El Obradoiro asalta la cueva del Breo

Miguel Álvarez LUGO/LA VOZ.

LUGO

13 nov 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

El Obradoiro se proclamó justo vencedor del derbi registrado ayer a orillas del Miño. No regresaron a Lugo Raúl López ni Chete Pazo. Pero sí lo hicieron el técnico Moncho Fernández y Corbacho. Y el tirador de los compostelanos desempeñó un rol fundamental en el triunfo de los suyos. Sus triples llegaron en momentos en que el Breogán levantaba las orejas. De esta manera, los santiagueses, muy superiores a los locales en el puesto de base, no se dejaron arrebatar la manija del choque y le dieron una alegría a su fiel parroquia.

El inicio del encuentro fue de gran intensidad. El Breogán derrochó energía para contrarrestar a un Obradoiro que comenzó con paso tranquilo. Los lucenses cuajaron una puesta en escena de alto voltaje que les permitió establecer un esperanzador 7-2 en el electrónico. Sin embargo, los compostelanos se rehicieron de inmediato a pesar del vendaval. Gracias a la superioridad de Hopkins sobre Brown y a la espeluznante defensa que los lucenses ofrecieron en las situaciones de pick and roll frontal, los de Moncho Fernández arrebataron el timón del partido para no volver a abandonarlo.

El Obradoiro firmó un parcial de 2-15 a favor posteriormente. Pero el Leche Río demostró que ayer que su fe se había alzado varios enteros con respecto a anteriores compromisos. Aunque con un juego deslavazado, impidieron que los visitantes rompieran el choque de manera prematura.

Dominio visitante

Poco a poco, los compostelanos fueron adquiriendo una renta que les permitió vivir con más tranquilidad en medio de los arreones locales. Andrés Rodríguez y un intenso Eric Sánchez impartían lecciones de batuta. Y con un colchón de diez puntos a favor, el Obradoiro exprimió la ansiedad de un Breogán que se veía apurado por la exigencia táctica, física y mental del rival.

Los lucenses dominaban el rebote y se mostraban acertados en el lanzamiento. Sin embargo, las pérdidas del balón fueron un lastre para los locales. En el inicio del tercer cuarto, el Breogán volvió a tirar de casta. Intentó meterse de nuevo en la faena por todos los medios. Pero no lo consiguió porque, fuera del corazón, apenas posee argumentos colectivos que doten de consistencia a su baloncesto.

El Breogán se quedó a un paso de la remontada durante el tercer cuarto. Sin embargo, los de Moncho Fernández no perdieron la templanza ante el arreón de los locales. La fuerza de los celestes fue disminuyendo y Vallmajó, completamente desorientado en la dirección de equipo, no tuvo la clarividencia suficiente para dotar a los suyos de recursos ofensivos.

El Obradoiro mantuvo la templanza y jamás se dejó arrebatar la iniciativa. En el último cuarto, los compostelanos volvieron a apretar las tuercas de su juego ante un adversario al que la soga del tiempo apretaba de manera inexorable.

Finalmente, los santiagueses se hicieron con el triunfo y ambas escuadras se hermanaron tras la Rianxeira coreando el nombre de los perdedores.