Los talleres lo confirman: la carretera de Lugo a Ourense vuelve a estar tan mal como en el 2018

Carlos Cortés
Carlos Cortés CHANTADA / LA VOZ

CHANTADA

Ocho centímetros. Fotografía publicada en este diario el 12 de abril del 2018 que puso de manifiesto la gravedad del deterioro de la N-540. En la imagen, un guardia de tráfico mide la profundidad de un bache para ponerla en su atestado. Si supera los 8 centímetros, el conductor que había estropeado su coche al pasar por encima tenía más posibilidades de cobrar compensación
Ocho centímetros. Fotografía publicada en este diario el 12 de abril del 2018 que puso de manifiesto la gravedad del deterioro de la N-540. En la imagen, un guardia de tráfico mide la profundidad de un bache para ponerla en su atestado. Si supera los 8 centímetros, el conductor que había estropeado su coche al pasar por encima tenía más posibilidades de cobrar compensación ROI FERNÁNDEZ

Hay mecánicos que atienden en una noche cuatro emergencias por baches en la comarca de Chantada

13 ene 2024 . Actualizado a las 16:41 h.

Muchos usuarios habituales de la carretera de Ourense a Lugo por Chantada, la N-540, creen que su deterioro es ahora peor que nunca. Incluso peor que en el 2018, cuando este diario publicó una fotografía de un guardia civil midiendo con cinta métrica cerca de Chantada la profundidad de un bache enorme en un trozo de asfalto completamente destrozado. No es fácil saberlo, pero hay otros testimonios que lo confirman. Por ejemplo, el de los profesionales de los talleres. «É certo, a N-540 volve estar como estaba daquela», certifica por ejemplo José Regal, propietario de un taller de ruedas en Chantada.

El deterioro del asfalto de esta carretera parece crónico porque ya dura mucho, pero en realidad empezó hace alrededor de 15 años, cuando los recortes de inversiones públicas desatados por la crisis redujeron al mínimo el gasto de mantenimiento en carreteras. Y llegaron a su pico en el 2018, cuando la Guardia Civil de tráfico se hartaba a medir baches entre Lugo y Ourense para completar sus atestados sobre averías provocadas por el deterioro de la calzada. Si el agujero en cuestión tiene al menos ocho centímetros de profundidad y la anchura de una rueda, los tribunales suelen aceptar que el propietario del coche tiene derecho a una compensación económica por el destrozo.

El problema de los baches se redujo notablemente después de los parcheos que el Ministerio de Transportes encargó en esta carretera entre el 2018 y el 2019, pero aquel remedio temporal ya ha dejado de funcionar. Los talleres no suelen llevar recuentos exhaustivos sobre el número de averías provocadas por baches que tienen que atender, pero sí saben que vuelven a ser muchas. Como Nicolás Fuentes, de Talleres Fuentes, en Taboada, que recuerda que solo durante la noche del 5 de enero atendió cuatro casos de este tipo. «E iso que normalmente a xente chama á grúa e non a un taller cando lle pasa algo así», corrobora.

Alrededor de la localidad de Taboada, los principales puntos negros están ahora entre los lugares de As Neves y O Castro, hacia el norte; y en torno a Vilela, hacia el sur. Y los momentos peores son las noches de lluvia, cuando los conductores no tienen visibilidad suficiente para ver venir los socavones con antelación. Como pasó este último 5 de enero, la noche de Reyes, una jornada en la que además se mueve por carretera más gente de lo normal.

«Todas as semanas vén unha furgoneta de Portugal para cargar en Chantada llantas estaladas ou dobradas, case todas na N-540», explica el mecánico chantadino José Manuel Ansoar, de Talleres Anpa. Las llantas de aluminio no se arreglan por aquí y hay que mandarlas a un taller especializado en Portugal, que lleva tiempo trabajando mucho con las víctimas de estos baches.

La reparación de uno de estos disco de aluminio puede costar en torno a 60 o 70 euros. Si hay que cambiar las ruedas, que es lo más habitual en este tipo de averías, las facturas son más cuantiosas. Ansoar cambiaba este viernes la rueda que un coche deportivo había metido en uno de estos socavones y a su propietaria la factura le iba a salir por 450 euros. Y eso si los destrozos se quedan en las ruedas o las llantas, porque la noche de Reyes Nicolás Puentes se cruzó cuando iba a atender una de las cuatro emergencias que llegaron aquella noche con un coche que se había dejado la dirección en otro bache.

Un año desde que 15 coches se averiaban en el mismo socavón de la N-120

El 1 de enero se cumplió un año justo desde el accidente múltiple provocado por un enorme bache en el tramo de la carretera N-120 que pasa por el municipio de Monforte.

No hubo heridos, pero sufrieron daños quince coches que pasaron por el bache uno detrás del otro. No se puede decir que aquel suceso encendiese las alarmas sobre el mal estado de esta carretera estatal a su paso por la provincia de Lugo, porque ya llevaban tiempo encendidas, pero sí dejó claro que hacía falta una solución urgente. Apremiados por el malestar de los usuarios de esta carretera, los responsables del Ministerio de Transportes anunciaron poco después una importante inversión para hacer una reforma profunda, y no solo un parche.

Un año después, de esa reforma del tramo lucense de la N-120 no se sabe nada.

El anuncio había llegado el 25 de enero, menos un mes después de aquella caída de coches en cadena en el mismo socavón, y los portavoces del ministerio aseguraban que iba a costar 15,6 millones de euros.

Medio año después, el Ministerio de Transportes sacaba a licitación el pasado mes de julio cuatro contratos por valor de 571 millones de euros para el mantenimiento preventivo y la mejora de los firmes de las carreteras convencionales y en nueve autopistas de peaje. De esa cantidad, 34,11 millones se iban a invertir en Galicia en dos lotes distintos. En uno de ellos estaba la N-120, junto con 26 carreteras más de la provincia de A Coruña y otras quince de la provincia de Lugo, entre ellas la N-120A (el antiguo trazado de esta carretera entre Monforte y Os Peares) y la carretera Lugo-Ourense, la N-540.