Nada del mucho o poco margen de beneficios que, según las empresas, genera la biomasa, repercute por ahora en las economías de los propietarios de los montes.
Puede decirse que todas coinciden en sus argumentos. «Cando vamos comprar madeira mercamos o árbol enteiro; antes ese subproduto deixábase alí e agora aproveitámolo nos», señala un empresario, añadiendo que como compensación, al dueño del monte no se le cobra nada por dejarle limpia la finca.
Son razones que no comparten las asociaciones de productores forestales que, como en el caso de Promagal, están planteando la necesidad de que los propietarios reciban un dinero por la biomasa que sale de sus montes. Así lo han puesto de manifiesto en las negociaciones que llevan a cabo con Ence, aunque por el momento esta cuestión de la biomasa se ha mantenido en un segundo plano, al centrarse sus esfuerzos en lograr mejores precios para la madera.