Incendio en la Ribeira Sacra, una semana después: está estabilizado y a la espera de darlo por apagado

PANTÓN












El fuego deja un paisaje desolado en el tramo final del río Cabe y, en menor medida, en la margen derecha del cañón del Sil entre Santo Estevo y Os Peares. El balance provisional sigue siendo de 2.000 hectáreas carbonizadas
24 sep 2025 . Actualizado a las 10:34 h.El incendio que empezó la semana pasada en el municipio de Pantón y acabó alcanzando también Sober está estabilizado desde este lunes por la tarde. Eso quiere decir que aunque todavía no está sofocado ni técnicamente controlado, sí que evoluciona dentro de las líneas planeadas por los servicios de extinción para apagarlo. El cambio de fase de activo a estabilizado llegó cuatro días después de que apareciesen las primeras llamas en la parroquia de Pombeiro, a orillas del cañón del Sil y justo al lado de las vías de la línea férrea Ourense-Monforte.
Lo más afectado por el incendio es el cañón del Cabe, en la desembocadura de este río en el Sil. En cuanto al cañón del Sil, lo que se quemó no es la zona que se recorre en barco por el embalse de Santo Estevo. Es el tramo de la orilla lucense que está entre el puente de Santo Estevo, que une a través del Sil los municipios de Pantón y Nogueira de Ramuín, y el pueblo de Pombeiro.
En estos momentos ya no queda prácticamente fuego, pero el trabajo de extinción se prolonga debido a que la zona afectada es escarpada, de difícil acceso y con una vegetación diversa y muy densa. Los bomberos forestales trabajan sobre el terreno para enfriar las zonas quemadas tanto en la ribera del Cabe como en la del Sil.
El balance provisional de superficie quemada que ofrece la Consellería de Medio Rural permanece estable desde el sábado en torno a las 2.000 hectáreas. El sábado fue el día en que la bajada de las temperaturas y la lluvia que cayó débilmente sobre la Ribeira Sacra ayudaron a detener el avance de las llamas, que durante la tarde del viernes y la madrugada del sábado obligaron a desalojar media docena de pueblos en las dos orillas del cañón del río Cabe y quemó siete casas en el pueblo de Budián, en el municipio de Pantón.
El fuego deja carbonizadas grandes extensiones plantadas de pino, y algunas de las pocas manchas de eucaliptos que había en la Ribeira Sacra. Y también mucha superficie de castaños, robles y viñedos. Numerosos viticultores con viñas en el Cabe se vieron sorprendidos por el fuego en plena vendimia. Otros no habían tenido tiempo ni siquiera de empezarla.
Ya el jueves, el primer día, el incendio que avanzaba desde el Sil en dirección al Cabe pasó por el pueblo de Lornís, en Pantón. Los medios de extinción desplegados en ese lugar impidieron que ardiese ninguna casa, aunque las llamas sí quemaron huertas y llegaron a las puertas de las construcciones situadas en la parte alta de la aldea.
Pero lo peor iba a llegar el viernes. A primera hora de la tarde, cuando se cumplían 24 horas de iniciado el incendio, la subida de las temperaturas y el viento reavivaron las llamas y el frente que ardía en el cañón del Cabe empezó a avanzar con mucha rapidez. En ese momento, el dispositivo de extinción consiguió salvar la aldea de Frontón y los barrios cercanos, que fueron rodeados y sobrepasados por el fuego.
Fue a última hora de la tarde cuando las llamas saltaban al otro lado del Cabe y corrían sin control ladera arriba por las parroquias de Anllo y Rosende. En la otra orilla, avanzaba igual de descontrolado hacia los pueblos de Acedre y Budián. En esta última aldea fue donde ardieron siete casas, unas abandonadas pero otras en buen estado y que eran utilizadas como segundas viviendas.
Con el incendio estabilizado y una semana después de iniciado el incendio, los vecinos esperan ahora que la Consellería de Medio Rural lo dé por controlado, el paso previo a considerarlo extinguido.