Apagado el salto a la orilla sur del Sil del incendio de A Pobra do Brollón y Quiroga

A POBRA DO BROLLÓN
Lo pararon antes de que se descontrolase ladera arriba. El fuego vuelve a parecer contenido entre la desembocadura del Lor y la parte de la Ribeira Sacra declarada BIC
26 ago 2025 . Actualizado a las 21:40 h.El salto a la orilla sur del Sil del incendio de A Pobra do Brollón y Quiroga está ya apagado. El fuego cruzó el río a última hora de la tarde y prendió en una zona arbolada, pero lo apagaron sin darle tiempo a quemar más que una hectárea y antes de que se descontrolase ladera arriba. Así que el incendio sigue activo, pero vuelve a parecer contenido en la margen derecha del Sil, donde durante todo el día hubo preocupación sobre todo por la situación en Vilachá de Salvadur.
«En Vilachá necesitamos axuda». El mensaje lo lanzaba ya el lunes por la noche en sus redes sociales una vecina de Vilachá de Salvadur, la parroquia de A Pobra do Brollón que tiene junto al Sil tres zonas cultivadas con las viñas en bancales características a la Ribeira Sacra. El incendio que había empezado esa tarde seis kilómetros al norte avanzaba sin freno por todo el bajo Lor y uno de sus frentes iba hacia Vilachá, en la antesala del cañón del Sil y justo donde empieza el corazón de la Ribeira Sacra, la parte de este territorio que está declarado bien de interés cultural.
Ya no con la voracidad de las primeras horas, pero el incendio siguió avanzando durante la noche del lunes al martes. Por la noche, los esfuerzos de los servicios de extinción se centraron en las aldeas más amenazadas en ese momento, entre las que estaban Freixeiro, San Pedro, Parada o Santa Andrea, todas dentro del término municipal de Quiroga. Cada una dispuso esta noche de sus propios retenes de bomberos y no llegó a arder ninguna casa.
La única construcción alcanzada de noche por las llamas fue un antiguo negocio de jardinería en las cercanías de Freixeiro, un pueblo defendido por bomberos del consorcio contraincendios de A Coruña. «Durante a noite houbo traballo, pero non se deu ningunha situación de moito apuro», explica David Lago, el jefe del grupo que estuvo en Freixeiro.
Ellos apagaron el incendio en el centro de jardinería, pero no pudieron evitar que las llamas destruyesen el edificio de madera en el que estaban sus oficinas. «Se non se chega apagar o lume que prendeu no centro de xardinería e outro que avanzaba por outro lado si que podía haber perigo para as casas», explica. David Lago forma parte de un grupo de ocho bomberos de los parques contraincendios de Boiro, Ribeira, Carballo y Santa Comba que pasaron la noche en este incendio.
En el Ayuntamiento de Quiroga explican que la cantidad de medios desplegados hace que la situación de este incendio sea distinta a la del fuego que empezó el 13 de agosto en el municipio ourensano de Larouco y acabó quemando 30.000 hectáreas en diez municipios. El concejal de Medio Ambiente, Luis Arias, muy activo todos estos días sobre el terreno, dice que en el incendio del Lor hubo durante la noche del lunes al martes medios suficientes para proteger de forma eficaz todas las aldeas.
Una vez pasada la noche, los servicios de extinción se concentraron en frenar la expansión del fuego en el frente que avanza por A Pobra do Brollón hacia el oeste y en el que va hacia el este por Quiroga.
Justo en las viñas de Vilachá
En A Pobra, agentes medioambientales y brigadas contuvieron las llamas justo en el límite entre los montes comunales de la parroquia quiroguesa de Augas Mestas y la de Vilachá. Desde el lado de Vilachá, el presidente del monte, José Castiñeira respiraba aliviado. «Foi moi útil —reflexiona— o cortalumes que fixemos no noso monte a principios deste ano».
Más hacia el sur, los bomberos forestales trabajaron todo el día para conducir la parte baja de ese frente hacia el río Sil y hacer que muriese en la orilla. A media tarde, la estrategia estaba dando resultado. Tenían parado el fuego justo en el inicio de las viñas de O Eivedo, la mas expuesta a ese frente de las tres zonas productoras de uva que hay en Vilachá.
Pero entonces llegó el salto de última hora de la tarde de este martes. No ocurrió en Vilachá, sino un kilómetro aguas arriba. Las llamas pasaron de la margen derecha del Sil a la izquierda a la altura del puente que cruza el río en Augas Mestas. Consiguieron apagarlo antes de que prosperase, pero el riesgo está ahí.
Por ahora, esta parte del incendio sigue contenida entre la desembocadura del Lor y la parte de la Ribeira Sacra que está declarada BIC. En cualquier caso, otro salto puede crear un nuevo frente que podría avanzar rápidamente ladera arriba por la margen izquierda del Sil hacia Torbeo, en el municipio de Ribas de Sil, o en cualquier otra dirección.
Sigue cerrada la vía del tren
En cuanto a las vías de comunicación afectadas, sigue cerrada la vía férrea A Coruña-Palencia en el tramo entre las estaciones de Monforte y Ponferrada.
Esta mañana se puede circular por la carretera N-120, pero no se descartan nuevos cortes como los del lunes en función de cómo avance el incendio. También ha reabierto la LU-933, que durante la mañana de este martes sufrió cortes entre los kilómetros 18,5 y 24,2.
Durante la noche, la Guardia Civil de tráfico organizó un sistema de circulación controlada para mantener esta carretera abierta, pero con seguridad. Los agentes iban abriendo el tráfico de forma alternativa en solo un sentido de cada vez, con la caravana de coches que se adentraba en el tramo del incendio encabezada por un coche patrulla y cerrada por otro.
Los primeros momento del incendio: remolinos de fuego junto a la N-120
El este incendio fue especialmente virulento el lunes en sus primeros momentos. A primera hora de la tarde del lunes una brigada de bomberos forestales de Pantón se vio rodeada por el fuego. En todo caso, pudieron salir del apuro sin heridos.
La proximidad del fuego provocó momentos de tensión entre los residentes en los pueblos de Conceado y San Pedro, que a eso de las cuatro de la tarde vieron que se acercaban a sus casas unas llamas que en esos momentos parecían imparables. El viento soplaba con fuerza, lo que unido a la intensidad de las llamas provocaba remolinos de fuego y humo que sembraban el miedo entre los vecinos.
Fue en ese momento cuando el fuego llegó a la vía del tren, que en esta zona limítrofe entre A Pobra do Brollón y Quiroga discurre en paralelo a la carretera N-120. Las llamas cruzaron la vía por diferentes puntos, pero los bomberos forestales las pararon antes de que llegasen a las casas de Conceado.
El despliegue de medios sobre el terreno fue considerable durante toda la tarde. Brigadas de bomberos forestales tuvieron apoyo de grupos de soldados de la Brilat de Pontevedra. Normalmente y al contrario de la UME, estos soldados solo participan en labores de vigilancia y no de extinción, pero ayer apoyaron toda la tarde a las brigadas desplegadas por la Xunta.
También fue notorio el trasiego de vecinos voluntarios, algunos de ellos organizados a través de grupos de wasap. El todoterreno de uno de esos voluntarios sufrió destrozos cerca de Goldar cuando le cayó encima un tronco de castaño de dimensiones considerables que acababa de arder. En ese momento no había nadie dentro del coche, así que ese incidente no provocó heridos.
Muchos de esos voluntarios eran vecinos de las aldeas amenazadas por el fuego que se resistieron a abandonar sus casas. Hubo intentos de desalojo en la aldea de Freixeiro, donde está la antigua estación de tren hoy en desuso y que en tiempos daba servicio a toda esta zona de montaña a medio camino entre Monforte y Quiroga.
Los voluntarios organizados
Otros, en cambio, se acercaron de lugares más o menos cercanos. Como un grupo de media docena de jóvenes del barrio de la estación de A Pobra do Brollón, que comparten un grupo de wasap creado por si acaso la ola de incendio de este verano llegaba hasta este municipio de la comarca de Monforte.
«Non é que esteamos organizados, é que estamos acostumados», ironizaba Jesica Torres, una de las integrantes de este grupo. Llevaban batefuegos, ropa para trabajar en el monte y mucha determinación. La que los hizo caminar por la vía del tren, en ese momento ya cortada, e incluso atravesar un túnel en medio de la humareda para llegar a las cinco de la tarde hasta San Pedro, la aldea que en esos momentos parecía más amenazada.
Alguno de ellos tiene experiencia de trabajo en el monte, pero la mayoría no. Como Diego, que es cocinero en el hospital de Monforte, pero que ayer estaba de día libre. Decidió sumarse porque sabe que «a axuda dos veciños pode ser fundamental para que non se perdan casas». Es cocinero, pero salió al incendio pertrechado con un batefuegos y ropa adecuada. Lo tiene todo cargado en el coche para poder reaccionar rápido si hace falta.
A última hora de la tarde, la mayor preocupación parecía centrada en San Pedro. La única carretera asfaltada que llega al pueblo estaba cortada por el incendio y los camiones con agua no podían pasar. Antes del corte pudieron llegar hasta allí dos carrocetas y un vecino con una cisterna agrícola cargada, pero los brigadistas desplegados allí para evitar que la aldea ardiese tenían que racionar el agua para evitar quedarse sin ella.
Otra vez en Quiroga, pero en una parroquia diferente
En esos momentos, el fuego avanzaba por el municipio de Quiroga, en una zona de monte en la que en el 2021 ya se quemaron 900 hectáreas en el que había sido el mayor incendio en Galicia aquel año.
La parroquia de Quintá de Lor, por la que entró el incendio desde A Pobra do Brollón y a la que pertenecen las aldeas más en riesgo, no está en la misma zona de Quiroga afectada por el gran incendio que la semana pasada quemó 30.000 hectáreas y se convirtió en el más grande de la historia de Galicia. Quintá de Lor también es una zona de montaña, como la afectada por ese otro incendio, pero se encuentra en el extremo oeste del municipio de Quiroga, y la otra está al este.
Continúan sin control los fuegos de Carballeda de Valdeorras y Avión
Actualmente, en la comunidad continúan descontrolados otros dos incendios. Por un lado, el de Carballeda de Valdeorras, que, tras entrar el lunes de la semana pasada en la parroquia de Casaio desde Castilla y León, ha consumido ya alrededor de 4.700 hectáreas. El otro se sitúa en Avión, donde ya han sido calcinadas unas 150 hectáreas entorno a su parroquia de Nieva.
Sin embargo, la mayoría de fuegos activos en Galicia se mantienen estabilizados. En esta situación permanecen el de Chandrexa de Queixa y Vilariño, que ha quemado 19.000 hectáreas; el de Larouco, con 30.000 afectadas; el de Oímbra y Xinzo de Limia (17.000); el de A Mezquita (10.000); el de Carballeda de Avia y Beade (4.000) y el de Vilar de Cervos, en Vilardevós, con 900 hectáreas calcinadas. Además, están controlados el de Maceda, tras hacer arder 3.500 hectáreas, y los de Montederramo y Carballedo, que han afectado a 120 y 100 hectáreas respectivamente.
Durante esta mañana, el 085 ha informado de la extinción de varios incendios: el de Vilaboa, que ha quemado 72,17 hectáreas, el de Fumaces e A Trepa, en Vilardevós (130,63 hectáreas); y el de Trasestrada, en Riós (33,52). También se encuentra en esta situación desde la medianoche del lunes al martes el de Moialde, en el municipio ourensano de Vilardevós, que ha afectado finalmente a 1.102 hectáreas.