño hay 10 embarcaderos autorizados, otros 10 también instalados pero sin autorización (y con expedientes de sanción en proceso) y 11 solicitudes presentadas y pendientes de resolver. En total, 31.
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  • Embalse de Santo Estevo. Este embalse está en el cañón del Sil, el más visitado por los viajeros, pero no tiene tanta infraestructura como Os Peares. En Belesar hay 5 embaracderos autorizados, uno sin permiso y 3 solicitudes pendientes. En total, 9.

«Está nas antípodas do turismo de calidade»

«Hai demasiada densidade de puntos de embarque, sobre todo nalgúns encoros concretos». Así resume José Antonio Quiroga el panorama que le ha llevado a detener temporalmente la concesión de nuevas licencias. Quiroga admite que el problema no tiene la misma envergadura en el Miño y en el Sil, pero confirma que la paralización de las nuevas autorizaciones afecta por igual a los embalses de Os Peares, en el río Miño, y Santo Estevo y San Pedro, en el Sil. El embalse de Belesar queda fuera porque sus frecuentes y grandes oscilaciones de nivel ejercen por sí mismas de freno a este tipo de infraestructuras.

Quiroga sostiene que tanto los pantalanes como la navegación en todo tipo de embarcaciones que lleva asociada suponen un reto tanto para el medio ambiente y el paisaje como para el turismo sostenible y de calidad «que as administracións públicas están tratando de asentar na Ribeira Sacra». Entre los efectos negativos de esta actividad, él cita la erosión de las orillas, los ruidos, la contaminación y el freno que suponen determinadas embarcaciones para otros tipos de uso del río, además del riesgo que pueden suponer para las personas. «A proliferación desordeada de embarcadoiros e navegación está nas antípodas do turismo de calidade», sentencia.

En este sentido, citó como ejemplo que este verano la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil reclamó al Ayuntamiento de O Saviñao que balizase la zona de baño de la playa de A Cova, porque en ese tramo de río se cruzan con frecuencia los bañistas con todo tipo de embarcaciones.