Tener horarios de trabajo diferentes y vivir en zonas alejadas entre sí hace que la mayoría de trabajadores de O Ceao opten por desplazarse a diario al polígono empresarial en sus coches particulares. Y de uno en uno. «Aquí somos tres e cada un vén no seu», afirmó ayer un empleado de la sucursal del Banco de Galicia. «Estamos en O Ceao, no en el centro, y si te surge un imprevisto y hay que salir, ¿en qué vas? ¿en bus?», comentaron dos trabajadoras de un hotel.
La gran cantidad de vehículos que aparcan en las medianas o sobre el asfalto dejan claro que la mejora del transporte es una asignatura pendiente en el polígono lucense. En este sentido, la Asociación de Empresarios considera que unos 22.500 vehículos de usuarios habituales acceden diariamente al parque.
Tres trabajadoras de la empresa Jecsa aseguran que usan el coche «porque non queda outra». Su compañera Ana Cristina aclara que «non se pode confiar no bus para vir traballar». «Pode que un día chegue á hora en punto, pero a maioría dos días non é así», resalta.
Con este panorama, el transporte compartido -con varios personas usando el bus o un mismo utilitario- que pretende fomentar el colectivo empresarial para reducir las emisiones de CO2 parece una utopía difícilmente realizable. «Para venir en bus o en otro coche tienes que estar sin carné», sonrió en el departamento de chapa y pintura de Recambios Fraín Pablo Lourés. Sus compañeros Manuel Abuín y Manuel Piñeiro lo secundaron. «Se queren facer algo así en principio terán que poñerse de acordo as empresas, non nós», afirmó el primero.