El Consello de Cultura se renueva

María Caravel redac.lugo@lavoz.es

LUGO

10 jul 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Tras los cambios operados en los meses siguientes a la toma de posesión de la actual corporación provincial, ahora les toca el turno a otros organismos y entes autónomos o dependientes. El más reciente es el Consello da Cultura, que está integrado por siete miembros de la corporación que pertenecen a la comisión informativa, por tres técnicos de la entidad y por 25 personas consideradas representativas del abanico cultural lucense. Hasta ahora, según las lenguas de doble filo, el Consejo/Consello se hizo notar más por el considerable número de integrantes que por el cometido y trabajo realizado. En los últimos tiempos los nacionalistas, de los que depende, expresaron reiteradamente su desacuerdo con la línea editorial del Servicio de Publicaciones, que en teoría tenía en cuenta la recomendación de este grupo de sabios.

El vicepresidente primero de la Diputación y presidente del Consello, Antón Bao , y el diputado del área de Cultura, Antonio Veiga , se reunieron ayer por primera vez con los vocales externos que acaban de ser designados o confirmados para la nueva etapa.

Los citados vocales son, por orden alfabético, para evitar problemas, Adolfo de Abel Vilela, Antonio Colmenero, Arturo Vaqueiro, Carlos Valcárcel Gay, César Carnero, Eduardo Rodríguez Ochoa, Esther Pedrouzo, Felipe Arias Vilas, Felipe Castro, Fernando Gómez Jácome, Jorge Coira Nieto, Juan José Molina Vázquez, Juan Soto Gutiérrez, Lois Diéguez Vázquez, Manuel Darriba Blanco, Mónica López Alonso, Paloma Lugilde Rodríguez, Paulino Pereiro Martínez, Pejerto Saavedra Martínez, Pilar García Negro, Tareixa Campo Domínguez, Xaneco Tubío Fernández, Xoán Carlos González, Xoán Manuel Guerreiro Vázquez y Xosé Manuel González Reboredo .

Ayer Bao afirmó que la renovación era necesaria porque desde hacía años este órgano había perdido las funciones para las que fue creado. Marcó como objetivo principal asesorar a los responsables del área de Cultura y a la corporación en la política cultural.