La Feira do Capón de Vilalba vendió en hora y media 1.300 ejemplares

LUGO

ÓSCAR CELA

La cita, en la que se presentaron animales de 88 criadores, cumplió con todas las tradiciones El precio del par osciló entre los 210 y los 120 euros

21 dic 2003 . Actualizado a las 06:00 h.

La Navidad se puede decir que arrancó en la provincia de Lugo con la celebración de la Feira do Capón de Vilalba. A las nueve y media de la mañana entraron los 1.300 capones que pusieron a la venta 88 criadores vilalbeses. El Concello certificó que estaban aptos sanitariamente y les colocó una pegatina «para realzar a calidade do producto», señaló el primer teniente de alcalde y veterinario, Gerardo Criado. En apenas una hora se vendieron la mayoría de las piezas, muchas de ellas comprometidas antes de la celebración de la propia feria. Estaba previsto que se pusiesen a la venta 1.800 capones, pero precisamente la venta anterior, sobre todo a los negocios de hostelería, provocó que hubiese menos ejemplares en el ferial. Los restaurantes cada vez incluyen más en sus menús el preciado capón. Los precios del par oscilaron entre los 210 euros, que costó el seleccionado por el jurado como mejor par, y los 120 euros que se pedían al final de la feria. Algunas criadoras lamentaron que los precios se mantuviesen con respecto a los del pasado año, «o que non dá nin para cubrir os gastos», señalaron. El Ayuntamiento otorgó tres premios, consistentes en una reproducción de la Torre del Homenaje, para valorar el trabajo de los criadores. El premio al mejor criador fue para Aurora Lozano, de Oleiros, que acudió a la feria con 120 ejemplares que consiguió vender en menos de una hora. «Tiven éxito porque mimei moito ós animais», explicó la ganadora de otros cuatro premios en anteriores ediciones. El mejor par, y por segunda vez, lo consiguió Josefa Cendán Rouco, de Martiñán-Corbelle. Y el premio a la mejor cesta fue para Nieves Carballal, de Lanzós. Pero al margen de los premios, la feria destacó por las tradiciones, algunas más recientes que otras. Así, las charangas animaron la fiesta, hubo una degustación de capón, la lluvia no pudo faltar al primer día del invierno, y las cajas de envíos y regalos salían del recinto con destino a diferentes partes de España, en especial para Madrid. Gerardo Criado destacó que un tercio de los capones que se pusieron a la venta tuvieron como destino diferentes lugares fuera de Galicia. También resaltó el interés de los hosteleros por el producto. Desde el Concello se está intentando que el capón consiga la marca de denominación de origen.