«No pasa nada», le dijo Adán a una empleada que fue violada

Xosé Carreira LUGO / LA VOZ

LUGO

La víctima dijo que la agredió sexualmente un cliente a punta de navaja

01 ago 2011 . Actualizado a las 10:49 h.

Los relatos ofrecidos por las empleadas del Queens en el marco de la operación Carioca son, en su mayor parte, estremecedores. Especialmente duro es el de una brasileña que aseguró que fue violada a punta de navaja por un cliente. Cuando al día siguiente se lo comunicó al jefe, José Manuel García Adán, éste no le dio ninguna importancia. «No pasa nada. Eso es normal en los clubes», le dijo el principal cabecilla de la trama de los burdeles, según la versión ofrecida por la afectada.

La mujer contó que el hombre que la agredió sexualmente, tras subir con él a una de las habitaciones, era alto y de unos cincuenta años. Pretendía hacer el acto sexual sin preservativo, sin embargo la meretriz no se lo permitió hasta el extremo de que trató de ponerle uno. El cliente reaccionó de forma violenta agarrándola fuertemente por los brazos y, seguidamente, sacó una navaja automática del bolsillo con la que la amenazó.

«Vas a estar callada o te mato»

Con el arma blanca en la mano, el cliente dijo a la meretriz que la mataría si no se estaba callada. A continuación la obligó a mantener relaciones sexuales sin preservativo. Todo el tiempo estuvo con la navaja en la mano, según el testimonio de la perjudicada que aseguró que no podía hacer absolutamente nada porque estaba aterrorizada por lo que le estaba pasando.,

Al acabar, el presunto agresor sexual se puso la ropa y abandonó rápidamente el establecimiento. La afectada comunicó lo ocurrido al encargado quien le dijo que le había sorprendido que el cliente se hubiese marchado a toda prisa. Aseguró que lo había visto, pero que no lo conocía.

La perjudicada relató que ese día no volvió a trabajar y que, en su habitación, en presencia de otras amigas, se tomó cuatro pastillas anticonceptivas para no quedar embarazada. Estos hechos sucedieron en junio del año 2009, pero no trascendiero hasta ahora que la afectada declaró ante los investigadores de la Carioca.

Nadie denunció

Ninguna persona relacionada con el club de alterne presentó denuncia por lo ocurrido, a pesar tener conocimiento de ello. La perjudicada tampoco lo hizo, porque su situación era muy complicada. Temía que si contaba lo sucedido a los cuerpos y fuerzas de seguridad, habría presencia policial en el club y perjudicaría a muchas compañeras que allí se ganaban la vida.

La mujer en cuestión era la segunda vez que trabajaba en el club Queens, ubicado en Rozanova (O Ceao). Estuvo varios años en el local, pero acabó marchando a Extremadura donde fue interceptada por la policía; luego, le abrieron un expediente de expulsión. Fue internada doce días en un centro de extranjeros en Madrid y, finalmente, acabaron deportándola a Brasil a finales del año 2009. Dos años después, pudo volver de nuevo a España con la finalidad de intentar arreglar los papeles de su hijo ya que el padre quería reconocerlo, según relató a los agentes que se ocupan de las investigaciones.