El Concello exige a la Xunta que aclare si renuncia a su proyecto para San Fernando

Enrique Gómez Souto
enrique g. souto LUGO / LA VOZ

LUGO

PRADERO

El concejal Dopeso dice que el rápido deterioro del cuartel incrementará el coste de destinarlo a nuevos usos

05 abr 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Las administraciones públicas parecen empeñadas en incrementar la desconfianza de los ciudadanos hacia sus representantes políticos. La Xunta y el Ayuntamiento no dejan de culparse de la paralización de algunos de los principales proyectos pendientes de ejecutar en Lugo. Uno de ellos es el museo de la romanización, en el antiguo cuartel de San Fernando, que el Gobierno gallego no acaba de poner en marcha. Ayer, el concejal Lino González Dopeso reclamó de la Xunta, en declaraciones a los medios de comunicación, que diga «si se vuelve atrás» en el citado proyecto, para que el Concello pueda decidir qué hace al respecto.

Pocas horas después de que el Parlamento acordase instar a la Xunta a instalar el alumbrado del adarve de la Muralla, el edil González Dopeso cargó contra el Gobierno presidido por Feijoo por su total inacción para ejecutar la anunciada conversión del antiguo cuartel de San Fernando en el Museo da Romanización de Galicia. El concejal reclamó de la Xunta que aclare si ha renunciado al citado proyecto, porque, en ese caso, el Ayuntamiento tendrá que adoptar decisiones. Hay que recordar que el gobierno lucense cedió el edificio a la Xunta, pero esta no acaba de recibirlo oficialmente.

Falta de claridad

González Dopeso destacó que el antiguo cuartel sufre un rápido deterioro. Avisó de que una vez que la cubierta sufra daños relevantes, el conjunto del inmueble enfilará el camino definitivo hacia la ruina. Entonces, dijo González, «lo que ahora cuesta hacer algo en él costará diez veces más».

El citado integrante del gobierno lucense efectuó las manifestaciones que quedan reseñadas a la vista de que «la Xunta reclamó el edificio y ahora no está nada claro que quiera utilizarlo».

Es de señalar que el Ayuntamiento, por medio de sus servicios, tuvo que retirar la cubierta de las antiguas caballerizas, una parte no catalogada del edificio, para evitar que algunos elementos cayesen sobre la acera de la calle Quiroga Ballesteros, con riesgo para la seguridad de los peatones».

El mismo edil apuntó su temor de que la Xunta actúe en el caso del alumbrado del adarve de la Muralla de manera parecida a como lo viene haciendo con respecto al cuartel.