El hombre ahogado en Taboada era un ferroviario que llevaba solo un mes jubilado

Carlos Cortés
Carlos Cortés MONFORTE / LA VOZ

TABOADA

Miembros del dispositivo de emergencias desplegado en el embalse de Belesar, en el que participan buzos del Grupo de Actividades Subacuáticas de la Guardia Civil, tras encontrar, este miércoles, el cuerpo sin vida del hombre de 60 años
Miembros del dispositivo de emergencias desplegado en el embalse de Belesar, en el que participan buzos del Grupo de Actividades Subacuáticas de la Guardia Civil, tras encontrar, este miércoles, el cuerpo sin vida del hombre de 60 años EFE / eliseo trigo | EFE

Pedro María Rodríguez Costoya había conseguido hace dos años el traslado a la estación de Monforte para poder atender mejor a su padre en O Saviñao

04 jul 2024 . Actualizado a las 12:57 h.

El hombre que murió ahogado en Taboada el martes cuando se bañaba en el Miño era un ferroviario de 60 años que llevaba solo un mes jubilado. Pedro María Rodríguez Costoya había nacido en Bilbao y no hacía mucho que se había mudado a O Saviñao para vivir con su padre en la aldea natal de este.

El fallecido trabajó durante décadas como empleado de circulación del Adif, en su Bilbao natal y también en la estación fronteriza de Portbou, en el norte de Cataluña. Hace dos años consiguió el traslado a la estación de Monforte. Al parecer, decidió mudarse a Galicia para poder atender a su padre, que volvió a O Saviñao cuando se jubiló y que llevaba tiempo viudo.

Apenas llegó a trabajar realmente en la estación, porque tuvo que coger una baja médica poco después de pasado el período de prácticas que cualquier trabajador ferroviario tiene que hacer cuando llega a un destino nuevo. A pesar de que llevaba poco tiempo viviendo en O Saviñao, era conocido y también apreciado en ese municipio.

Pedromari, como lo llamaban sus amigos, tenía problemas de salud y por eso se había jubilado recientemente con solo 60 años.

La casa en la que vivía con su padre está en Piñeiro, una aldea de la parroquia de Segán a menos de 3 kilómetros del club náutico de Ponte Mourulle. Era uno de los habituales de esta área recreativa.

El martes también fue allí a bañarse y a pasar la tarde en esa zona verde, situada en el tramo medio del embalse de Belesar y al lado del puente metálico que le da nombre, con el que cruza el Miño la carretera de Rubián a Taboada.

Eran aproximadamente las siete y media de la tarde cuando decidió meterse en el agua para darse un baño. Lo hizo desde el pantalán y a la vista de numerosas personas que también disfrutaban de la tarde junto al río. Lo vieron nadar unos metros y después hundirse de repente. Como no salía, otros bañistas fueron hacia el lugar en el que había desaparecido, pero ya no lo encontraron.

Buceadores de Gijón

Su rescate no fue posible hasta que el miércoles por la mañana llegó a Ponte Mourulle un equipo del grupo de actividades subacuáticas (Geas) de la Guardia Civil con base en Gijón. Sus compañeros de A Coruña, que son los que en condiciones normales tenían que haber actuado, estaban ocupados río arriba. El martes a primera hora de la tarde había desaparecido en la cola de este mismo embalse un pescador de 26 años de O Páramo.

Los buceadores de Gijón llegaron a Taboada a media mañana de este miércoles y no hubo que esperar mucho para que su trabajo diese resultados. A la una y cinco de la tarde, la comandancia de la Guardia Civil en Lugo anunciaba que habían encontrado el cuerpo.

Un furgón fúnebre sale del club náutico de Ponte Mourulle con el cuerpo del hombre que se ahogó cuando nadaba en el Miño
Un furgón fúnebre sale del club náutico de Ponte Mourulle con el cuerpo del hombre que se ahogó cuando nadaba en el Miño CARLOS CORTÉS

Estaba más o menos en la misma zona en la que lo vieron hundirse. Fue una suerte que la corriente no lo arrastrase porque en este tramo el embalse mide en este tramo doscientos metros de ancho y tiene decenas de metros de profundidad.

Menos de una hora después, los buceadores de A Coruña encontraron también el cuerpo del pescador desaparecido en O Páramo, a solo cincuenta metros de donde lo habían visto meterse en el agua.

Hay 20 kilómetros de distancia entre un lugar y el otro 

Es la primera vez de la que hay constancia que se registran dos ahogamientos accidentales en una sola tarde en el embalse de Belesar.

De todas formas, este embalse del Miño es el más grande de Galicia y los puntos en los que tuvieron lugar estos dos sucesos no están próximos entre sí.

La parroquia de Veascós, en la que se ahogó el pescador de O Páramo, está en la cola del embalse y el club náutico de Ponte Mourulle en el tramo medio.

Estos dos lugares distan el uno del otro cerca de veinte kilómetros en línea recta. Del puente Mourulle a la presa de Belesar hay otros siete kilómetros de distancia, también en línea recta.