Una reliquia de antes de los tractores

Carlos Cortés
Carlos Cortés CHANTADA/LA VOZ.

CHANTADA

La parroquia chantadina de Merlán convierte en una fiesta su tradicional Feira das Cabras. Antes se vendían para hacer odres en los que sacar el vino de la ribeira

20 sep 2010 . Actualizado a las 11:29 h.

Allá por los años ochenta, nadie daba un duro por el futuro de la feria de septiembre en Merlán. En tierra de vacas, esta parroquia de Chantada veía languidecer una cita ganadera en la que solo se vendían cabras. Para entonces hacía ya tiempo que el vino no se sacaba de las bodegas de la ribeira en odres de piel de cabra, así que estos animales habían perdido casi todo su valor. Pero el caso es que la feria no murió y ya no parece que vaya a hacerlo. Hubo años en los que se hizo con apenas cuatro o cinco cabras. Ayer, los tratantes llevaron unas 170, cuarenta más que el año pasado.

El mérito es de los vecinos, que en el 2007 decidieron darle lustre al asunto y poner en marcha la primera Mostra do Mundo da Cabra. Al tradicional mercado le añadieron una degustación de carne y queso, un cierto tono divulgativo y la animación propia de la fiesta de la parroquia, que se celebra el mismo fin de semana. José Luis Janeiro, el presidente de la asociación de vecinos Santo Tomé de Merlán, está convencido de que la experiencia de estos últimos años es tan positiva que incluso puede servir para otras parroquias. «Este ano -contaba ayer a media tarde- temos 154 pequenos participando nos xogos infantís, e na parroquia non viven máis que tres ou catro nenos».

Los juegos para niños eran una de las convocatorias de un programa que arrancó por la mañana con la entrada de las cabras en el cobertizo preparado en la carballeira del pueblo para su exposición y venta. Al final del día, los trece ganaderos que las trajeron de granjas de Pantón, O??????Saviñao, Carballedo y Chantada habían vendido cerca de sesenta, veinte más que en el 2009.

Mientras tratantes y compradores negociaban, decenas de vecinos participaron en la procesión religiosa, en la que una imagen de San Ciprián es paseada en un pequeño carro tirado por una pareja de cabras. La mayor aglomeración de público llegó a la una del mediodía, con la degustación de queso y carne cocida y con un baile amenizado por una orquesta.

Hasta una horca

Entre el público, el historiador local Xosé Lois García, que colabora con los organizadores en la búsqueda de los orígenes de esta fiesta, contaba que la parroquia de Merlán tiene una personalidad muy marcada, herencia quizás de su pasado como circunscripción propia e independiente de Chantada, con feria mensual desde el siglo XV, pero también juez, cárcel y hasta un lugar para ajusticiamientos al que se llega por el aún hoy conocido como Camiño da Forca. Este orgullo de parroquia podría explicar la supervivencia de una feria que perdió buena parte de su sentido práctico en los años cincuenta y sesenta. «Os pelexos das cabras -explica- deixaron de usarse para transportar o viño máis ou menos naquela época, cando entraron os tractores na ribeira».