Decenas de casas protegidas se estropean sin ser entregadas

l.r.i., x.m.p. LUGO, VILALBA / LA VOZ

LUGO

Abundan las promociones construidas hace años y sin inquilinos todavía

13 feb 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Muimenta, Mazoi (en Lugo) o las calles Fermín Rivera y Aquilino Iglesia Alvariño, también en la capital amurallada, son algunos de los lugares de la geografía lucense en los que se levantan viviendas de promoción pública que no han sido entregadas a sus adjudicatarios a pesar de llevar meses e incluso varios años terminadas. El Instituto Galego da Vivenda e Solo (IGVS) desembolsó varios millones de euros procedentes de fondos públicos para financiar su construcción; sin embargo, a estas alturas esos pisos envejecen y se deterioran sin remedio debido al paso del tiempo y a las inclemencias meteorológicas, pero principalmente a la falta de uso, ya que permanecen cerrados y nunca han recibido inquilinos.

Algunos, como el edificio de 41 pisos promovido en el barrio lucense de A Ponte, han empezado a sufrir los efectos del vandalismo, con cristales rotos y elementos interiores robados. La humedad campa a sus anchas en zócalos y parqués. Las listas definitivas de adjudicatarios de varios de estos inmuebles están colgadas en la web del IGVS, que no fija fechas concretas para su entrega. Mientras el proceso se dilata en el tiempo, algunos beneficiarios -con todo, «son los menos», según lamenta uno de ellos- han optado por presentar quejas y dirigirse a instituciones como el Valedor do Pobo reclamando información veraz sobre el estado de las tramitaciones.

Sociedad «demasiado pasiva»

«Somos demasiado pasivos. En estas promociones hay invertido muchísimo dinero público para pagar a constructores. Ellos seguro que sí cobraron porque sino pondrían el grito en el cielo; y después las casas están cerradas porque ni siquiera nos dan las llaves», criticó una adjudicataria. En varios casos, la Xunta y el Concello en el que se sitúan las viviendas «están enzarzados en batallas políticas que retrasan licencias y trámites burocráticos» que se deberían resolver con agilidad, consideró.