Zhanna Vityebska vive con su marido, su hijo de tres años, su hija de dieciséis y sus padres en una casa de Perlín que compraron hace tres años. Al poco, comenzaron a apreciar grietas, humedades y suelos levantados. Varios aparejadores y arquitectos han advertido del riesgo que asumen a cada minuto que pasan en la casa. «No pido nada más que un lugar al que ir a vivir»
Marcos Gutiérrez