El gobierno vilalbés y la oposición cruzan reproches sobre la salud del Magdalena

X.?M.?P.

LUGO

14 may 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

El gobierno popular de Vilalba y el principal grupo de la oposición, el PSOE, parecen estar de acuerdo en la necesidad de realizar obras en la depuradora que garanticen un buen estado del río Magdalena, afectado por la llegada de aguas sin tratar en períodos de lluvias intensas y cortas. Sin embargo, la forma de lograr esa aspiración no acerca del todo las posturas, como quedó patente en en pleno celebrado ayer por la tarde.

El PP usó su mayoría absoluta para rechazar la moción del PSOE, que defendió, con el apoyo del BNG, cuatro medidas de actuación en el entorno del cauce. Martín Seco proponía aprovechar la apertura estival de la presa para limpiarla, pedir permiso para limpiar el cauce a su paso por el paseo fluvial, iniciar los trámites para construir un pozo de tormentas y comenzar los preparativos para separar las aguas pluviales de las fecales en la red urbana de saneamiento.

Vicente García, que actuó en este asunto como portavoz popular, consideró «oportunista» la propuesta del PSOE, si bien afirmó que los permisos para la limpieza del río -tarea que, precisó, se efectúa todos los años- ya estaban pedidos. También aseguró que el Concello había colaborado y seguiría colaborando con la asociación de pescadores, citada en la moción socialista como entidad preocupada por la conservación del río y por los problemas derivados de la depuradora. El teniente de alcalde reconoció que en estos momentos la solución «máis axeitada» sería la construcción de un pozo de tormentas, aunque agregó que el Concello había presentado a la Xunta, antes de las elecciones autonómicas del 2005, un proyecto sobre este asunto, con un presupuesto que rondaba los 300.000 euros, sin haber logrado que el bipartito lo respaldase. Sin embargo, sí anunció que el Concello buscaría financiación para la obra.

Colaboración

Seco sugirió que la limpieza del río se realizase en colaboración con la asociación de pescadores, aunque censuró la política de prioridades emprendida por el Concello: así, criticó que se hubiese construido el parque acuático o se fuese a terminar la reforma del bar de la playa fluvial sin haber afrontado antes la mejora del cauce. También recordó que la Consellería de Medio Ambiente del anterior gobierno había mostrado disposición a ampliar la red rural de abastecimiento de agua sin que el gobierno local hubiese secundado ese plan.

El nacionalista Xosé Manuel Irimia intervino en el debate preguntando, no sin cierta ironía, dónde estaba el fallo de la depuradora: quiso saber si los fallos que causan la incapacidad de tratar parte del agua en períodos de tormenta, que derivan en la llegada de agua sin tratar al río y que han sido criticados reiteradamente por la asociación de pescadores, proceden de fallos en las instalaciones o en un aumento de las precipitaciones detectado desde que se pusieron en marcha, ya en la pasada década.

Capacidad sobrada

El alcalde, Gerardo Criado, intervino antes de la votación para recordarle a Irimia que la depuradora estaba pensada para 20.000 habitantes, y subrayó, sin descartar que algunas tecnologías estuviesen desfasadas, que el problema fundamental residía en la carencia de un pozo de tormentas. También acusó a Seco de hacer «francamente demagoxia» con este asunto, ya que, dijo, el Concello pidió ayuda al anterior gobierno autonómico y no la tuvo. Incluso relacionó el asunto con la situación interna de la agrupación local del PSOE, dado que el anterior delegado de Medio Ambiente, Eduardo Vidal, consiguió la secretaría hace meses y ha recibido varias veces críticas de Martín Seco en un ambiente de discrepancias internas.