El grupo coruñés Puente empezará en julio la obra de su primera residencia de mayores en Galicia, en Bóveda

Ana González Núñez
Ana González A CORUÑA / LA VOZ

BÓVEDA

CESAR QUIAN

Tiene 11 geriátricos en España y no registró ningún caso de covid hasta el 2022 entre sus 900 usuarios

21 abr 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

El grupo coruñés Puente se adentró por casualidad en el mundo de los servicios sociales, pues tenían una empresa de construcción que fue requerida por residencias de Extremadura para hacer reformas. Entonces conocieron de cerca el negocio y se lanzaron a la gestión de residencias en el 2009. Actualmente, son 11, de las que 9 están en Extremadura, una en Castilla y León y otra en Cataluña.

Ahora, el gerente del grupo, José Manuel García Puente, celebra que acaban de recibir la autorización de la Xunta para poner en marcha la reforma del edificio del hotel Arcadia en Bóveda, con el fin de convertirlo en una residencia privada que albergará 55 plazas de residencia y unos 20 usuarios en centro de día. Ya estaba proyectada esta obra en el 2019, pero fue paralizada por la pandemia y por unos cambios en los requisitos que pedía la Administración.

Cuatro años después, lo tienen todo en regla y en julio comenzarán los trabajos de adecuación, que estaban presupuestados en unos dos millones de euros, importe que será recalculado por el alza de los precios. La previsión es abrirla en marzo del 2024 y contar con unos 25 trabajadores.

El grupo Puente, que facturó el año pasado 38 millones de euros procedentes de sus sociedades de diferentes sectores, atiende actualmente a 900 usuarios en sus centros, además de los 260 beneficiarios de su servicio a domicilio.

Cinco olas sin contagios

Marino e ingeniero de caminos, José Manuel García Puente, miembro de la asociación Red Mundo Atlántico, incide especialmente en que es necesario separar a los mayores según su nivel de deterioro cognitivo y tratarlos con atención personalizada e individualizada.

Aunque las gestiones del grupo se hacen desde las oficinas coruñesas de los polígonos de Pocomaco y A Grela, cada una de las residencias tiene su sede social en el lugar en el que está situada, con directores y personal propio para fomentar el arraigo en esas zonas. Lo que tienen todas en común son los proveedores y su filosofía. Por eso, cuando surgió la pandemia decidieron prohibir las visitas tres semanas antes de que se decretara el estado de alarma y el 8 de marzo cerraron las puertas a todo el mundo, incluso a proveedores. Así, consiguieron no tener ningún caso de covid hasta el 2022, cuando los mayores comenzaron a salir más. García Puente agradece la colaboración «excepcional» del Servicio Extremeño de Atención a la Dependencia.

También le preocupa el trato a sus más de 280 empleados. «En una sala con 36 personas preguntamos cuántos se podían quedar confinados en la residencia y vimos 36 manos levantadas», cuenta García, que asegura que son «muy afortunados» porque se han encontrado con «el mejor personal del mundo».

García Puente manifiesta que la pandemia tuvo una pequeña parte positiva: «que la Administración se ha dado cuenta de que tenemos que ir a unidades de convivencia, de no más de 12 o 15 usuarios, y que tengan características similares en cuanto a su detrioro cognitivo».