El melancólico paseo monfortino que se llevó por delante el Malecón

Felipe Aira MONFORTE

MONFORTE DE LEMOS

El desaparecido paseo discurría por la margen del Cabe del lado del antiguo Liceo
El desaparecido paseo discurría por la margen del Cabe del lado del antiguo Liceo ARCHIVO F. AIRA

Una antigua senda fluvial, frecuentada por parejas y nostálgicos solitarios recorría la ribera del Cabe desde el Cantón de Bailén

20 ago 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

A finales del siglo XIX y comienzos del XX desde el histórico Cantón de Bailén, contiguo al puente viejo, se accedía a la ribera del Cabe a través de una escalinata. Una vez allí, atravesando uno los arcos del puente hoy oculto, se iniciaba el denominado popularmente Paseo de los Melancólicos. A un lado del sendero estaba el río y al otro las traseras de las casas de la Peña y Herradores, casi todas ellas destinadas a huertas, con sus correspondientes cierres de piedra y tierra. Mujeres que lavaban la ropa en la orilla, parejas de novios, grupo de amigos y nostálgicos solitarios en las horas de menos afluencia eran los habituales de este paseo.

La senda fluvial comunicaba con los soportales de la parte trasera del edificio de la sociedad recreativa y cultural Liceo Artístico Armonía Monfortina. Los domingos y festivos por la tarde era habitual que se encontrasen en la ribera del río grupos de jóvenes monfortinos para deleitarse, aunque fuese desde fuera, con las piezas musicales que las pianistas interpretaban en el salón de baile para los socios de tan prestigiosa y gallarda sociedad.

El conjunto del paseo ofrecía una estampa bucólica con las barcas, las lavanderas, los grupos de jóvenes, las parejas de enamorados y los niños jugando a la orilla del río, en un entorno natural y con el fondo de las románticas piezas interpretadas por muchachas que ya destellaban por su calidad musical. Entre las destacadas en las crónicas de la época estaba María Solchaga Ripoll, hija del Coronel Dámaso Solchaga Sarasa, casada con el farmacéutico Atilano Areses Vidal, también destacado pianista.

Otras pianistas del Liceo fueron Amalia Martínez Sandoval y Carmen Rodríguez de las Heras, esta última extraordinaria instrumentistas y esposa del musicólogo monfortino José Ibáñez Fernández. Tengo el honor de contar con la amistad de su nieta Soledad Bordas, profesora de piano. Según Soledad, su abuela, con poco más de veinte años, tocaba el piano en el Liceo Artístico y ponía música a las proyecciones de películas en esta sociedad y otros cinematógrafos locales.

También fue pianista la catalana María Paloll que impartía la asignatura de música en el Colegio Divina Pastora y clases particulares. Fue directora de la Rondalla Iris. Tocaba en el Liceo Artístico y en el Casino Ateneo, amenizando los populares asaltos. Vivía en el bajo de la casa propiedad del militar José Sogo Mayor, ingeniero y teniente coronel de Caballería. Sogo fue teniente alcalde y concejal con Rey Mariño de regidor y ejerció de comandante militar en Monforte.

En el año 1902 se construyeron unas escaleras de piedra para bajar al Mesón y se mejoró el entorno del llamado Cantón de Bailén. Dos años después se construyen las casetas y puestos de venta de carnes y pescados. Al respecto en sesión ordinaria se señala: «Puede recibirlas la corporación, al objeto de que se instalen en las casetas los expendedores de carnes y pescados, salvo ligeras modificaciones que deben hacerse, cuales son: las de poner puertas a las de los tablajeros, construir un retrete al lado de la plaza y colocar una alambrada o rejado de alambre alrededor de la verja para evitar que en los meses de calor entren moscas».

Las casetas fueron hechas con piedra y con cantos rodados procedentes del río. La obra, realizada por el contratista señor Moreiras, costó 5.000 pesetas al Ayuntamiento. En 1905 se inaugura el hotel Comercio, como todavía podemos leer en la parte superior de su fachada principal. La ya importante plaza del Cantón cobra todavía mayor relevancia con el nuevo hotel. Uno de los primeros vehículos a motor que realizaba servicio público lo hacía desde el alojamiento a la estación ferroviaria.

Enlace entre carreteras

La construcción de la carretera por dentro de la población que comunicase Lugo con Ourense, el conocido como Malecón, fue impulsada a finales de los años veinte por el alcalde Dacal. Esta carretera fue entregada al Ayuntamiento a comienzos de los años treinta después de no pocos atrancos. Y destruyó este paseo fluvial que, de conservarse en la actualidad, sin duda alguna le daría una esencia a esta parte de la población hoy perdida.

También el histórico Cantón de Bailén sufrió una importante transformación: desaparecieron las escalinatas al río, fue ocultado uno de los arcos del puente, fueron destruidas parte de las casas de tipología tradicional y fue derribada parte del edificio original del Liceo Artístico, que había sido levantado en el año 1910 tras sufrir un año antes la destrucción de sus dependencias a causa de las graves inundaciones de 1909.

De no haberse construido dicho Malecón, y dadas las mejoras en las últimas décadas de las márgenes del río Cabe con la creación de paseos fluviales, la desaparecida senda fluvial sería hoy un importante lugar de esparcimiento. El Malecón constituye en la actualidad una carretera por la que circula diariamente una enorme cantidad de coches. Otros muchos se encuentran aparcados, en ocasiones, encima de las propias aceras. De este modo se contribuye a desdibujar y perder ese entorno deseado ajeno a los ruidos y contaminación.

Lavanderas en el Paseo de los Melancólicos, con el antiguo liceo al fondo
Lavanderas en el Paseo de los Melancólicos, con el antiguo liceo al fondo ARCHIVO F. AIRA

Relojeros, joyeros y la tienda del Salustio

El Cantón, punto inexorablemente vinculado al Paseo de los Melancólicos, era un referente para la sociedad monfortina. Asociados a este lugar quedaron en la memoria local algunos de los establecimientos que florecieron allí a finales del siglo XIX y comienzos del XX. Recordamos a Nemesio Rodríguez Martínez, Polainas, sastre, con establecimiento en el Cantón y padre del escultor y pintor Benjamín Saúl Rodríguez Quiroga. Nemesio había sido Juez municipal suplente. Vivía en la vecina calle de La Peña donde nació su hijo Benjamín Saúl.

Por su parte, Francisco López Pastour fue relojero a finales del siglo XIX y comienzos del XX en el Cantón y la Peña nº 1. En el año 1903 fue uno de los fundadores del comité republicano en la localidad. Joyeros con negocio en el Cantón fueron también Vicente Taboada González, Ovidio Taboada López y posteriormente la viuda de Taboada, en referencia a Manuela Castro de la Fuente. La actual joyería Taboada está ligada a Ovidio Taboada Castro, hijo de Ovidio y Manuela. Está situada enfrente de la antigua, donde estuvo otro negocio muy popular: la tienda del Salustio, singular establecimiento que se mantiene vivo en el recuerdo de muchos vecinos. En sus comienzos la tienda del Salustio había estado al lado de la academia de Rosendo Fernández, apodado Pitorrey.

Cabe recordar también la taberna del Tripa, afamado por sus zocas y las tapas de callos y pulpo, y el negocio de Juan Álvarez López con comercio de tejidos y «venta de ropa hecha», en la plaza del Cantón a finales del XIX y comienzos del XX. Una hermana de Juan Álvarez fue María Álvarez, que cosía y cortaba vestidos y trajes especialmente de hombres con gran estima de sus clientes. También tenía su establecimiento en el Cantón Benito Astorga Cobas, conocido comerciante de la población a finales del siglo XIX y primeras décadas del siglo XX especializado en calzado. Fue un destacado republicano y participó en el banquete celebrado en noviembre de 1935 en el hotel Victoria para conmemorar la I República. Fallece en el año 1936.

Imagen del Cantón de Bailén, actual plaza de Doctor Goyanes, en 1905. A la derecha, el hotel Comercio
Imagen del Cantón de Bailén, actual plaza de Doctor Goyanes, en 1905. A la derecha, el hotel Comercio MONFORTE EN IMAXES

Dámaso Cachaldora fue dueño del negocio Tejidos Cachaldora en el Cantón heredado a su muerte, al no haber tenido descendencia los hijos de Dámaso, por su sobrino Félix Cachaldora, hijo de Martín Cachaldora y Joaquina Rodríguez. Tomás Casarello, por otra parte, fue zapatero en el mismo período de tiempo. Ramón Díaz Varela Otero fue comerciante junto a su esposa Pascuala Vaquero Zotes con puesto de ultramarinos en la plaza del Cantón. José Méndez Rajo fue industrial, comerciante con establecimiento de paquetería a finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX. Premiado con medalla de plata en la Expo Regional de 1896, se decía que era el mejor cortador de levitas de la provincia. Pedro Pontón Fernández, farmacéutico titulado en el año 1901, se cita en 1903 con farmacia en el Cantón.

Acaudalado vecino

En cuanto a la familia Pérez Pontón, uno de los más destacados antepasados había sido José María Pérez Feijoo, vecino del Cantón. Fue alcalde en 1850, regidor Mayor y como tal, juez de primera instancia por traslado del principal en el año 1851. Era una de las diez personas más acaudaladas de Monforte a mediados del siglo XIX. También estuvo vinculado a la parroquia de Baamorto.

Lucila Rodríguez fue en los años finales del siglo XIX vendedora de sombreros, capotes, guantes y abanicos en el Cantón. Venía y se iba por temporadas trayendo a Monforte variado material de Madrid. Jorge Rodríguez Rodríguez fue banquero y comerciante con negocio de juguetería, paraguas y sombrillas en el Cantón nº 20. Su esposa era Manuela de la Fuente López y fueron hijos los Rodríguez de la Fuente: Eulogio, Antonio, Petra, Darío, Jorge y Manuel Rodríguez de la Fuente.