Además de ser un excelente aislante térmico, dada su escasa conductividad, la madera apenas requiere gasto de energía para su producción. No obstante, una de sus principales virtudes, como apuntó Francisco Pedras, es que se trata de un material que absorbe el CO2 y fija el carbono. «Un metro cúbico de madeira instalado equivale a unha tonelada de CO2 absorbido, todo o contrario do que ocorre co aceiro ou co aluminio, que o emiten». Esta circunstancia está llevando a muchos países, como Francia o Inglaterra, a recurrir a la madera en la construcción para lograr edificios eficientes. Para el director de CIS-Madeira, en España apenas existen iniciativas de este tipo y mientras tanto el Gobierno se está gastando millones de euros en comprar derechos de emisión de dióxido de carbono en países del Este de Europa para poder cumplir el protocolo de Kioto.