La travesía de Ferrol será la que primero se arregle en Vilalba por dar acceso a dos autovías
LUGO
El Concello de Vilalba acordó con la Xunta que la mejora de las tres travesías cuya reparación se persigue desde el año 2005 y cuya financiación asume el gobierno autonómico comience por la antigua carretera de Ferrol, hoy denominada LU-118. Esa travesía comienza en el cruce de Plácido Peña con la rúa da Pravia y Campo de Puente y acaba en la rotonda de Grandisca, donde confluye con la carretera LU-861 (Vilalba-As Pontes), con la autovía Ferrol-Vilalba (AG-64) y con la autovía del Cantábrico (A-8).
La confluencia de la AG-64 con la transcantábrica, que por ahora solo tiene abiertos los tramos que discurren hacia Baamonde para enlazar con la A-6, ha sido una razón de peso para decidir que las obras empiecen por esa vía. Se trata de un acceso con una importante densidad de tráfico, y se estima que cuando entren en servicio los tramos de la A-8 que vienen desde Abadín y que ahora están en obras, esa intensidad será superior. El alcalde, Gerardo Criado, explicó ayer que por ello se había elegido esta zona como la primera para iniciar los trabajos.
Problemas diversos
Los algo más de dos kilómetros que tiene la LU-118 se caracterizan por su variedad, lo que implicará también actuaciones diversas en función de los tramos. El tramo inicial corresponde a la calle Plácido Peña y se caracteriza por numerosos edificios y establecimientos comerciales; más abajo aparecen dos cruces que se prevé mejorar desde el punto de vista de la seguridad vial -la confluencia con la rúa do Hospital y con la carretera de acceso a A Magdalena-, y por último está un lugar -Ponte dos Freires- que antaño fue escenario de numerosos accidentes y que aún presenta algún inconveniente, sobre todo en épocas de lluvias.
En el cruce con la carretera de A Magdalena se favorecerá la capacidad de giro de los vehículos aprovechando el margen derecho en sentido descendente, que teóricamente es zona de aparcamiento pero que no se usa para ese fin, para ampliar la calzada. En cuanto a Ponte dos Freires, se intentará estrechar la calzada antes del tramo sobre el río para lograr así que los vehículos reduzcan la velocidad. El firme, deteriorado en algún tramo, también se arreglará.
La previsión municipal, apuntada por Criado ayer, indica que los trabajos empiecen este año. Luego, para posteriores fases, quedarían pendientes las antiguas carreteras de Meira -LU-125, de 1,7 kilómetros- y de Lugo -LU-119, de 2,2-. El Concello está dispuesto a recibir esas travesías y asumir su titularidad, pero a cambio de que se le entreguen en buenas condiciones de conservación.