El edificio del antiguo banco Pastor en Monforte, historia de su apogeo y decadencia

felipe aira

MONFORTE DE LEMOS

Un carro de bueyes pasa por delante de la casa Valdés, a la izquierda, en una foto histórica
Un carro de bueyes pasa por delante de la casa Valdés, a la izquierda, en una foto histórica ARCHIVO F. AIRA

Construido a finales del siglo XIX, su valor arquitectónico se diluyó con las reformas realizadas hace cuarenta años

13 mar 2023 . Actualizado a las 18:45 h.

El apellido Valdés Menéndez asociado a esta histórica casa no le dirá nada a una inmensa mayoría de monfortinos. Si decimos que su bajo albergó durante décadas la sucursal del Banco Pastor, ya será otra cosa. Los orígenes de esta edificación hay que buscarlos en los últimos años del siglo XIX, cuando Monforte de Lemos vivía un relevante crecimiento poblacional motivado por el progreso y el desarrollo económico que vino de la mano del ferrocarril.

A Monforte llega en esa etapa un joven llamado Eduardo Valdés Menéndez, natural de Villaviciosa, que en diciembre de 1878 consigue plaza de ayudante Obras Públicas en la ciudad del Cabe.

En Monforte conoce a Amparo Fraga García Camba, con la que contraería matrimonio. Valdés planifica levantar un inmueble en la entonces denominada Avenida de Osma, en el cruce con el Cardenal. La pujanza de la vida local impulsaba la construcción de nuevas calles, avenidas, y plazas para dar acogida a las nuevas familias que se instalaban en la población.

El desaparecido puente de Hierro, inaugurado en 1904 era todavía un proyecto, y la actual Avenida de Galicia —que entonces llevaba el nombre del destacado político Guillermo de Osma— comenzaba a tomar cuerpo. Persona culta e inteligente, Valdés vislumbra que aquel punto iba a ser neurálgico en el futuro monfortino.

La planta alta de la edificación era de losa y fino revocado. En la fachada de la Avenida de Osma estaba coronada por ventanas de galería dispuestas sobre el tejado para iluminarla y ventilarla. Esos elementos ornamentales remataban el edificio trazado y proyectado por el propio Eduardo Valdés.

La planta baja era de cantería y contaba con cuatro huecos en ambas fachadas, entrelazadas mediante un chaflán curvado y una puerta de arco más apuntado. Con sus trescientos metros de planta fue de los inmuebles más singulares de los erigidos entre finales del siglo XIX y comienzos del XX en Monforte.

En la planta alta asomaban dos miradores apoyados en salientes de cantería, y en medio de ellos balconadas que correspondían a los huecos centrales. La forja de galerías y balcones constituía un ejemplo de arquitectura modernista. En la década de los ochenta del siglo, el edificio pasado sufre importante modificaciones. Aunque el resultado posiblemente pudo ser peor, tal como hoy podemos verlos el inmueble desentona con la imagen anterior a las reformas.

Casa en la Calexa

La esposa de Eduardo Valdés descendía de dos importantes familias monfortinas. Sus padres fueron Manuel María Fraga Losada Becerra y Javiera García Camba de las Heras. Los Fraga, en la persona de Manuel María —que aunque nacido en Cangas do Morrazo se vinculó pronto a la población del Cabe— eran dueños, entre otras propiedades, de una de las bodegas del Campo da Virxe, que en siglos pasados habían sido del convento de San Vicente do Pino.

La familia solía vivir en una de las mejores casas que poseía, la ubicada en el número 11 de la Calexa. La fachada tenía una balconada con señorial herrería de forja y otros elementos que, por desgracia, desaparecieron tras unas reformas.

Los García Camba eran una familia de raigambre monfortina. La madre de Amparo era hija de José Ventura García Camba y de Manuela María Monseo Valcárcel. El abuelo materno, José Ventura, fue un notable vecino monfortino, escribano del Juzgado de Primera Instancia durante las décadas intermedias del siglo XIX.

Mucho se podría escribir sobre los García Camba de las Heras, especialmente del monfortino Buenaventura Andrés García Camba de las Heras, nacido el 20 de octubre de 1790, hijo de Francisco Antonio García Camba y Soria y de Francisca de las Heras y Taboada.

Miembro del Batallón Literario, Buenaventura alcanzó como militar el grado de teniente general. Fue ministro de Marina, Comercio y Gobernación de Ultramar, responsabilidad que llegó a compatibilizar durante un mes con el cargo de ministro interino de la Guerra. Ostentó las capitanías generales de Galicia, Vascongadas, Baleares, Filipinas y Puerto Rico, y ejerció como consejero interino del Banco Español de San Fernando, y posteriormente, de consejero propietario.

Senador con carácter vitalicio, vocal de la Junta Consultiva de Guerra y Marina, fue consejero de Estado con destino en la sección de Ultramar hasta su muerte en Madrid en octubre de 1861. Premiado con la Gran Cruz de San Hermenegildo, poseía el título de caballero de la Orden Militar de Santiago.

Eduardo Valdés Menéndez y Amparo Fraga García Camba tuvieron numerosa descendencia. Sus hijos fueron Concepción, Carmen Amparo, Andrés, Eduardo, José, Manuel, Fernando y Félix Valdés Fraga. A comienzos del año 1900, Valdés Menéndez fue ascendido de ayudante de Obras Públicas a oficial de Administración, con un sueldo de 3.000 pesetas anuales.

Pasó así a estar destinado a la jefatura de A Coruña, primero, y posteriormente a la de Asturias. Tras su fallecimiento en tierras asturianas, su mujer y sus hijos regresarían a Monforte.

Uno de ellos, Eduardo Valdés Fraga, junto con varios amigos entre los que se encontraban Antonio Méndez Casal o Luis Rodríguez Méndez- Núñez, instalan en el año 1909 en el bajo de la casa el Gimnasio Monfortino, a partir del que nacería dos años después el Monforte Sport Club, que fue el embrión del Lemos F..C., fundado en 1923. Desaparecida la sociedad deportiva, un par de años después en los bajos se instala la sede de la Irmandade da Fala.

La casa Valdés, antes de la última reforma, ya con el rótulo del Banco Pastor en el bajo
La casa Valdés, antes de la última reforma, ya con el rótulo del Banco Pastor en el bajo ARCHIVO F. AIRA

La casa de la familia Valdés albergaría con posterioridad la oficina de un notario, los servicios de una funeraria o un establecimiento para la venta de tejidos. También fue residencia temporal, por otra parte, del médico Antonio Dacal, alcalde de Monforte durante buena parte de la década de los veinte del pasado siglo.

Posteriormente, el Banco Pastor arrendaría la planta baja, y con el tiempo adquiriría el edificio. A finales de los años ochenta, sufre importante modificaciones, desmereciendo las mismas el valor arquitectónico que tenía en su origen.

Desde finales de la primera década del pasado siglo, había sido escenario de las reuniones sociales, fiestas y bailes que tuvieron como anfitriona a la viuda de Eduardo Valdés. Algunos invitados eran aristócratas portugueses que marcharon de su país a raíz de la proclamación de la República. Monforte fue uno delos cuarteles generales que eligieron para maniobrar desde el exilio en favor del restablecimiento de la monarquía.

Expatriados portugueses

«Según noticias que hemos recibido de Monforte de Lemos se observa un inusitado movimiento debido a que se van concentrando allí muchos emigrados portugueses, siendo la mayoría de ellos exmilitares», se leía en una publicación de la época editada fuera de Galicia.

En octubre de 1911 se interceptó en Ourense un tren de mercancías con destino a Monforte que ocultaba «cajas de fusiles, ruedas para cañones y otros pertrechos de guerra procedentes de Amberes» que al parecer querían introducir en Portugal los contrarrevolucionarios partidarios de la corona.

Uno de los aristócratas portugueses asiduo a los bailes y encuentros en casa de la viuda de Valdés era el ingeniero Juan Castel Branco, del que no consta que perteneciese a ese movimiento. Contraería matrimonio con Carmen Valdés Fraga, con la que se trasladó a vivir a Lisboa.

Amparo Fraga García Camba, pasado unos años, volvió a marcharse definitivamente de nuestra población y se avecina en Madrid donde algunos de sus hijos ya se encontraban establecidos. En Madrid vivió hasta su fallecimiento, en 1914.