Un pegote de chatarra en el cañón del Cabe

Carlos Cortés
Carlos Cortés MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

Los restos de un tractor accidentado en Areas (Sober) siguen en la orilla del río 8 años después

18 feb 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Algunos de los mejores paisajes de la Ribeira Sacra pueden ser también un auténtico dolor de cabeza en caso de emergencia. Vegetación tupida, barrancos rocosos, laderas pronunciadas que acaban en un río... ideal para una mañana de senderismo, pero toda una complicación en caso de que haga falta rescatar a alguien. O a algo. Hace aproximadamente ocho años, un vecino de Sober se salvó por poco de salir mal parado de un accidente con su tractor. Él se libró con solo unos golpes, pero el tractor acabó partido en dos en la orilla del río Cabe. Y allí sigue. Igual que el barco turístico que en el 2017 se hundió en el cañón del Sil mientras estaba amarrado.

El caso del barco salió abundantemente en los medios, pero el del tractor no. Su propietario lo conducía por un camino que baja hasta el río en Areas, en el casi selvático cañón del Cabe. El hombre pudo saltar antes de que el vehículo se despeñase ladera abajo.

La caída fue tan violenta que el tractor se partió en dos. Los trozos quedaron a unos diez metros uno del otro. Cuando el río sube el agua los alcanza , pero hasta ahora no ha habido una riada tan potente que haya sido capaz de llevárselos.

Los dos pedazos del tractor, un vehículo de pequeño tamaño, siguen donde estaban. «É unha cuestión de responsabilidade colectiva, non ten sentido ter esa chatarra no río», se queja un vecino que vive en uno de los pueblos del municipio de Sober cercanos al cañón del Cabe.

A este vecino, que prefiere no divulgar su nombre, le consta que en la Consellería de Medio Ambiente saben de la existencia de estos restos. Y añade que especialistas de esta consellería habían estudiado en su momento la mejor manera de sacarlos de allí. Pero el caso es que ocho años después de aquel accidente, allí continúa el tractor.

El lugar en el que cayó está justo debajo, en línea recta, del paso a nivel de la estación de Areas. Se puede llegar hasta él bajando directamente desde allí, pero la maleza hace el recorrido muy incómodo. Es más fácil tomar un camino que sale del paso a nivel y llega hasta la orilla del río.

Los restos llaman la atención porque la pintura amarilla que decoraba la carrocería permanece intacta. El motor internas empiezan a mostrar óxido y la vegetación ya trepa entre algunas piezas, pero a una cierta distancia podría parecer que el accidente acaba de ocurrir.

En estos momentos, el tractor no pierde combustible ni aceite. Si lo hizo alguna vez, los vecinos de la zona no llegaron a enterarse. En todo caso, se trata de un vehículo pequeño y las cantidades de líquido de este tipo que pudieron haber acabado en el río serían pequeñas.

Todo lo contrario que el barco «Garoa», hundido en el cañón del Sil junto al puente de Abeleda, en el que probablemente es el paraje más turístico de toda la Ribeira Sacra. Con el embarcadero Ponte do Sil enfrente, esa embarcación de 22 metros de eslora, 33 toneladas y capacidad para 99 pasajeros naufragó en algún momento del fin de semana del 16 de diciembre del 2017.

Ocurrió cuando estaba vacío y amarrado a la orilla y en la semanas posteriores liberó desde el fondo el combustible que llevaba para alimentar sus motores. Hubo que colocar barreras anticontaminación y la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil emprendió acciones legales para forzar a sus propietarios a reflotarlo y llevárselo de allí. Hasta hoy, que allí sigue.