El actual fiscal de Andalucía, Jesús García Calderón, solía definir los extraños procederes de algunos políticos de la ciudad, en sus tiempos de representante del ministerio público en Lugo, como algo motivado por «el mal de la muralla». Ahora, doce años después de haber abandonado la ciudad lucense, este jurista, poeta narrador y ensayista, eligió esa diagnóstico que él estableció para darle título al último libro que publica la editorial cordobesa Ánfora Nova. Se trata de una publicación de 80 páginas que recogen «un texto muy singular».
El libro fue planteado como una «larga epístola sentimental, en contestación a la epístola moral» que le dirigiera en forma de libro, hace más de diez años, el filósofo lucense Xosé Alvilares. El trabajo de Calderón «conduce a una reflexión sobre tiempo, la ciudad, el amor a la literatura o el verdadero compromiso social y moral con el entorno que parece, en estos agitados años, más necesaria que nunca», según el avance de la presentación que efectúa la editorial.
Lugo tuvo a Calderón como un joven fiscal desde 1995. «Pronto comprendió que la imponente muralla romana que rodea la vieja ciudad influía de manera silenciosa y positiva en algunos de sus habitantes. Este descubrimiento junto al hallazgo de la poesía de Luis Pimentel y otros regalos literarios que le deparó su larga estancia en Galicia, que se prolongaría hasta el año 2001, le permitieron profundizar en este fenómeno y obtener un cúmulo de conclusiones y propuestas que ha querido verter en este breve y evocador ensayo».
Destaca la promoción que el autor trasciende desde el ámbito puramente local y habla de muchas ciudades y murallas de todo el mundo «que habitan en nuestro interior y que necesitamos cada día más para descifrar esa escritura invisible de la existencia».
El prologo es del lucense Jorge de Vivero. Destaca en el mismo que el lector se enfrenta a un libro de referencia sobre la ciudad, «pero que trasciende sus límites y se ofrece como un sabio consejo acerca de la adversidad y de la oportunidad que nos ofrece para permanecer allí donde somos necesarios y podemos engrandecer los caminos del alma.
La obra, definida como «tan discreta como llena de atractivos para el lector más inquieto» cuenta con fotografías de Carlos Valcárcel Gay. La publicación podría estar en las librerías en las próximas semanas. Existe un proyecto, denominado El jardín de Mecenas, que es una fórmula de mecenazgo colectivo ejercido a través de una adhesión consistente en la compra de un mínimo de ocho ejemplares de la publicación.