«Este é un día importante para Foz, para Galicia, para todos os socialistas». Así comenzó su intervención ayer el secretario xeral del PSdG-PSOE, Pachi Vázquez, en la sede socialista focense. Estaba arropado por numerosos compañeros, como Ismael Rego y Ricardo Varela (quien a su llegada se fundió en un abrazo con José María García Rivera), pero se refería en particular a un visitante ilustre: el presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, a quien definió como «un gallego más que desde hace 15 años nos honra con su visita». No se acabaron ahí los elogios: «Lleva siempre a Galicia en el corazón, y agradecemos las ideas y conocimientos que vamos a compartir». Se refería a la comida con afiliados que iban a tener a continuación.
Pachi Vázquez respetó el guión que se esperaba y no perdió la oportunidad de cargar contra Mariano Rajoy, Feijoo y el Partido Popular (se ofrece más información en la sección de Galicia).
Tras ceder la palabra a Griñán, este tuvo una intervención centrada en Europa y en la necesidad de intervenir en conjunto para evitar la especulación en los mercados financieros, que es la que están lastrando la recuperación de los países. Más regulación y más Europa; esa es la apuesta que hizo ayer Griñán en Foz, quien también cuestionó al PP: «El enemigo son los mercados financieros y del PP no se puede esperar nada», pues a juicio del presidente andaluz solo actúa en clave electoral.
Apellidos gallegos
En un guiño de complicidad, Griñán recordó finalmente que dos de sus nietos llevan apellidos gallegos: Piñeiro y Outeiro.
Finalizada la intervención, los diferentes cargos del PSOE, acompañados de militantes y simpatizantes, se dirigieron a la playa de A Rapadoira, menos frecuentada de lo habitual por el día lluvioso.
A su llegada a la sede socialista, Griñán y Pachi Vázquez fueron interceptados por una pareja de turistas extranjeros, que denunciaban los vertidos que, según ellos, se habían producido directamente al mar por un tubo durante casi una hora en Tupide. Y para corroborarlo mostraban un vídeo en el que se apreciaba con claridad una ancha lengua de suciedad sobre el agua. Aseguraban que la policía local les habían manifestado que se debía al agua de la lluvia, pero ellos no lo creían así. La escena provocó unos momentos de desconcierto, que se superaron al seguir, tras una breve charla, el camino de la sede.