La Diputación lucense aprobó definitivamente hace 25 años el estatuto de la futura entidad
14 abr 2024 . Actualizado a las 05:00 h.La Diputación lucense dio hace 25 años su aprobación definitiva al estatuto del que sería el consorcio local de Os Peares, una fórmula que se adoptó por entonces con el fin de ordenar el laberinto administrativo de esta peculiar localidad repartida entre dos provincias —las de Lugo y Ourense— y cuatro municipios: Carballedo, Pantón, A Peroxa y Nogueira de Ramuín. Según una información publicada en La Voz el 7 de abril de 1999, el pleno del organismo provincial dio este importante paso con los votos a favor del PP —diecisiete diputados— y la abstención de los cuatro representantes del PSOE y los tres del BNG.
Los nacionalistas, según indicaba la noticia, justificaron su abstención por estar en contra de la creación de consorcios, «pronunciándose en favor de otras soluciones administrativas», y a la vez «pidieron mayor participación de los grupos políticos». Por su parte, los socialistas «habían condicionado su apoyo a un compromiso de la Xunta de igualar la financiación de las diputaciones y a una profundización en la participación democrática, que no consideraron garantizados con la respuesta del presidente de que estaban esperando la respuesta de la Xunta a la gestión realizada».
Con esta aprobación, decía asimismo la información publicada por este diario, los estatutos del futuro consorcio de Os Peares habían iniciado ya su camino de regreso hacia esta localidad después de que todas las instituciones implicadas hubiesen dado su aprobación en primera instancia. Durante el período de exposición pública del reglamento de la futura entidad menor —que sería la primera de su género en Galicia— no se había presentado ninguna alegación en su contra, ni en la provincia de Lugo ni la de Ourense. El estatuto había pasado así sin dificultades el examen de la Consellería de Xustiza, que lo remitió de vuelta a las dos diputaciones y a los cuatro ayuntamientos con jurisdicción sobre Os Peares.
Una vez que la Diputación de Lugo hubo aprobado de manera definitiva el estatuto del futuro consorcio, ya solo quedaba obtener el visto bueno de los ayuntamientos. Después de ello, el expediente sería enviado al Consello da Xunta, que debería dar la aprobación final. El consorcio quedaría constituido cuando sus estatutos se publicasen en el Diario Oficial de Galicia.
Creación en diciembre
La nueva entidad se constituiría efectivamente en diciembre de 1999, pero con su creación no se solucionarían todos los problemas. En enero del 2004, un reportaje de La Voz repasaba el camino recorrido desde entonces. «Cuatro años después, de la ilusión inicial no queda prácticamente nada», decía la noticia, ya que había sido «enterrada bajo mil rencillas, algunas personales y otras entre barrios». El consorcio era presidido por el entonces por el alcalde de A Peroxa, Manuel Seoane, quien comentaba que «con todo o que custou que se puxesen de acordo, os políticos, agora divídense os veciños».
A juicio del regidor —aunque precisaba que su criterio no sonaría popular—, el principal problema se debía al hecho de haber reservado a los vecinos un lugar en el gobierno del consorcio, aunque de manera indirecta y designado a través de la asociación local A Chambariceira, la única que existía en 1999. Cuatro años después eran dos, ya que se había creado otra, denominada Sen Fronteiras, escindida de la primera. La división, según la mayoría de los vecinos consultados por La Voz, no se debía a grandes diferencias de criterio sobre el funcionamiento del consorcio, que en sus primeros cuatro años había gestionado la construcción de una playa fluvial, un puente peatonal y varios muros de contención. «Lo que sí hay de sobra son inquinas personales, celos entre barrios y acusaciones veladas» sobre algunas obras, decía la información.
Una iniciativa que se fraguó en una reunión en Pantón en 1997
La creación del consorcio de Os Peares era una antigua aspiración de los vecinos, que sufrían numerosos problemas administrativos por la división de la localidad entre varios municipios, provincias y partidos judiciales. En 1997 se habían dados pasos significativos en esta dirección. El 31 de julio de ese año, La Voz informaba sobre una reunión celebrada dos días antes entre los presidentes de las dos diputaciones y los alcaldes de los cuatro concellos. En el encuentro, que tuvo lugar en la casa consistorial de Pantón, se trató sobre la creación del consorcio y se acordó poner en marcha los trámites necesarios para constituirlo. Según las previsiones de los participantes —que después se revelaron demasiado optimistas—, se esperaba que la nueva entidad pudiese entrar en funcionamiento a finales del año siguiente.
El encuentro de Pantón había sido precedido durante varios meses de una serie de contactos celebrados entre las diferentes administraciones a fin de encontrar para Os Peares una solución que fuese satisfactoria para todos. En aquella reunión, que duró más de tres horas, se decidió crear un consorcio local, una figura novedosa en Galicia a la que tendría que dar carta de naturaleza la Consellería de Xustiza. Llegar a esta solución, según indicaba este diario, solo había sido posible una vez que los cuatro ayuntamientos implicados habían dejado de lado «sus muchas reticencias hacia la creación de una nueva entidad local». La fórmula por la que se optó finalmente les garantizaba que ninguno de los municipios perdería un solo vecino a consecuencia de la operación.