Esta física, guitiricense de nacimiento, asegura que los gestos cotidianos ayudan a conservar mejor el planeta
02 nov 2008 . Actualizado a las 02:00 h.La guitiricense Susana Bayo Besteiro buscaba en Internet información sobre el cambio climático y encontró The climate project Spain.
Ese es el nombre de la plataforma creada por el vicepresidente norteamericano Al Gore, y fue para esta guitiricense, licenciada en Física y especializada en Atmósfera y Medio Ambiente, la vía de acceso a un movimiento del que forma parte, la Fundación Biosfera, y a la posibilidad de coincidir en actos con el político que fue número dos de la Casa Blanca.
El proyecto buscaba voluntarios; ella mandó su propuesta sin apenas esperanzas de ser seleccionada, y en apenas 15 días recibió la notificación de que había sido admitida. Casi de inmediato participó, en Sevilla, en un foro de un fin de semana que contó uno de los días con la presencia de Al Gore.
El mes pasado, en la ciudad de Amsterdam, asistió a otra reunión a la que también acudió el ex vicepresidente norteamericano. Su trabajo como voluntaria consiste en explicar a auditorios variados, entre los que abundan escolares, cuestiones ambientales.
-¿Cuál es el contenido de las charlas? ¿No puede haber gente que quizá las perciba como un sermón y no como algo instructivo?
-Es una conferencia amena. Explico el cambio climático y la diferencia con el calentamiento global. Son casos parecidos, pero no lo mismo. -¿De qué modo explica los conceptos en las sesiones que ofrece? -Se explica por qué sucede el cambio climático y cuáles son la consecuencias que ya se ven: aumento de fenómenos extremos, derretimiento de las nieves... También se exponen posibles soluciones, qué se puede hacer para que las consecuencias sean menos dramáticos. -¿Qué puede hacer una persona, en su ámbito más cotidiano, ante estos fenómenos? -Lo primero, informarnos. Hay quien dice que es cosa de políticos y que no pintamos nada. Cada pequeño gesto que hacemos es muy grande: por cada kilómetro que no cogemos el coche ahorramos la emisión de medio kilo de CO2. Parece una tontería, pero mira que hacemos kilómetros sin sentido. También es importante apagar los electrodomésticos y no dejarlos en stand by , reciclar, plantar árboles si hay agua... Lo importante es saber que hay una solución, y el político no va a cambiar las cosas si la sociedad no se lo pide. Por ejemplo, en Australia tenían una política energética malísima, una candidata apostó por firmar el protocolo de Kioto y se firmó. -¿Cómo reacciona la gente en Galicia cuando expone estas ideas? -Depende de las edades. He dado charlas a niños de diez años y son una generación maravillosa: ya desde pequeños tienen una sensibilidad adelantada. En cambio, a personas que tienen 60 años y que no han recibido esa formación, vete a decirles que separen el papel y el cartón y lo orgánico de lo inorgánico. Pero la verdad es que los más pequeños tienen más sensibilidad con el tema. -¿No piensan algunos que esos temas son caprichos de ricos o se preguntan por qué se preocupa una persona como Al Gore del tema? -Hizo [Al Gore] algo muy importante, que es poner el tema en boca de todos. Lo que hizo fue abrirnos los ojos. Si no fuese una persona tan conocida, probablemente no se le prestaría la misma atención. Pero siempre digo en mis conferencias que no estoy para defender a Al Gore sino el proyecto. -¿Hay en Lugo más o menos sensibilidad que en otras zonas de la península o de fuera de España? -No veo diferencias, aunque sí más preocupación en unos municipios que en otros. La gente que vive en el medio rural y del medio rural aprecia mejor la naturaleza y la sostenibilidad. Los niños son más agradecidos, valoran lo que les cuentas. La gente de ciudad nunca apreciará la naturaleza como una persona que se haya criado en el campo. Generalizar, a mí no me gusta. La gente puede cambiar y en eso estamos: si no hay esperanza, mal asunto. Pero pero la culpa de que nos acomodemos la tiene Internet: antes la gente presionaba; ahora se ha perdido ese movimiento, ese fervor.