Las nuevas luces no frenan el vandalismo en el tramo reformado del paseo fluvial de Monforte

El nuevo alumbrado instalado por el Ayuntamiento en la margen derecha del río Cabe, en el paseo urbano que discurre entre el puente nuevo y la guardería municipal, tenía una clara intencionalidad en el tramo más próximo al centro infantil. El alcalde de Monforte, José Tomé, dijo en la presentación del proyecto, en noviembre del pasado año, que se quería evitar la existencia de «zonas de sombra» en un escenario habitual de los botellones del fin de semana. Las luces, sin embargo, no han servido de mucho. El vandalismo ha frustrado el enésimo intento de dotar a ese espacio de árboles que protejan de la canícula a los usuarios de los asientos.

Los bancos del lateral de la guardería, una especie de mirador que se levanta sobre la presa del Parque dos Condes, ya existían antes de la última remodelación del paseo fluvial en ese lado del río. A las obras se destinaron cerca de 52.000 euros y, además de las luminarias, incluyeron la pavimentación del sendero de tierra. El Ayuntamiento aprovechó la ocasión para dar a la parte más próxima a la guardería el mismo tratamiento que al resto del paseo. De paso, se repusieron los árboles que habían sido arrancados con anterioridad en ese lugar.

Duraron muy poco

Los nuevos ejemplares duraron muy poco. Tras las últimas fiestas de San Antonio aparecieron arrancados de cuajo, lo mismo que sucedió en anteriores intentos. No solo los árboles sufren las consecuencias del vandalismo en esa zona del paseo fluvial. Las pintadas en la fachada de la guardería son frecuentes y su exterior suele amanecer los domingos plagado de vasos de plástico, botellas y vidrios rotos. De las secuelas del botellón tampoco se suele librar el resto de la zona C, entre la calle Rof Codina y Cobas. Este fin de semana volvieron a aparecer tirados los gruesos alambres que delimitan los terrenos próximos al parque en los que se permitirá edificar.

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